Los ángeles no escriben
POMPILIO IRIARTE
No volviste a escribir y me imagino
bello el porqué: los ángeles no escriben.
Los poemas y cartas que reciben
merecen en respuesta el cristalino
saludo del silencio y el más fino
desaire. Las pasiones no se exhiben.
Los amores que eternamente viven,
eternamente callan su destino,
como callan estatuas y esculturas,
con ademán de bronce, sus ternuras,
con modales de mármol, sus enojos.
Observa El beso, de Rodin. Se niegan
si hay sombra allí, pero a la luz se entregan…
Cómo se miran, mutuos, a los ojos.