Carlos Eduardo Botero

CARLOS EDUARDO BOTERO

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.

Carlos Eduardo es un muy digno representante no solo de nuestra bella y amada Pereira sino de su Colegio Calazans del que son egresados muy destacados profesionales que construyen país, que hacen patria.

Como caracteriza a nuestra gente,  su casa materna la conforman miembros de una reconocida y ejemplar familia; trabajadora, empresaria, gente buena, gente de bien. Su abuelo pionero como avicultor; tuvo una empresa de huevos llamada Nutriovo y nosotros, los pereiranos, recordamos con cariño esta marca pues crecimos con ella.

Su familia paterna, con unas raíces muy en las entrañas de la región, con mucho arraigo y sentido de pertenencia; su abuela paterna enviudó muy temprano para sumir la responsabilidad de criar siete hijos, pero su carácter de matrona hizo que lograra salir avante en semejante campaña. Esta mezcla le sirvió para lo que es hoy pues siempre contó con el modelo del esfuerzo y el amor por el trabajo, al mismo tiempo que pudo disfrutar siempre de una posición muy privilegiada, pues recibe ese contraste que le es inspirador.

Desde muy niño quise crear mi propia huella y definir mi camino; no me preguntes porqué, no te puedo decir que pasó algo particular.

Soy el hijo mayor de tres hermanos, luego Adriana y diez años más tarde, Andrés. En mi niñez fui siempre muy introvertido, no exagero si te digo que al extremo, al grado de que mi mamá me llevaba, a mis 14 – 15 años, a eventos buscando que me integrara.

La gente no me cree cuando confieso mi inhibición, mi timidez, pues actualmente en mi labor estoy muy expuesto a los medios, pero me empodero de mi papel y lo saco adelante.

En el colegio no sobresalía precisamente; todos los años tuve dificultades por vencer pero en grado sexto tuve la oportunidad de irme de intercambio a Estados Unidos donde descubrí un verdadero gusto por estudiar, por aprender.

Me concentré en los deportes especialmente en el baloncesto, natación, gimnasia olímpica y tenis. Mi timidez era tal que en competencia de relevos en el Club del Comercio cuando representaba al equipo de natación del Club Rialto lloré, sentí miedo y afecté el resultado; tuve la oportunidad de ir a unos juegos panamericanos pero la descarté por introvertido. Me dañé una rodilla jugando baloncesto y ahí lo suspendí.

En  Estados Unidos jugué fútbol americano en el año de intercambio en Bettendorf Iowa, pueblo de 20.000 habitantes; a mis 17 años con nivel de inglés del Colombo Americano a todo lo que me preguntaban respondía “yes, yes, yes” ya te imaginarás la experiencia.

Mi familia es muy numerosa lo que me permitía compartir con todos mis primos en la finca los fines de semana. Los sábados íbamos a misa a las 12 del día o a las 6 de la tarde y luego para donde mi abuela paterna a encontrarnos todos y el plan era magnífico por muchas razones, te cuento algunas, la empleada hacía obleas muy deliciosas y las vendía y ni qué decir de los “chicharrones con arepa” verdaderos manjares.

El domingo el plan era finca materna con los otros primos como Beatriz y Pilar Vallejo, Felipe López y muchos otros pero también tuve y conservo muy buenos amigos del colegio como Carlos Alberto Escobar, Felipe Bernal, Julio Gómez, Alejandro Bravo, Juan Pablo Buitrago, Emiliano Isaza (qpd)  y muchos otros.

Estudié Administración de Empresas en Eafit, con la claridad que me daba el conocer el tema empresarial por mi familia, lo que no me hizo dudar; era súper pilo, me eximían de los exámenes en áreas como contabilidad y finanzas. Me había presentado a la Universidad Javeriana donde valía $80.000 pesos el semestre y a Eafit $113.000 siendo en ese momento la mejor universidad en su área y pude optar por ella pues mi papá siempre dijo “yo no les voy a dejar a ustedes sino educación y si tengo que empeñar la nevera para que estudien así lo haré”.

Me concentré por completo en el estudio y al finalizar mi carrera hice un par de semestres de práctica en Frisby, la empresa de mi tío, en un proyecto muy bonito con Coca-Cola Company lo que me permitió trasladarme a Pereira nuevamente y en las vacaciones trabajaba en la empresa de mi abuelo, experiencias éstas muy edificantes. La segunda práctica universitaria fue en Carvajal Cali para instalarme allí el tiempo que duró.

Yo había sido muy inquieto, siempre quise conocer el mundo, pisar los cinco continentes antes de cumplir los 30 años y así se me dio. Se me presentaron circunstancias interesantes, pues al terminar la universidad comencé a trabajar en la Fiduciaria del Valle en Medellín por un espacio de tiempo corto pues a los seis meses me pasé a la Fiduciaria de Suramericana que apenas nacía. En ese momento siento la necesidad de volver a Pereira, de compartir más con mis padres con el proyecto de que a los cinco años tenía que salir a especializarme. Ya en mi ciudad abrí Leasing Suramericana donde permanecí hasta el 96 que es cuando decido salir a estudiar.

Empiezo a inquietarme por los temas políticos para participar en la campaña de Rodrigo Rivera a la Cámara de Representantes; con Hugo Muriel atiendo temas de tesorería. Viajo a Inglaterra donde adelanto una Maestría de año y medio en Gerencia Internacional.

Allí sentí la necesidad de viajar; pero también se me despertó un interés extraño por otros temas que me llevaron a adelantar cursos de Reiki, de sanación con las manos y dudé si era eso lo que quería para mi vida, lo sopesé con la maestría en negocios; averigüé en Miami y en Inglaterra considerando dedicarme a esto. Viajé en mayo cuando la universidad comenzaba en septiembre para tomar cursos de inglés, me dediqué a viajar dándole la vuelta al mundo en compañía de algunos amigos y decidí finalmente por la maestría en Oxford Brookes University.

Cuando cerraba mis ojos me preguntaba qué quería hacer con mi vida, a qué quería dedicarme y lo público era un camino claro; me decía “Carlos Eduardo, las puertas están abiertas para decidir por lo que Usted quiera, sólo decida”.

Regreso a Pereira en octubre cuando ya habían pasado las elecciones a la Gobernación; le entrego mi hoja de vida a Felipe López, mi primo, quien se iba de viaje con Luis Carlos Villegas que es muy amigo de Carlos Arturo López Ángel. En ese momento las finanzas de Risaralda no estaban en buena condición y el Gobernador quería a alguien del sector privado para darle independencia al cargo; es así cuando Luis Carlos le dice a Felipe que me pregunte si me interesa ser Secretario de Hacienda de Risaralda.

Sin saber de qué me hablaban fui a una entrevista con el Gobernador; primero no había votado por él porque no me encontraba en el país en ese momento; segundo me pregunta qué sé de Finanzas Públicas a lo que contesto “nada Gobernador pero aprendo”.

Él se arriesgó conmigo y me brindó la oportunidad; se ganó mi respeto y admiración. Esto ocurrió el primero de enero del 2008 cuando tenía 27 años. El departamento tenía un déficit de $8.000mm de pesos de esa época, un endeudamiento impresionante lo que me significó todo un reto.

Puedo decir que fue una experiencia más allá de lo profesional pues me permitió conocer todos los municipios de Risaralda. No me sentía sentado en una bomba de tiempo por la arrogancia de la juventud, sólo pensaba en hacer mi tarea. En ese momento los departamentos todos estaban muy enredados y el gobierno de Pastrana con Juan Camilo Restrepo como ministro de hacienda, prestaban recursos siempre que se reestructurara la nómina y me concentré en eso lo que molestó a sindicatos y a mucha gente lo que me generó un problema de seguridad; terminé mi período con gran satisfacción por los resultados y por haber tenido la oportunidad de conocer a este gran ser humano como Carlos Arturo, conocer a su familia todas personas muy valiosas.

Me dejó de gobernador encargado en repetidas ocasiones y en una de ellas fui el gobernador más joven de todo el país en calidad de encargado como me lo dijera el Director de Caracol Radio, Herney Ocampo Cardona. Fue una experiencia maravillosa, en una etapa de la vida muy linda, soltero, viviendo en casa de mis papás, con novia pero con tiempo suficiente para concentrarme en mis responsabilidades y viajes.

Luis Carlos Villegas conoce mi trabajo que coincide con la Cámara del sector textil que estaban montando en la Andi para el año 2000. Le envío mi hoja de vida para participar del proceso; me entrevista el presidente del grupo Crystal, Carlos Manuel Echavarría (qpd) lo que sé del sector a lo que contesto “Carlos Manuel, escasamente vestirme”. Creo que le llamó la atención que yo no estuviera contaminado en el tema. Permanecí por espacio de ocho años, de enero a septiembre del 2001 en Medellín para luego trasladarme a Bogotá.

Tuve la oportunidad de liderar todo el proceso desde el sector privado en las negociaciones del proceso del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y luego al lado de Luis Carlos Villegas viajé cada mes durante dos años una semana a Washington a hacerle Lobby ya no en representación del sector textil sino de todos los industriales. En este momento me caso por primera vez.

Recuerdo que María Isabel Mejía me invitó a considerar lanzarme para la alcaldía; hice el ejercicio de conversar con diferentes públicos y con Rodrigo Rivera, que en ese momento era presidente del Partido Liberal, a quien le manifesté mi interés para decirme que me sometiera a una consulta, pero yo no estaba dispuesto a ir a las urnas. Ahí cierro ese capítulo de lo público; hoy en día no es opción para mí.

En la Andi conozco a muchos empresarios de Medellín, estaba en proceso de retirarse la persona que había liderado Inexmoda por muchos años. Me caso con Cristina Toquica, nace nuestra preciosa Rebeca. Esta circunstancia me asustó un poco, trasladar a mi familia de domicilio significaba todo un reto pero tuve su respaldo y así procedimos. En marzo del 2008 la Junta aprueba mi nombre, no por entrevistas pues me conocían; nombran a un no antioqueño en este cargo para hoy contar siete años.

Desde que llegué tuve muy claro que Inexmoda no podía dedicarse exclusivamente al tema de ferias; no podía tener solamente dos momentos importantes en el año, enero y julio. Llegué a organizar la casa, fortaleciendo temas. Medellín ha sido una experiencia de calidad de vida, en un puesto visible con una tarea que más que habilidades en el mundo de la moda, es una oportunidad de desarrollar experiencias más profesionales desde lo gerencial, cómo crecer, cómo hacer la organización más relevante a nivel nacional; como le dijera a la junta “cómo quitarnos el carriel”; estamos en un momento importante.

Nace nuestra segunda hija Matilde quien cuenta hoy 3 años y Rebeca 7; son agua y aceite. No buscaba niño, como dice el viejo refrán “desde que nazca sano lo que venga” y me ha parecido espectacular tener niñas. Cristina renunció a Diaco en Bogotá, estuvo vinculada a Eafit ahora inmersa en la familia, nuestra prioridad. Mis papás cumplirán en breve cincuenta años de casados y de ellos aprendí siempre el valor de la vida de hogar.

Hemos ampliado nuestro círculo de amigos en la ciudad de Medellín, el colegio de las niñas nos ha regalado nuevos y muy valiosos. Lo público para mí no es opción mucho menos ahora que tengo familia. Mi familia es mi centro, es mi eje.

No vivo a las carreras ni bajo la presión del logro, sólo disfruto mi momento de vida  cumpliendo mi sueño, el de la construcción de mi propio camino.

Publicado por Blogger en El Blog de Isa el 11 nov 2015