Alejandro Cabo

ALEJANDRO CABO

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.

El concepto cultural es un secuestro, tenemos una cultura secuestrada.

En mi opinión, la generación nuestra en el aspecto artístico quedó oculta. El concepto de producción artística quedó convertido en una fama y en un precio; precios excesivos y fama económica. No es una postura intelectual que tenga que ver con los cimientos culturales sino que sencillamente replica famas y nombres de cuatro o cinco pintores y nada más; los otros quedaron completamente borrados.

  • Cuénteme, ¿dónde nos encontramos?

Estamos en una casa Tudor Estuardo que es una copia de un Palacio Enrique VIII, de una geometría estrambótica dificilísima de mantener. Mi casa es un romance inglés Shakesperiano.

El Distrito considera que mi casa tiene un sentido cultural, sin visitarla siquiera porque realmente no le interesa y lo que quiere es tapar el híper desarrollo que hicieron con la Sabana de Bogotá, a través de cuatro barrios que son La Candelaria, Quinta Camacho y cinco casas más. Dicen estar protegiendo el patrimonio cultural cuando lo que hacen es ocultar el deterioro urbanístico que hicieron de la Sabana.

  • ¿Por eso se siente secuestrado?

Por supuesto. Comienzo a introspectarme, a preguntarme qué es lo que está pasando con mi vida y concluyo que soy la momia de esta construcción.

  • ¿Así se siente?

Por supuesto. Como me convertí en momia, pasé de momia a yoga.

Y en el yoga descubrí que las estructuras de protección, de lo que le conviene a la persona, están grabadas en unos textos dedicados fundamentalmente a la meditación y específicamente a la ciencia del alma, el Surat, que es la actitud de poner la atención internamente a ver qué fue lo que Dios hizo con nosotros.

Nada es última instancia en la vida porque los absurdos siempre tienen un arreglo. El único juez eterno es alias Dios, eso que hemos llamado así y que no sabemos qué es y sobre lo cual todo el mundo discute y todas las filosofías discuten.

  • Y por el que la gente se mata.

Sí. La gente se mata y los partidos políticos se enfrentan y todos quieren gobernar bajo la gracias de Dios pero nadie gobierna para favorecer, sino que se vuelven grupúsculos.

No hay una universalidad. Esa universalidad no la da sino el Yoga y además, hablando de la paz, esta comienza por una espiritual no política, donde la última se deriva de la primera.

  • La paz política deriva de la paz social y ésta del individuo.

Por supuesto y de la estructura y del enloquecimiento teísta.

  • Ya me dijo en qué casa estoy, ahora dígame con quién estoy hablando. ¿Quién es Alejandro Cabo?

En la cédula y en mi estructura familiar soy Alejandro Cabo pero fundamentalmente yo ya no tengo ni nombre, ni nada. Yo soy una especie de fluvio extraño, de aroma extraña, además porque cada vez que uno se va envejeciendo va tomando diferentes aromas y cada vez más molestos también (risas).

Esa es la condición.

¿Quién soy yo? Yo soy un proceso de envejecimiento.

Somos universales y todos somos hijos de Dios. Alias Dios es un personaje que no tiene barbas ni está representando en el Vaticano, ni por Miguel Ángel. Es un abstracto absoluto y es una luz, un sonido; es de donde viene la materialidad que se concreta para dar origen a la creación, pero es fundamentalmente desde donde se da origen a todas las liberaciones y a toda la creación o las creaciones porque a lo mejor esto se sigue replicando en otras posibilidades.

Al ponerse en contacto con ese personaje, con esa fuerza, con ese impulso ayuda mucho a que uno logre medio subsistir en razón a las inequidades. Somos unas cucarachas.

  • Está muy Kafkiano.

Sí, realmente sí.

Claro, es que me haces pensar en la posición de Kafka cuando le envía una carta a su padre que titula “Carta a mi padre” y le dice:

— “Alguna vez me preguntaste porqué te temía y como de costumbre no supe qué contestarte”.

Estaba completamente aterrado con la pregunta; no sabía qué hacer con su papá y nosotros no sabemos qué hacer con el Estado.

Tenemos un Estado castigador, con unos impuestos impagables, con unas exigencias políticas e ideológicas sin imaginación ninguna. Siempre repitiendo sobre lo mismo. Nos quedamos con Keynes o con los economistas del libre mercado, con Marx y ahí vibramos entre eso.

No tenemos otra posibilidad de crear una nueva nación o una nueva forma de vivir bien. Por lo tanto, nos tenemos que elevar a la estructura teísta.

  • ¿Para Usted es una forma de desconectarse del mundo o de conexión con él?

Esa es una forma de aguantar el vivir en un Estado de derecho que no te permite desarrollarte.

  • ¿Y cómo es su inmersión en Yoga?

Me ayuda mucho a aguantar. Llevo treinta años con una condición fundamental que es el vegetarianismo, de otra forma tu genio es infernal y diabólico.

Este es uno de los aspectos para comenzar a construir el país. Menos cervecita, menos tabaquito y menos marranito. La apología cultural del cerdo en Colombia es gravísima. Eso no produce sino ira, pues se va al sistema endocrino, es envenenamiento, de ahí vienen las guerras. Si seguimos con marraneras y asaderos, y creciendo en el sistema que actualmente aplicamos, no habrá nada distinto a la cultura de la barbarie. Es cromañón.

Cuando comencé a evidenciar esto, desarrollé una exposición en pintura que se llama: “Cerdos cubistas: dietas vegetarianas para la paz, dietas cárnicas para la guerra”. Porque lo que eso produce es ira, lujuria, apego, vanidad, y codicia. Las pasiones de la mente, que mientras no logres manejarlas no estás construyéndote a ti misma. Todas se alimentan entre sí y se llama locura.

No puedes estar sometido a todas las pasiones de la mente y esa es la estructura fundamental del Yoga, controlarlas para lograr el desarrollo de la tensión interna, o sea, la ciencia del alma. Es una ciencia, es la ciencia del alma, es la medicina original, precisamente la que necesitamos. La meditación es fundamental para encontrar la verdadera felicidad y el equilibrio.

Podemos vivir en el país más feliz del mundo con los individuos más desgraciados porque el problema es el individuo.

  • Me estaba contando sobre su origen.

Vengo de una familia antioqueña, de esas liberales, transgresoras de las costumbres, muy independientes, cada uno haciendo lo que le parece. Nosotros somos de la misma estirpe.

Tuve una hermana ceramista. Nos dedicamos a la cuestión artística. Mi abuelita pintaba florecitas y lo hacía bien, y pintaba al óleo pues estudió en Bélgica en aquella época que resultaba muy extraño. Al ser Bélgica un reducto menos libertino que París, era un destino perfecto para ella y el lugar donde se educó mi mamá también.

Mi mamá, Ligia Restrepo, era muy divertida, tocaba el acordeón, usaba boina roja y fumaba. Hacía lo que quería. Ella era chiquitica, finita y el acordeón gigante, un Honner.

A mi papá, Guillermo Cabo, le fascinaban las excursiones, la selva, las carpas, las linternas. Mi papá se va a San Andrés y termina ayudándole a la Corporación de Turismo con Hotelería.

El equilibrio nunca lo llegué a conocer.

  • ¿Cómo llegan a Bogotá?

Mi mamá se aburrió de escuchar las campanas de la iglesia y quiso venir a Bogotá.

  • Y el apellido Cabo ¿de dónde es?

Alguna vez le pregunté a mi papá y me dijo:

— ¡No es Polaco!

Y ponía cara de asco.

Dicen que eran navegantes. A mi papá le fascinaba la navegación, manejaba velero y lo hacía muy bien; sabía mucho de mar.

También dicen que el apellido viene de Cabot, con una t que no se pronunciaba y terminaron quitándosela. Eran unos personajes que le llevaban la contabilidad al Zar de Rusia en Polonia.

Sí, eran polacos, pero a mí eso me tiene sin cuidado.

  • Sígame contando de Usted.

Me dediqué desde muy jovencito a hacer aeromodelismo. Era magnífico hacer avioncitos con motor y planeadores.

Con eso desarrollé una habilidad manual, pero la parte artística se me dio a través del Yoga cuando las estructuras indígenas me permitieron encontrar un documento arqueológico que mostraba unos cerditos con unas figuritas descabezadas y los bracitos rotos, lo que me hizo cuestionar, encontré un documento de artritis y de locura.

Después leí por casualidad un libro de un antropólogo americano, Marvin Harris, que se llama “Vacas, cerdos, guerras y brujas” cuando la guerra del Vietnam (1955 – 1975), era una crítica en la que decía que:

— “Cómo es posible que teniendo todas las comunicaciones de hoy en día a nivel global – era un libro de 1978 aproximadamente – y el conocimiento acumulado de las diferentes culturas, Estados Unidos no se haya dado cuenta que este es el generador de una estructura de desestabilización social”

Me puse a asociar con cromañón, las cuevas de Lascaux, las crucifixiones de las patas, en la semiótica del lenguaje y encontré un reducto interesantísimo. Comencé a desarrollar mi exposición.

Me llamó mucho la atención el cuento del Mercader de Venecia que al final él tiene que pagar con una víscera su deuda, pues ésta se paga con carne. Pero esto ¿qué quiere decir?, me pregunto. Si aquí hay una estructura judía donde la Biblia prohíbe todas estas situaciones, hay una transgresión sobre la estructura cultural.

Me di cuenta que la estructura cultural era una duplicación hacia la falsedad y que el arte no era sino una forma de decir mentiras.

  • No era de revelar verdades entonces.

No, es al revés, es un falso positivo.

La estructura cultural, en el fondo de su génesis tiene un falso positivo. Hay un sino.

  • Pero el arte cuenta la historia de la humanidad.

Hay un sí y hay un no. Un péndulo es un elemento que hace sí y hace no, por lo que concluí que es un asesino, es lo que me está diciendo. Es un asesino de mí mismo.

— Estás metiendo la muerte dentro de ti. Abre tus ojos, estás ciego, no te das cuenta de lo que estás haciendo con tu vida.

  • ¿Siempre fue un inquieto intelectual?

No, yo estaba completamente dormido. Vivía con los ojos cerrados hasta que comencé a meditar, hasta que recibí la iniciación de un maestro de espiritualidad; de un maestro de luz.

  • ¿Cómo llega a él?

A través de una amiga que anuncia que llega un maestro de la India. Él da una conferencia sobre espiritualidad y dice:

—“Todo el que quiera recibir el mensaje del maestro, mire sus ojos y cierre los suyos”

Yo lo miré a los ojos y cerré los míos, tal cual pedían que lo hiciéramos. Vi una chispita como la de Alicia en el país de las maravillas. Me pareció una belleza, me sorprendió. Era un maestro perfecto.

Luego, muchos años después, y sin entender nada porque todo lo que leía era letra muerta porque no aplicaba, supe que las ciencias espirituales no se pueden leer como si se leyera un periódico. No es un libro de leer sino de aplicar.

  • Pero para aplicarlo debe leerlo primero.

Si no lo aplica no lo entiende.

  • Solo viviéndolo le encuentra sentido.

Exacto. Aplicándolo le encuentra sentido si no, es letra muerta.

  • ¿Quién era Alejandro Cabo antes de recibir esa chispa que le mostró un sendero que antes no existía en su vida?

Llegué por afición y me apliqué a la decoración de interiores y producción de muebles. Yo figuro como carpintero de la gente rica.

  • Como Jos, el padre de Jesús, para continuar con teología.

Sí, tal cual.

  • ¿Qué lo llevó ahí? ¿Cuál es su vínculo con el material que lo conectó con el oficio?

Sí, tiene razón, hay un aprecio por los materiales, hay una belleza y un romance por el árbol, pero no llegué tanto por eso sino por una estructura constructiva, por una habilidad de constructor.

  • Me lo dijo hace un momento.

Exacto. Construir y crear. Más que todo como una aplicación antropológica.

A mí me llamaba mucho la atención que en Colombia, las familias distinguidas le dieran tanta importancia a los estilos de los muebles que tenían; eran prestantes por los objetos que los rodearan porque los comportamientos dejaban mucho que desear. Se emborrachaban y a mí me daba asco verlos comer carne, me parecía que eso no era digno de una persona que se considerara elite. Yo hacía parte de lo mismo, desde luego, pero en mi interior pensaba eso.

De pequeño me molestaban muchísimo las fiestas de los adultos en donde el alcohol llevaba a actitudes difíciles con las personas y veía que la cosa colombiana no funcionaba mucho.

Entonces me puse, dentro de esa mente ingenua, a analizar los muebles y la estructura de las casas, qué había por dentro y cuáles eran los patrones culturales.

En realidad de literatura no se hablaba mucho en las familias, nadie comentaba un libro. Conocí a León de Greiff y eso era excepcional. Alguna vez llegó a mi casa a llevar un recado de algo y me pareció tan particular la postura de él con su pipa y con sus gafas y con su estructura lingüística, la forma como hablaba y la picardía con que decía las cosas me pareció espectacular.

Me pregunté, ¿cómo es posible que existan personas así? Y después con los años lo leí, me sedujo con su poesía que es verdaderamente única, con su capacidad de inventiva y de producción, de entregarle a uno ritmos nuevos, ideas nuevas, libertad para pensar. Era un liberador más que un poeta siendo también lo segundo.

En ese concepto me puse a analizar el mueble colombiano, ¿cuál es la estética nuestra? Después de mirar la estética española de los siglos XVI al XIX, todas las enajenaciones culturales, de qué era lo correcto y mucha cábala, mucha mística geométrica que busca llegar a D´s por este camino.

  • Como si fuera una escalera.

Exactamente. Una escalera social.

Tuve la oportunidad de conocer a Guillermo Cano Mejía, de la Galería Cano. Hicimos todo el desarrollo con Luis Fernando Barriga de una nueva estética porque las paredes del Banco de la República eran forradas en tapete marrón; no había ninguna estética, por lo que le dije al señor Cano:

— Hay que hacer una relación con los materiales naturales, con la artesanía. Hay que decir qué dice el oro.

El problema es entregarle al oro, inclusive al oro precolombino, el valor literario, conceptual. ¿De qué habla? ¿Porqué lo llaman así?

  • Y el porqué es considerado riqueza.

Porque es un paganismo absoluto, nadie dice nada de qué es lo que dice. Qué está grabado en oro además lógicamente bajo la premisa de que el Yoga dice:

— “El oro es basura y la plata (metal) también”

Ante los ojos de la espiritualidad todo es basura, no es que sea el gran contenido universal, pero es lo que tenemos.

Hay un libro que contiene una filosofía de la vida escrita en oro.

  • Y lo que Usted quiere, a través de su obra, es dejar en evidencia eso que dice que los otros no ven.

Sí claro, quitar el velo de la mente y de la cultura; de una cultura falsa.

  • ¿Usted siempre lee entre líneas? ¿Siempre se detiene en el detalle?

Sí y uno se enloquece en el detalle, hasta de penetrar en las consecuencias, cuál es el contenido de todo esto.

  • ¿Quién es Alejandro Cabo? ¿Qué lo contiene?

¡La momia!

Yo soy la momia de alguien que no dejan desarrollar y que tiene que hacerlo, afortunadamente, en otra dirección, en la interna.

Lo que nos ha tocado vivir como colombianos cedulados es terrible.

  • ¿Quién es Usted? ¿Cuáles su verdadero sentido de la existencia? ¿Cuál es el sentido de estar despierto a esto que parece una realidad?

Ah, no, eso sí hay que gozarse la fiesta porque la vida es el gran festín.

  • Y cuando habla de fiesta, ¿en qué piensa? ¿acaso en la inmersión del observador?

No tanto la posición del deleite de observar la creación porque ese es el drama. En mi caso yo pierdo más tiempo en mi conflicto interno que en el deleite externo. Yo todavía estoy guerreando contra mí mismo. Claro que yo todo lo embellezco y lo hago con guadua.

Cuando salí de la estructura del mueble histórico, de los símbolos de toda la colonia Española y la Inglesa, me pareció una tontería:

— Aquí hay que desarrollar una cosa que sea natural y muy nuestra.

Así comencé paralelo con Simón Vélez, él con arquitectura y yo con muebles, a hacer los primeros muebles de guadua aquí en Bogotá y como tenía esta casa mi trabajo se hizo popular.

Los primeros muebles de guadua se vieron a la orilla de las carreteras y eso era lo que yo quería realmente. Mostrar una nueva estética, mostrar que Colombia tenía guadua, pero no fue sino que saliera el desarrollo de la guadua e inmediatamente la prohibieron:

— “No se puede sembrar porque modifica el paisaje colombiano, solamente donde el Inderena diga; no se puede transportar porque da cárcel…”

No fue sino que comenzara a surgir el desarrollo del bambú e inmediatamente lo frenaron cuando esta industria lo que hace es proteger los árboles maderables que son los que producen oxígeno y se demoran muchos años en desarrollarse, mientras que el bambú es prácticamente una maleza de primer recurso campesino que si Usted lo llevara a las zonas rurales tendría una posibilidad de vivienda y de gran utilidad.

  • ¿Qué lo hace feliz?

A mí me hace feliz todo lo bueno que he podido hacer e infeliz todo lo malo (risas).

  • ¿Qué es el humor en su vida?

Es tener un buen aroma.

  • Me refiero a la emoción.

Es la estructura nerviosa de un buen aroma.

  • ¿Ha sido un buen lector?

Ahora se me dañaron los ojos pero tuve la suerte de leerme el Quijote de pasta a pasta y lo gocé cantidades.

  • Esa es otra Biblia, otro código.

Es un código fantástico.

  • ¿Cuál es su música predilecta?

Ahora estoy fascinado con Alexander Scriabin, compositor ruso de 1871 a 1915. Fue quien compuso la música de la comunicación periodística del primer satélite.

Él no se agota, su capacidad es inusual y decía que él era Dios y es que su música lo demuestra, escucha los preludios, la sinfonía nro. 2. Eso es lo más hermoso y constructivo al cerebro.

Un cerebro del siglo XXI quien lo escuche, avanza en otra posición, nueva, incomprendida, porque lo nuevo también es incomprendido.

  • Por nuevo.

Exacto, no solamente lo antiguo, lo culto.

  • ¿Qué es imprescindible en su vida?

Imprescindible es la búsqueda de la verdad.

  • ¿Qué es la verdad? ¿La verdad de quién y para quién? ¿Entendida de qué manera?

Y en qué momento. Entendida como algo bello, como algo justo, como una respuesta y como una medicina también.

  • ¿Qué es la justicia?

A mí la aplicación de la justicia es lo que más me ha hecho sufrir.

Creo que uno no debe aplicar justicia nunca porque siempre se arrepiente, es una cosa terrible lo que produce. Es que no existe, por buscarla se equivoca uno, por ejercerla se equivoca el doble.

Siempre tiene que existir el perdón y otras posibilidades, porque tenemos que seguir avanzando.

  • ¿No importa el grado de daño que se cause?

Desde luego que importa pero siempre debe existir el perdón. Es un drama la justicia.

  • ¿Cómo curarse realmente porque para poder perdonar se necesita alivio?

Debe tomarse la medicina original.

  • ¿Esa cuál es?

El proceso teísta.

  • ¿Cuál es el proceso teísta?

Volverse a llenar de una luz nueva.

  • ¿Dónde la encuentro?

Dentro de Usted misma y llega por medio del Yoga de la atención, no de los ejercicios de respiración ni de la gimnasia de la columna, ni de la flor de loto.

  • A qué cosas se debe estar atento?

A la luz interna y a la voz también, porque depende mucho. Es como llevando un ciego, éste tiene que entrar en contacto con alguien que tenga ya la luz creada, porque esas voces internas también son engañosas y a veces traen recuerdos de nacimientos anteriores.

  • ¿Usted cree en la reencarnación?

Desde luego. Este es un proceso de muertes y renacimientos.

  • Y ¿qué es lo que sobrevive?

El alma.

  • ¿Porqué rumbos lo ha llevado su alma y cómo sabe qué tan antigua es la suya?

Eso yo no lo sé porque hay muchas teorías a ese respecto y dicen que hay unas almas que son de primer origen, que acaban de llegar sin sufrimiento acumulado, son almas dioses, las otras son castigadas que necesitan ser liberadas.

  • Entonces, ¿la reencarnación es para los castigados que necesitan ser liberados? ¿Volver a vivir es una especie de limpieza del alma, una oportunidad para rectificar?

Sí. El Universo tiene que tener un perdón porque no todo puede ser castigo ni todo puede ser engaño.

Cuando estamos diciendo que hay una transgresión cultural, ese dolor que le causa al individuo vivir, tiene que ser solucionado de alguna forma, no puede quedarse ahí.

Debe haber una devoción interna.

  • Y ¿qué es la muerte?

Es dejar el cuerpo.

Porque lo que realmente existe objetivamente es el alma, el cuerpo está sometido a la muerte.

  • Y ¿dónde queda la memoria?

Las memorias pueden también quedar grabadas en el alma, porque la mente magnetiza el alma. El futuro es no regresar a este infierno.

  • Este infierno también lo describió como una fiesta.

Es una fiesta donde los borrachos se estrellan, donde la gente se mata.

  • ¿Eso es imperfecto o esa es nuestra limitada perfección?

Eso es imperfecto, es asumir una imperfección y un sino.

  • ¿En qué cabe la perfección?

Eso me hace pensar a mí un poco en la estructura del milagro. Llevar desde lo espiritual, prístino, a lo material, una paz y una armonía absoluta, pero eso no lo logramos los seres humanos.

Lo que pretende el arte es eso. Cuando un escritor o un escultor se sienta a hacer su trabajo, lo que quiere es perfección, eso busca.

  • Y belleza

Y ritmos. Ideas idílicas, enamoramientos, arrobamientos y captar la atención, quedarse con la atención del otro y esa atención ¿qué es?: el alma. Entra en el alma del otro y se vuelve vernáculo, se instala dentro de la estructura social.

  • ¿Qué es trascender?

Podría ser empatar el alma de uno con la del otro. Tener la posibilidad de poder decir:

— Tú y yo estamos en el mismo lenguaje, en la misma estructura de crecimiento, no soy yo solo. Yo no quiero quedarme con Dios. Yo quiero que Dios seas tú.

Es que tú eres Dios así no lo reconozcas.

  • Es ser esa gota, esa chispa…

Claro. Está en todos.

  • Cuando uno se siente tan conectado con la energía de otra persona, es posible que se hayan caminado senderos al lado de ese ser humano en el pasado y que la vida los acerque siempre para que se sigan encontrando?

Es posible. Hay un racionalista muy especial que postula los campos mórficos. Dice que cuando una persona evoluciona por algún motivo que le llega de sus planos superiores, mental o espiritual, los otros también pueden hacerlo. No es sino que uno lo haga para que el otro también.

Pareciera que dentro de toda la placenta de la creación, se sabe que se va subiendo, se va evolucionando.

  • ¿Debería uno sentir vergüenza con uno mismo por hacer parte, entendiendo el vivir como un castigo, por no ser evolucionado?

Vergüenza sí para los que tienen el conocimiento y no lo aplican. Se puede estar aquí porque no quiso evolucionar, porque su ego es superior a su propia mente, se es más enfermo de lo que está pensando.

  • ¿Y esa no es la realidad de todo ser humano, la de sentirse por encima de todo el absoluto cual dueño e insustituible?

Claro, ese es el primer peldaño y en ese nos resbalamos.

  • Nacer es la confirmación de la equivocación de lo que creemos ser.

De lo que realmente somos, claro, comenzamos es llorando.

  • Y ¿cómo terminamos?

Pues ojalá no terminemos llorando sino evolucionando.

  • ¿Qué le gusta dejar en las personas que lo conocen?

La libertad para evolucionar y para liberarse de conceptos que lo tienen amarrado. Sí porque de otra manera vivir se vuelve falso, un disfraz.

  • ¿Cuál es la huella que usted deja en los otros?

La liberación porque no hay nada más triste que ver a una persona sufriendo.

  • ¿Qué debería decirse de Alejandro Cabo?

Nada (largo silencio)

  • ¿Porqué lloró?

Porque tengo conjuntivitis y además, mis lágrimas y mis risas son de la misma naturaleza.

  • ¿Cuál debería ser su epitafio?

(profundo silencio y lágrimas)

— ¡Aquí yace Alejandro Cabo que falló y jodió hasta que se murió!