Mónica Contreras E

MÓNICA CONTRERAS

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo

Soy orgullosamente colombiana nacida en Ocaña (Norte de Santander). Lo menciono porque vengo de una tierra pujante que ha pasado por momentos muy difíciles. Llegué muy pequeña a Bogotá. Mi padre es colombiano, mi madre es de descendencia sirio libanesa. Esa mezcla de culturas ha marcado en mí la base para poner a mi familia siempre como el centro.

Desde el punto de vista del liderazgo, me define el hecho de tener metas claras. Construir historias de vida con propósito fue lo que recibí de mi padre. Él era arquitecto y siempre me enseñó a construir, porque como me decía: así como se construyen edificios hay que edificar vidas. Cuando yo le preguntaba que porqué no se caían, me decía que había que hacerles bases sólidas y así lo hicieron mis padres con nosotros sus hijos; por eso hoy me considero una persona estructurada, con altos principios y valores, como pilares fundamentales de mi vida.

Estudié en el colegio San Patricio, soy economista de la Universidad Externado de Colombia y tengo un MBA de la Universidad de los Andes. Estoy felizmente casada, con hijos más que adolescentes (casi a punta de ser profesionales). Tengo un marido maravilloso que me ha acompañado a lo largo de toda mi carrera, que ha apoyado mi rol como mujer y que me inspira todos los días a continuar.

Hago parte de PepsiCo, una organización muy comprometida con los países donde operamos, con las comunidades y con un sentido de propósito muy alto que me ha llevado a encontrarme como persona en ese compromiso social, y como profesional en permitirme abrir un mundo de posibilidades a mi alrededor.

Hace pocos días escribí una nota para mi colegio y recuerdo que con la directora de entonces, Emma Gaviria, crecimos con una sensibilidad social por el país muy alta. Alfabetizábamos en La Gaitana, una comunidad de Suba en donde trabajábamos con madres solidarias, teníamos una segunda jornada estudiantil en el colegio, en la cual participé como directora de curso, y que da posibilidades de educación a niñas de bajos recursos.

A mí ese tipo de actividades siempre me gustaron mucho, el impactar a los demás a través de lo que yo puedo hacer como persona: esto es algo que he tenido siempre muy presente a lo largo de mi vida profesional.

  • ¿Cómo te reconoces para definir tu norte en la vida?

Tener propósito y claridad en mis metas ha sido siempre una constante. He tenido la aspiración del logro, de realizaciones en las que pueda disfrutar porque es ahí donde está mi esencia.

Soy muy disciplinada, al grado de que en algunas etapas de mi vida pretendía que todo fuera perfecto. Las mujeres siempre queremos que todo sea perfecto, la casa, los hijos, el entorno, el trabajo. Administrar las imperfecciones ha sido parte de mi aprendizaje de todos estos años; y que hoy me hace un mejor ser humano y me permite disfrutar más cada cosa que hago.

  • ¿Cómo manejas la frustración?

No considero que la frustración sea un elemento que me identifique. Más que frustrarme por algo, siempre veo la oportunidad de aprender en el proceso. En el mundo actual tenemos que aprender a desaprender. Entender que no todo lo puedo manejar, que hay que pedir ayuda, que apalancarme en capacidades externas, son piezas claves para evitar frustraciones.

En el colegio siempre busqué esforzarme por tener buenas calificaciones y me iba muy bien. Recuerdo una anécdota estando ya en la Universidad donde saqué una mala nota en estadística y en ese momento sentí frustración, creyendo que todo se destruía, al punto que me fui al baño a llorar y tuve que llamar a mi papá para que me recogiera (risas). En mis papás generó profunda ternura pero para mí se había acabado el mundo.

Hoy en día sé que de los momentos más difíciles que uno tiene es de donde más fuerza se saca. La imperfección fue para mí la oportunidad de ver un mundo diverso, y de enriquecerme como persona, ser humano y profesional.

  • A partir de ahí, ¿viste el mundo más amable?

Sin duda. Además, en la medida en que crecen los hijos la escuela se fortalece, el aprendizaje es magnífico por la forma como te retroalimentan, como vives las diferentes etapas con ellos, como tienes que empezar a balancear tu vida.

Profesionalmente he sido una mujer muy cercana al equipo y a quienes me rodean. Busco entender su realidad y de impactarla positivamente, porque no se puede olvidar que hay mucha gente que te está mirando, buscando en ti un modelo, un ejemplo a seguir, por lo mismo busco dejar huella.

  • Tú eres referente para muchos, ¿pero quiénes han sido los tuyos?

A lo largo de mi carrera profesional he tenido mentores y más de un coach maravilloso que me han ayudado a ver lo que para mí no existía, a reafirmarme en mi camino, animándome a construir sobre lo que siempre he sido, pero también aconsejándome para identificar mis oportunidades.

Pienso que el ser humano debe potenciarse en lo que sabe hacer muy bien y sobre eso construir. También identificar lo que requiere una mejora continua. Así pues es importante escuchar las voces en ambos sentidos.

En mis dieciocho años de carrera en PepsiCo he contado con muchísimas personas que me han dado ‹feedback›, mentores maravillosos, y muchos de sus consejos y conversaciones, están siempre presentes.

  • ¿Cuáles han sido las mayores lecciones de vida que has tenido?

Para responder a esta pregunta quiero hablarte de quienes me han apoyado y animado a asumir nuevos retos, por ejemplo fui la primera mujer que llegó a la dirección de ventas en PepsiCo Latinoamérica, un rol que anteriormente era concebido para hombres. Si no me hubieran empujado no lo hubiera aceptado. Mi coach de aquel momento creyó en mí, en mis capacidades, me vio lista y me impulsó a dar el paso; pero lo más importante, me enseñó que estar seguro de ti mismo y de tus capacidades, es fundamental.

Me han influido personas con estilos de liderazgo muy diferentes, en la profesión de ser líder, de algunos entendí la importancia de tener visión y propósito siendo consistente, resistente, y encontrando el valor infinito que significa disfrutar de lo que se hace, buscando siempre un justo balance entre lo uno y lo otro. De otros aprendí cómo el líder se debe a su equipo y a su gente, y eso es algo que busco que guíe mis acciones de manera continua.

A medida que he crecido profesionalmente, me he encontrado con Líderes no solamente visionarios e influyentes sino también transformadores e inspiradores, con una altísima dosis de pragmatismo y agilidad, dos características claves en el mundo actual. Pensar estratégicamente consiste en escoger pocos pero muy importantes objetivos, y luego escoger el mejor camino para alcanzar cada uno.

Indra Nooyi, ha sido un modelo importante de Liderazgo Femenino, que me inspira y me hace ver que la carrera de liderazgo es la de un ser humano visionario, transformador y que deja huella.

  • ¿Y por fuera del mundo corporativo?

Cuento con personas muy importantes en mi vida, amigos de carrera, amigos de infancia, quienes me han acompañado durante todo mi proceso; que en muchos casos son mi voz de la conciencia. Las amigas de infancia que me dicen las cosas que debo escuchar aunque no necesariamente quiera hacerlo, cuando algo no está bien y el simple hecho de hablar con ellas ya es terapia para mí.

El coaching más grande que me pueden dar es el de mi mamá-amiga y el de mi hermana (mi padre murió hace más de dos años). Ellas dos, junto con mis hijos y mi marido, conforman un círculo maravilloso de diálogo, consejos y aprendizajes.

  • ¿Te ves reflejada en tus hijos?

Mucho. Se llevan tres años de diferencia. Mi hija, estudia medicina y es una persona muy disciplinada, perseverante, y con gran sentido social. Con Juan Pablo, quien estudia Administración de Empresas, aprendí la importancia del balance, él es un ser muy carismático, con gran sensibilidad humana y un círculo de amigos increíbles; ambos son seres humanos maravillosos que me inspiran todos los días y ponen mucha pasión en lo que realizan.

Roberto, mi esposo; es mi media naranja, me permite ver el mundo desde una perspectiva muy interesante, con un sentido del humor fino, altísimo compromiso por su carrera, por el país, y una gran dosis de observación y análisis, me muestra caminos alternos para alcanzar el mismo fin. Al final Laura y Juan Pablo, son seres humanos maravillosos que se complementan, no solo son mi reflejo sino el de mi esposo, y eso los hace más completos; son mi generación de millennials en casa de quienes aprendo todos los días.

  • Veo muchas realizaciones en ti. Pero ¿qué cosas quedaron en el camino sin hacerse?

La más básica: no sé montar en bicicleta. Tengo dos hermanos mayores nueve años, entonces fui la chiquita consentida y a mi mamá le asustaba que me reventara los dientes en una caída.

Me encantó patinar y nadar, pero quedé con ese tema pendiente hasta que en un curso de liderazgo en PepsiCo, me invitaron a montar en bicicleta como actividad principal. No tuve más remedio que subirme a una, pedí que me enseñaran y lo logré. Ahora, debo confesarte, que no he sido consistente en la práctica.

  • ¿Y qué cosas siguen esperando el momento?

El mundo se transforma cada vez más rápido y el líder tiene que desaprender y aprender nuevas realidades; entender que la conversación ya es otra, que lo que te permitió llegar hasta donde hoy estás no será lo mismo que te va a permitir avanzar, y que tienes que estar dispuesto a seguir aprendiendo, abrir tu mente a nuevas posibilidades, tener una orientación muy grande a ver la globalización, nuevas tendencias, tecnologías, etc; y seguir transformándote, sin perder tu autenticidad y tu esencia como ser humano, con tus valores y principios siempre presentes y con la claridad de tus metas y tu propósito, aquello por lo cual quieres ser recordado.

Por lo que te menciono, te confirmo que el ‹check list› no es el mismo, requiere actualización continua, y aprendizaje ágil, ya que el entorno está en permanente cambió.

Lo que sigue intacto en mi ‹check list› es la claridad que tengo en seguir construyendo propósito, en dejar legado, viendo cada día el entorno mucho más amplio para lo que puedo ser en el futuro, sin ningún sesgo.

Amo la organización a la que pertenezco, sé que me valoran muchísimo y éstas conversaciones siempre están en mi mesa, por lo que creo que sí hay muchos desafíos en los que puedo brindar apoyo trabajando temas que me inspiran personal y profesionalmente, y sobre los cuales puedo encontrar la realización de mis metas. 

  • ¿Es una manera de reinventarse?

Antes tenías miles de posibilidades, ahora tienes billones por lo que la claridad en lo que quieres debe ser mucho más concisa y creo que ese es el más grande desafío al que día a día nos enfrentamos.

Nuestro deber como líderes es crear estrategias que ayuden al negocio a transformarse y evolucionar, en la medida que nuestros consumidores y el entorno lo demande. Así como me reinvento a mí misma cada día, intervengo de manera activa en reinventar a PepsiCo localmente, evolucionando en la estrategia de negocio, pensando en el bienestar y desarrollo de nuestro talento y nuestras comunidades, siendo cada vez más diversos, inclusivos y sostenibles.

  • ¿Dónde consideras que radica la fuerza de lo femenino?

El ser mujer implica superar grandes temas, porque en ocasiones pensamos que nos tenemos que parecer a otros o dejar de ser femeninas para poder avanzar. Yo le digo a todas las mujeres: “sean ustedes” ‹be yourself›.

Lo otro es que debemos dejar la culpa de lado. La mujer creció creyendo que si al hijo no le va bien es culpa de la mamá. Sin la culpa se puede avanzar de manera importante asumiendo retos profesionales, de pareja, de familia.

Se trata de ser mujer, dejar la culpa de lado y aprender a tener claro lo que se quiere para definir prioridades. Por ejemplo, la mujer que decide que la familia está por encima de la profesión, no debe mortificarse porque otros pasen adelante en el mundo laboral pues ella está haciendo su propia construcción. Se necesita un balance emocional entre lo que se está dejando con respecto a lo que se está decidiendo. Eso me parece fundamental.

  • Es asumir el costo de oportunidad que tiene el tomar una u otra decisión.

Exacto. Es eso.

  • ¿Cómo empoderarse como mujer del entorno?

Demostrar nuestras capacidades, sacarlas a flote, pero siempre creernos la historia. Eso es fundamental, porque en ocasiones no nos las creemos.

También vivir plenamente las diferentes etapas de la vida. Por ejemplo, mi momento actual ya no es solo ser madre y esposa, sino reforzar el ser hija en una etapa de la vida donde tus padres te requieren de una forma diferente.

La mujer tiene mucha disciplina y cuando tiene una tarea, para mí es claro que va a suceder, que el resultado se verá. El ‹outcome› está claro siempre. Además, la mujer conecta todos los puntos, todas las piezas del rompecabezas, así que da ese tipo de perspectiva de conexión que es tan importante.

Cada día tenemos más claro que nuestro liderazgo o empoderamiento, no es un tema de género sino de diversidad, requerimos trabajar muy de la mano con los hombres, ojalá convertirlos en mentores de mujeres, aprender mucho de su pragmatismo, de sus habilidades, de tal forma que construyamos una diversidad mayor; entendiendo que juntos podemos hacerlo mejor.

  • ¿Qué color eres?

Soy azul rey, el color de PepsiCo. Una gama de colores que pasa por varios momentos, desde la tranquilidad, las aguas mansas y en calma, pero con la fortaleza y equilibrio y la claridad de que se puede brillar.

Es mi color corporativo y me da la certeza de que si me lo pongo, sé que me va a ir bien.

  • ¿Qué es el brillo en tu vida?

Es hacer las cosas que yo he decidido hacer, disfrutándolas.

  • ¿Qué es el éxito?

Es la capacidad de alinear las metas, lo que yo quiero y sé que voy a disfrutar, con las realizaciones. Es el resultado de la planeación y la ejecución, porque cuando tienes claro lo que tiene que pasar, lo logras. Tiene un componente de logro que diferencio del poder, no solo profesional sino también familiar o personal.

  • ¿Qué es música para tus oídos?

Es aprender de momentos de esparcimiento, de desconexión y de reflexión.

  • ¿Qué hay en tus silencios?

Observación y aprendizaje. A medida que vas creciendo profesionalmente se trabaja más desde el balcón y desde ahí, desde el silencio y la observación. Aprender cuándo tienes que bajar a participar, intervenir o acompañar, a lo largo de todas las aristas de la vida, profesional, personal y familiar.

  • Si fueras arte, ¿qué serías?

Pintura. Porque tiene los primeros trazos que se van modelando para llegar a una obra final.

  • Tu papá, como el arquitecto que fue, te dio mucha estructura. ¿Qué ingredientes contiene?

Valores y principios. Entender que el dinero y el poder no son todo; el ser honesto; el estar conectado a la realidad social, el ponerte en los zapatos del otro entendiendo sus realidades, el ser una buena persona; son ingredientes claves. El mundo actual requiere que reforcemos todos los días que el Éxito no se mide por lo que tienes sino por lo que eres.

Las matemáticas me han gustado siempre y en la medida en que las estudiaba en mi carrera, me fui dando cuenta que no eran tan exactas, que existía el concepto de infinito y de probabilidades, por lo que entendí que todo puede verse y ser mucho más grande de lo que imaginamos. Por eso los números también podría decir que me han dado mucho piso y fundamento.

La educación, es un ingrediente fundamental, no hay una mejor inversión en la vida, con un mayor retorno, que invertir en nuestra educación de forma continua.

Tengo que resaltar que mi madre también me ha aportado muchísimos ingredientes fundamentales; de ella resalto la relevancia del carácter para poder liderar, tener la decisión de hacer lo que se debe hacer, a pesar de los obstáculos y las críticas. El dejar los miedos y la pena a un lado, para poder alcanzar nuestros sueños, y que el amar a nuestra familia y a nuestros hijos son la mejor receta, así ellos aprenden a amar a los demás.

  • ¿Qué te gusta dejar en las personas que se acercan a ti?

Dejar Huella. Que entiendan que la jornada, la vida, se tiene que disfrutar, que el esfuerzo también tiene una recompensa. Como lo decía Steve Jobs en el discurso de grado de los estudiantes de MIT: “Disfruta cada momento como si hoy fuera el último día de tu vida”.

Ser recordada por Construir Puentes, como decía Isaac Newton, los hombres construimos muchos muros, y no suficientes puentes. Mi compromiso es construir muchos puentes, grandes avenidas, para que se pueda soñar en grande y llegar lejos.

  • Y a propósito de eso, ¿qué debería decirse de ti el día de mañana?

¡Fue ella misma, fue auténtica!