Luis Felipe Henao

LUIS FELIPE HENAO

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo

ORÍGENES

Me siento muy orgulloso de mi origen. Provengo de una familia muy humilde, tanto por mi casa materna como paterna que salió por la violencia de Sonsón, su pueblo. Mis abuelos llegaron a la comuna de Medellín, al barrio Campo Valdés, y comenzaron con una tienda para su supervivencia. Cada uno de mis tíos tuvo una profesión con la que salieron adelante, tal como lo hizo mi papá que se graduó de abogado hasta ser magistrado en Bogotá.

Gracias a provenir de una familia con lazos muy fuertes, a que asistí a la Universidad Nacional y a que tuve la fortuna de que mis viejos fueron progresando para permitirme acceso a cosas de las que ellos se privaron, tuve la oportunidad de compartir y vivir experiencias magníficas.

Sentí muy de cerca la violencia en la época del 85 y 86. Era el auge del narcotráfico que me hizo ver a niños de quince años morir en la comuna nororiental de Medellín. Esta es una experiencia de la que estoy agradecido pues cada vez que doy un paso en la vida recuerdo de dónde vengo y soy consciente del por qué me tengo que esforzar y trabajar tanto sacando todo adelante, también de que lo que uno hace puede impactar favorablemente a una persona.

Alcancé a estudiar un año en un colegio público y después en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín que es de clase media. Ahí me fui desarrollando.

Hago parte de una familia muy sólida pues aunque mis papás hoy no viven juntos, permanecemos muy unidos. Soy  muy paisa, mis costumbres son antioqueñas y es lo que ha marcado mi esencia. Soy una persona fácil de tratar, sencilla, humilde; en mi relacionamiento con la gente todos son iguales.

Para mí fue muy gratificante cuando salí del Ministerio de Vivienda, el evidenciar que las mayores manifestaciones de afecto vinieron del personal de la cafetería, pues yo saludaba de pico, abrazaba, hacía bromas.

Tengo dos hermanos, Juan Esteban (que tiene una hija hermosa) y Julián Darío. Estoy casado con Luz Estela Murgas y tenemos un hijo de siete años que se llama Felipe.

Cuando estoy en Medellín o en Pereira con mis hermanos, puedo ir sin problema a comer perro caliente un domingo. Aquí, en Bogotá, frecuentamos sitios donde venden comida rápida.

Fui muy tímido, juicioso, usaba gafas, era muy blanco, en extremo flaco, luego fui cambiando. He sido muy aficionado al deporte, hice parte de la Selección Antioquia de balón mano y de la del colegio, de la de micro futbol y de la selección de la UPB de atletismo.

Mi familia me mantuvo al margen de las dificultades de la calle por la formación en valores recibida; tuve una mamá que no dormía hasta que yo no tuviera lista la tarea; unos tíos preocupados, con los recursos mínimos, pero se esforzaban. Mi tía Marina cuidó siempre de que nada me faltara, el tío Guillermo, a quien adoro como a un papá, me llevaba a viajar a muchos destinos. Mi papá siempre estuvo pendiente de absolutamente todo.

El tema familiar en mi vida es muy fuerte al grado de impedir que yo mirara hacia los lados, que me desviara. Gracias a mis abuelos también, pues tenían una mano dura para protegernos. Fui el nieto mayor, lo que me rodeó de amor.

De mí parte siempre ha habido agradecimiento y esfuerzo. Antes de acostarme repaso el día y doy gracias igual al levantarme. Lo más importante es agradecer. A veces no nos damos cuenta de lo que vivimos y de lo que nos pasa porque todo se vuelve rutina, pero debemos saber que los momentos difíciles y las dificultades se superan y todo es una oportunidad.

ACADEMIA

Siempre tuve clara mi misión en la vida. Quise ser abogado y estudiar en una buena universidad. Para esto me mentalicé siempre.

Cuando mi papá llegó a ser magistrado en Bogotá, yo caminaba con él por la calle 13 y le dije que quería estudiar en la Universidad del Rosario. Para un paisa, venir a esta ciudad es un hecho insólito porque tenemos muy buenas universidades y nos gustan nuestras montañas, ellas son nuestro límite. Igual siempre quise venir a estudiar acá. Me preguntó la razón y no era otra distinta a que es la Universidad que más presidentes ha dado, porque tiene historia. Entonces me animó a entrar y fue a la única a la que me presenté. No tenía plan B.

Me siento muy orgulloso de ser rosarista y en gran parte le debo mis logros a la Universidad. Mi sueño era ser el mejor abogado litigante del país y estaba focalizado y mentalizado en que lo iba a lograr, y por lo mismo me exigía al límite.

A mi papá  le tocó esforzarse mucho en la vida y vivir con grandes sacrificios. Cuando me pagó la universidad para que le dedicara tiempo completo, me pidió que no trabajara, pero lo hice a escondidas para Jaime Lombana, uno de los mejores penalistas del país a quien quiero como a un papá.

TRAYECTORIA PROFESIONAL

Así comencé en el litigio, fue mi profesor y me eligió como parte de su equipo. Comencé como patinador, era el que lleva los memoriales. No hacía mayor cosa. Comenzamos a construir una relación profesional, asesorando al presidente Álvaro Uribe, al presidente de Ecopetrol, a gobernadores, a Germán Vargas. Si bien no eran mis procesos sí tenía cercanía a estos. Siendo muy joven, Lombana me dio la confianza y me asignó procesos, lo que me ha ayudado mucho en la vida.

También fui profesor de la Universidad del Rosario a los veintidós años y ya había sido monitor en mi carrera. He escrito tres libros de Derecho Penal. Siempre quise ser litigante. La vida dio un viraje, tomó hacia otro lado, pero el derecho lo sigo estudiando.

SECTOR PÚBLICO

La Función Pública llegó como un accidente y se convirtió en una misión, pues mi visión de la Universidad tenía un tema aspiracional, que me brindaba relaciones. Nunca me he proyectado en la política, que si bien estaba dentro de mis posibilidades, mi prioridad siempre fue el Derecho Penal solo que, siendo muy chiquito, me ofrecieron un cargo público muy importante.

A los veinticinco años fui secretario General del Ministerio de Ambiente y Vivienda con un gran ministro, Juan Lozano. A los veintiséis años fui vice Ministro y, el primer día, tuve que atender un acto en Corferias, la presentación salió bien pero fue un tema muy difícil en un momento donde el UPAC era candente, la gente protestaba y nos dieron las dos de la mañana atendiéndolos.

Estuve al frente de macro proyectos y tuve que sortear catástrofes. El manejo de las envidias que desgastan tanto, también fueron experiencias de esta etapa.

Pienso que si me hubiera sido ofrecida esa posición a esta edad no la hubiera aceptado y hubiera seguido en el Derecho Penal, pero esta es una gran oportunidad para un niño de veinticinco años que apenas comienza su vida.

La gente no creía que yo fuera el secretario general vistiendo busito amarillo, jeans y tenis blancos, cuando mi antecesor había sido un señor de sesenta años de edad. De este cargo dependían trescientas personas. A esa edad la aversión al riesgo es muy baja y en ese momento uno se quiere comer al mundo mientras que a los cuarenta se piensan más las cosas.

Lo que me ayuda en los resultados a mi gestión es, el hecho de ser una persona que ha construido una forma de trabajar. Me rodeo de gente mejor que yo, no soy competitivo con los que trabajan a mi lado. Mucha de la gente fue reticente, pero uno se gana todo con trabajo pues no regalan nada en la vida y si se tienen buenas relaciones  y se sienten cómodos, el tema fluye.

De Juan Lozano aprendí que esta era una oportunidad que se da una sola vez en la vida:

— “Sabemos cuándo inicia pero no cuándo termina y la aprovechas o no lo haces”

Esa frase siempre me marcó, como la de Jaime Lombana:

— “Por donde metes la cabeza sacas el cuerpo y no dejes nada a medio andar”

Esto me permitió tener mayor rigurosidad, esforzarme y formarme. Sé bien que cometí errores de los que aprendí, por lo mismo sé que no me hubiera ido tan bien en el ministerio si no hubiera tenido la experiencia de ser dos veces vice ministro. Aprendí a ser prudente especialmente en la toma de decisiones, a reconocer el momento en el que es importante moverse y cuándo ceder.

Germán Vargas alguna vez me dijo:

— “Cuando usted es ministro, todos le dirán que es el mejor, pero recuerde que va a ser el mejor ministro de la historia hasta ese momento, porque, a partir de ahí, será el siguiente. No se deje adular. No se desenfoque. Tenga los pies en la tierra.”

INDEPENDIENTE

Esta era otra liga, jugaba en un equipo muy importante pero era suplente. No podía crecer por encima del jefe por lo que no tenía una oportunidad más allá que salir a montar mi oficina y para hacerlo requería reconocimiento y relaciones y por lo mismo pensé en mi proyección. Lo que nunca esperé es que me tomara tanto tiempo para volver. Ahora ya tengo mi oficina pero nunca volví al litigio.

Fueron cinco años fundamentales que me enseñaron a defenderme mejor en lo público, a tener mejores relaciones interpersonales, a asumir una pelea, a no tomar nada como un tema personal. Fue muy importante esta experiencia para mi formación.

Ahora estoy en medios de comunicación, con oficina, con Germán y con el Grupo Aval.

REFLEXIONES

Mi día empieza muy temprano a las cinco de la mañana, hora en la que ya estoy haciendo ejercicio, trotando o en el gym. Leo prensa y a las nueve ya estoy en mi oficina atendiendo los temas del Hospital de Sarmiento. Las tardes son para dedicarlas a temas de Germán Vargas ayudándole a materializar su proyecto porque está muy comprometido con su Fundación. Estamos construyendo un programa serio que le sirva al país. Las noches son para dedicarlas a mi familia. También estoy participando en la Ley de Vivienda del Gobierno de Honduras a lo que le dedico fines de semana.

Tuve la oportunidad de viajar a estudiar o de dedicarme al servicio diplomático, pero no quise, preferí quedarme. Considero que estoy muy joven para optar por ese camino. Esta decisión me sirvió para estar en un proyecto magnánimo, se trata de la más grande clínica que tendrá Latinoamérica en cuanto a la lucha contra el cáncer. Me motiva el hacer parte de un proyecto filantrópico  y el estar aprendiendo de manera directa de un personaje como del que estamos hablando también.

Así se abrieron muchas puertas que no esperaba, como la de los medios en los que me he ido ganado un espacio pues he participado de Hora 20, programa en el que soñaba ser invitado, lo visualicé y se me dio, también en Semana en Vivo, Sí o No en RCN. Disfruto inmensamente pues el periodismo me llama muchísimo la atención. Considero que haber opinado en un tema tan polémico como el de Uribe vs Samper Ospina que fue muy relevante.

Cuando me miro de afuera no me lo creo. Sé que lo que he logrado ha sido difícil y agradezco a Dios por mi construcción a edad temprana. Mi familia como mis amigos son un polo a tierra. No cambiaría nada en mi vida y, claro que reconozco que me he equivocado, pero de los errores se aprende.

No he dejado de hacer cosas, por el contrario, creo que he hecho más de lo que el promedio hace. No me auto flagelo por lo que pude haber hecho mejor, pero sí me impongo metas. Estoy escribiendo columnas que ocupan entre tres y cuatro horas a la semana y sobre derecho penal contra la corrupción. Estudié en España un tiempo y me gustaría regresar a disfrutar bajándole el ritmo a la vida.

Creo en la educación como el gran movilizador social. Lo único que puede hacer que nuestra sociedad empiece a disminuir los temas de desigualdad y lucha contra la pobreza, es tener un acceso a educación de calidad para todos.

Me apasiona el futbol, la política, el periodismo, el derecho. Tengo claro que debo sacarle gusto a lo que esté haciendo y, si tuviera que elegir (prolongado silencio), me quedaría con el Derecho.