Paola Carmona

PAOLA CARMONA

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo

Me considero una persona creativa, disfruto las manualidades. Amo la naturaleza y me mueve saber que dejo algo positivo que impacte al medioambiente y a las comunidades.

ORÍGENES – RAMA PATERNA

Mi abuelo, Aníbal Tulio Carmona, ha sido amante del campo, la guitarra y del canto, un emprendedor que cultiva su finca ubicada en una vereda de Villamaría, Caldas. Cada vez que vamos de visita canta para nosotros sus canciones. Es muy talentoso.

Mi abuela, Aura Arias, es una mujer adorable que se dedicó a su familia. Desde muy temprana edad tuvo a sus cinco hijos, tres mujeres y dos hombres, que son lo más importante para ella. Disfruta la lectura, la compañía y es muy reservada, como lo soy yo.

Mi papá, Jorge Iván Carmona, un hombre muy noble, divertido y trabajador, tuvo que trabajar desde muy corta edad. En su juventud tuvo por afición la mecánica, entonces compraba motos que arreglaba para venderlas. Es una persona muy amorosa, nos consciente mucho a nosotras, sus tres hijas. Ama llegar a la casa después de una dura jornada de trabajo para compartir en familia.

RAMA MATERNA

Mi abuelo, Daniel Castañeda, acaba de morir, lo que me mueve las emociones pues siempre fue el centro de todos, muy cercano y familiar. Jugaba con nosotros parqués y dominó, disfrutaba haciéndonos bromas. Nos reíamos mucho con él. Era solo ternura y risas.

Fue comerciante desde joven, pero también hizo parte del Partido Liberal porque le gustó mucho la política.

Mi abuela, Horminza Hernández, tiene un carácter muy reservado, es poco expresiva. Ama la naturaleza, tiene un jardín en su casa donde cultiva plantas. Le gusta compartir con nosotros el arte de cultivar.

Mi mamá, Luz Nancy, es una mujer muy tierna, amorosa y dedicada, como mi abuelo. Se dedicó por completo a la familia. Le encantan las manualidades, en especial tejer. Tiene tres hermanos. Fue la menor, la niña consentida de mi abuelo.

PILARES DE FAMILIA

Crecí en una familia para la que la honestidad y la unión son muy importantes. Me enseñaron a ahorrar desde pequeña para construir mi patrimonio y a ser muy responsable con el estudio para salir adelante.

Mis padres siempre fueron muy exigentes con el estudio, para ellos siempre debíamos destacarnos.

INFANCIA

Fui una niña muy reservada, para mí era complicado relacionarme con los demás así que tuve pocos amigos, disfrutaba estar sola. Jugaba con mis peluches creando historias fantásticas con ellos.

Cuando tenía cinco años mi madre enfermó de lupus en época navideña y pasó un largo tiempo hospitalizada. Fueron tiempos complicados pues a pesar de mi corta edad siempre fui consciente de lo que estaba sucediendo.

Junto con mi hermana mayor tuve que quedarme un tiempo con familiares y separada de nuestros padres. Pasamos Navidad con mi papá y familiares cercanos, pero no fue lo mismo sin mi mamá.

Recuerdo que unas tías le pidieron a los médicos a que me permitieran ingresar para verla. Fueron tan solo unos breves minutos, porque de inmediato tuve que retirarme.  
Cuando mi mamá pudo volver a casa agradecimos por tenerla de nuevo con nosotros. Mientras se recuperaba, fueron nuestros familiares quienes estuvieron pendientes de nosotras, pero, igual mi hermana mayor asumió una responsabilidad enrome conmigo y me llevaba a estudiar.

Sentí que debía crecer un poco más rápido, así que aprendí a leer muy temprano, desde que estaba en jardín pues atendía a la profesora de primero y no a la mía.

Después de este desafortunado episodio todo volvió a la normalidad.

Recuerdo que mis primos nos visitaban y se quedaban durante las vacaciones. Mis padres fueron cómplices de nuestros juegos y hacían bromas con nosotros. Desordenábamos la casa y nos reíamos siempre.

Cuando cumplí diez años nació mi hermana menor. Este fue todo un acontecimiento pues se entendía que mi madre, después de su enfermedad, ya no podía tener hijos.

Mi hermana menor ha sido una luz que iluminó nuestras vidas, mi compañera incondicional que ha estado conmigo en todos los momentos.

ACADEMIA

Inicié en el colegio Fe y Alegría, donde estudié hasta octavo grado. Tuve la dicha de conocer personas que me ayudaron a crecer como persona. 

Recuerdo el carisma de las religiosas que dirigían el colegio. La hermana Juani fue muy estricta, hacía énfasis en la importancia de la puntualidad y el respeto por el otro. Pero era amigable y recordaba el nombre de cada uno de sus estudiantes.

Mis compañeros de clase eran complicados y se aprovechaban de mi personalidad, que era callada. Sufrí acoso escolar por lo que me acompañan algunos malos recuerdos.

Esta situación sumada a mi deseo de tener la oportunidad de ingresar a una buena universidad, le pedí a mi madre que me cambiara de colegio. Como era buena estudiante fui admitida, a mitad de año, en el Instituto Universitario en el que me adapté perfectamente.

Decidí que sería diferente. Hice amigas que aún conservo, participé de actividades extracurriculares, también en la feria de la ciencia con dos amigas. Me destaqué especialmente en ciencias y matemáticas las que me ayudaron a decidir mi carrera, de alguna manera también siguiendo los pasos de mi hermana mayor que estudiaba ingeniería. Revisé contenidos y me llamó la atención.

UNIVERSIDAD NACIONAL – MANIZALES

Comencé mis estudios en Ingeniería Eléctrica a los dieciséis años en la Universidad Nacional de Manizáles. Para mí fue un mundo nuevo, con más libertad y nuevas oportunidades de aprender y adaptarme.

Debo reconocer que para mí fue un poco más complicado interactuar, exponer y presentarme frente al público.  Pero me impuse como meta superarlo así que me presenté como monitora de varias materias y del laboratorio de Electricidad y Electrónica. De esta manera fui superando mis miedos y temores, y pude darme cuenta de cuánto me gusta enseñar, así que expliqué los temas en los que tenía más manejo.

En un momento de la carrera tuve una crisis muy fuerte y pensé en dejarla cuando me encontré con comentarios negativos que me hicieron creer que ni la ingeniería ni la enseñanza no eran lo mío. Entonces decidí comenzar clases de otra carrera en la misma universidad, sin abandonar ingeniería. Entendí que no debía dejarme impactar por los comentarios y que lo que había escogido para mi vida estaba bien solo que necesitaba de algo más creativo que me permitiera hablar con más fluidez.

Para ese momento mi hermana mayor me dio el mejor regalo de mi vida, Titán, mi mascota, que me ha hecho muy feliz y que ha sido mi compañero inseparable.

Cursaba cuarto semestre cuando consideré la idea de emplearme, pero me encontré con PROPELA, grupo de investigación que me ayudo enormemente, me cautivó e hizo que replanteara mi proyecto profesional.

Finalmente me gradué como ingeniera electricista y rápidamente comencé la maestría en ingeniería.

ENERGÍAS RENOVABLES – IWA

En PROPELA conocí a Cristian David Dallos, actualmente mi novio, excelente profesional y líder.

Inicialmente asumí funciones en la búsqueda de energías renovables que suplieran los cargadores actuales para hacerlos inalámbricos apoyados en bioenergía. Pero vi que lo de los cargadores no era lo mío así que los dejé de lado y continué con las energías renovables.

Usé diferentes tipos hasta que encontré un referente en Chile llamado Ekaia que producía energía a través de la fotosíntesis de las plantas. Me pareció sensacional, nunca lo había visto, investigué y me di cuenta de que en Colombia no se contaba con esta tecnología.

Fue así como, junto con Cristian, comenzamos a trabajar en el proyecto desde cero, sin recursos.

Fuimos a un parque local de Manizales con una cubeta de hielos, tierra, tornillos y cable. Hicimos pruebas y, para nuestra sorpresa, el experimento funcionó. Saltamos de alegría pues estábamos entrando a un mundo nuevo, un camino de innovación. Resultó más grande de lo que pensábamos, porque en ese momento no lo sabíamos.

Lo presentamos a nuestro director de grupo, el profesor Julio García, PhD en ingeniería, a quien le encantó, nos animó a continuar, nos brindó su apoyo. Sumamos a varios de nuestros compañeros que aportaron ideas para mejorar.

En un comienzo el proyecto se basó en la obtención de energía eléctrica a traves de la fotosíntesis de las plantas, específicamente en iluminación. Soñamos con iluminar los hogares con energía limpia y amigable con el medio ambiente.

EMPRENDIMIENTO – IWA

Decidimos volverlo un emprendimiento, así que entramos a Start Up, programa que nos ayudó a moldearlo hacia emprendimiento social.

Apoyados en la idea inicial quisimos darle un giro al proyecto usando nuestro sistema de iluminación para zonas vulnerables de Colombia. Llegó el momento en que empezamos a requerir recursos así que nos presentamos a un buen número de convocatorias, pero sin éxito. Pensamos en abandonar, solo que ya se había hecho parte de nosotros y de nuestro compromiso con el medio ambiente, con la comunidad.

Entonces Cristian consiguió apoyo de la Fundación Universidad Empresa Estado Eje Cafetero (FUEEC) y BIOS, en aceleración de productos tecnológicos, nos brindó la oportunidad que necesitábamos. Hicimos una pausa, pero más adelante retomamos.

Me delegaron la presentación y, aún con pánico escénico, tomé el riesgo, practiqué mi discurso y empezamos a ganar concursos.

Fue ahí cuando lo bautizamos como IWA – Ingeniería al emprendimiento con ayuda de curso concurso – Manizales. Fuimos nominados a los Premios Cóndor – Manizales como emprendimiento sostenible y altamente innovador. También nos presentamos a los Premios Latinoamérica Verde quedando en el top de los 500 mejores emprendimientos de Latino América y en el ranking 9 en la categoría de energía.

Sentí que me había superado, me había presentado ante más de 1200 personas y me había ido bien.

Nada como Social Skin pues debía presentarme ante más de cinco mil personas. Estaba muy nerviosa, fueron tan solo cinco minutos en el escenario, pero los más largos de mi vida. Lo conseguí, ganamos los recursos y además una invitación al Palacio de Nariño por parte del presidente de Impulsa.

Ganamos 100 K Latam, una iniciativa del ITBA, con el apoyo del MIT Sloan Latin America Office, con el objeto de promover el desarrollo de emprendimientos en América Latina y el Caribe. Ganamos también una entrada a Comprometidos, iniciativa de Ashoka, Social Lab y Nestlé, junto con emprendimientos jóvenes de toda Latinoamérica.

Actualmente nuestro emprendimiento tiene cuatro años, hemos realizado demostraciones y pruebas piloto del sistema. Siendo una innovación aún falta camino por recorrer, pero nuestra esencia aún está.

Generamos energía fotosíntesis de las plantas, desde los cultivos adecuamos los suelos para iluminar a las comunidades que no tienen acceso a energía convencional. 

Lo que nos proponemos es dar acceso a la iluminación en zonas rurales utilizando las plantas naturales de los hogares sin cambiar sus costumbres, sin contaminar el entorno ni causar daño al ecosistema.

Actualmente estamos preparando contenidos educativos en energías renovables para enseñar su uso y la instalación del sistema de energía, porque queremos que sean comunidades sostenibles.

REFLEXIONES
  • ¿Quiénes han sido tus mayores referentes?

Sin duda mi familia. Mis padres fueron quienes me enseñaron a soñar en grande, me inspiraron a ser quien soy, a trabajar en mis sueños, a que si tropiezo debo levantarme con más impulso.

Mis hermanas porque son fuentes de alegría e inspiración para mí.

Y mi novio que es una persona que inspira fortaleza, alegría y sabiduría.

  • ¿Cómo contribuyó Social Skin a tu crecimiento como emprendedora?

Aprendí muchísimo de emprendimiento social a través del cual podemos cambiar el mundo y darles oportunidades a las personas que más lo necesitan. Además, nos apoyaron en diseño de marca, propiedad intelectual, liderazgo y otros temas.

Los recursos del premio han sido fundamentales para modelar aún más el emprendimiento.

  • Basado en tu temprana experiencia, ¿qué recomendación le harías a quien quiera iniciar su camino hacia el emprendimiento?

Que no se limiten. El límite está en la mente y todos tememos muchas capacidades para superar cualquier obstáculo que se nos presente, además de los errores se aprende. Si se atreven, verán que una idea puede cambiar mundo.

  • ¿Cómo quieres impactar al mundo?

Pequeñas acciones logran grandes cambios. Si siembro una semilla, en unos años se convertirá en un hermoso árbol.

Se han acercado estudiantes y personas externas a la universidad para decirnos que gracias a IWA se motivaron a comenzar su emprendimiento. Varios de ellos han seguido nuestros pasos, han ganado premios y superado sus miedos.

Me parece genial motivar a las personas a hacer cosas que nunca se habían atrevido.

  • ¿Cuáles son tus mayores talentos?

Ser creativa, callada y sensible. Antes pensaba que uno debía ser muy duro de carácter, que no debía aceptar críticas y que no debía darles importancia. Pero he aprendido que ellas ayudan a crecer como persona, que está bien llorar, desahogarse, luego levantarse y reflexionar.

Siempre me gusto inventar cosas a partir de lo que me gusta. Como IWA, pero también manualidades en porcelana fría y pinturas en lienzo que representan la naturaleza.

Y, aunque mi fuerte no sea hablar, mi talento oculto es comunicar a quienes estén interesados en aprender y soñar.

  • ¿Cuál es tu código de ética?

Ser consciente, honesta, respetuosa. Hacer las cosas con amor, porque genera cambios positivos en el entorno. Si no se hacen las cosas con todo el amor posible, estas no funcionan.

Memorias conversadas para Historias de vida por Isalopezgirlado