Y eso es todo
POMPILIO IRIARTE
Tu ausencia es mi placer. Me gusta el modo
de evocarte sentada en este escaño
del parque, casi niña, sin el daño
del tiempo en nuestra andanza. Y eso es todo.
Era el tiempo del río y su recodo.
Tres décadas y media, año por año,
de este amor adorablemente extraño.
La época del río y su acomodo
al arte del poema y de los remos
para surcar las aguas de la muerte.
En un año no sé dónde estaremos.
No borraré lo escrito con el codo.
Fue una dicha secreta conocerte
y escribirte estas cosas. Eso es todo.