PERPLEJIDAD
POMPILIO IRIARTE
No hay un solo buzón para enviar cartas escritas sin afán, con pluma fuente y tinta azul oscura. Lentamente, relees tus renglones, los apartas y acercas a tus ojos, y repasas, mientras mueves los labios, la escritura. Tu corazón se llena de ternura, tus ojos y tus párpados, de brasas. Pones tu firma al fin de la cuartilla, cierras el sobre y pegas la estampilla. Sales en busca del buzón. No lo hallas. Por todas partes ves computadores; las pantallas abiertas, sin pudores. Miras el sobre inútil y te callas.