JOHN SUDARSKY
Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.
Durante mi vida me ha acompañado la curiosidad intelectual. Cuestiono todo, tengo foco y conciencia de lo limitado que es el tiempo. Soy un rebelde que, precisamente con el tiempo, encontró en la ciencia su camino a la rebelión.
También soy un académico que no se considera intelectual, por lo menos no en la acepción que se tiene en Colombia, pues me acompaña un sesgo muy fuerte por la base empírica de la investigación, la misma que valido siendo concreto y claro.
Me ayuda el hecho de ser empresario, ya que no es mucho lo que se puede filosofar.
ORÍGENES – FAMILIA PATERNA
A mis abuelos, Nahama y Jacob, como a tantos judíos, los nazis los mataron en Lituania; entraron a su granja y los ametrallaron junto a toda la familia. Mi tío Misha, el menor, se escapó de milagro y se enroló en el ejercito soviético. Sus hermanos habían migrado gradualmente; mi tío Simón viajó hasta Argentina y mi tía Sonia se casó en Manizales con Adolfo Wagenberg.
Marcos, mi papá, llegó inicialmente a Colombia, luego viajó a la Argentina a aprender a hacer carteras que no se frabricaban en el país. Era muy aventurero y conoció el territorio nacional de mil maneras. Fue comprador de algodón para la Cargill en las pampas y práctico de barcos en Corrientes.
De joven imberbe se convirtió en un hombre atractivo, muy elegante, de sonrisa en el rostro, bailarín de tango. Regresó a Colombia y aterrizó en el antiguo Caldas donde, de pueblo en pueblo, vendía a plazos abrigos cuando la gente usaba solo ruanas.
Recuerdo sus historias fantásticas que le hacían brillar los ojos. Contaba que, alguna vez estando en pleno invierno en una taberna en Lituania, entró un campesino muy grande, cogió un arenque con su mano derecha y, después de comérselo de un solo bocado, se tomó la botella de vodka que tenía en su mano izquierda.
En alguno de los pueblos de Caldas que recorrió, entró a una café-tienda un chalán con su caballo y rastrilló el piso haciéndolo sentar de golpe sobre la grupa, produciendo chispas en el piso con las herraduras.
Papá fue un gran jinete, pero también montaba moto en esa época; fue un gran referente en muchos aspectos, serio, dedicado y comprometido con su familia.
FAMILIA MATERNA
Mis abuelos maternos fueron Abraham y Bertha Rosenbaum, judíos polacos. Su hijo menor, Isaac, nacido en Santa Rosa de Cabal, fue hasta hace poco un eminente médico internista de la Fundación Santa Fe de Bogotá.
Mi abuela viajó a Colombia, con sus cuatro hijos, alrededor del 1932 cuando apenas Hitler subió al poder en Alemania. Le había tocado la primera guerra mundial. Para ese momento mi mamá, Sabina, tendría doce años.
Santa Rosa de Cabal, a donde llegó, presentaba un contraste inmenso con Polonia. Estudió primero en una escuela pública y luego con monjas que no perdian oportunidad de tratar de convertirla. Estaba muy aislada emocionalmente con cuatro hermanos hombres y luego con tres hijos.
Sufrió en Santa Rosa todo el oscurantismo religioso conservador y el duro lugar al que relegaban las mujeres. Una amiga suya, Rosalba Arbelaez, padeció por haber tenido una hija “natural”. Seguí con mamá su trágica historia.
Mamá, siempre muy bella y bien puesta, era muy curiosa, pero las oportunidades no se daban en esa época para las mujeres. Aún asi, a lo largo de su vida, cada vez que tenía la posibilidad, se preocupaba por cultivarse y aprender.
CASA MATERNA
En Caldas la comunidad judía era muy pequeña y el número de pretendientes reducido. Pero allí, mis padres se conocieron y se casaron. En las fotos de matrimonio mi mamá se ve radiante, mi papá orgulloso, los dos muy elegantes y contentos.
Se instalaron por un tiempo en Armenia donde nacimos mi hermano José y yo. Desde muy temprano estuvimos en contacto con el “olor de la guayaba” principalmente en Pereira, ciudad a la que se mudaron mis abuelos y que gloriosamente nos acompaña para siempre.
Mi papá abrió la Casa Argentina, confección de ropa de mujer y venta de paños, negocio que vendería porque mi mamá siempre tuvo muy claro que quería educar a sus hijos en Bogotá, y así lo hizo.
TRASLADO A BOGOTÁ
Mi papá había vendido el almacén, pero antes de recaudar los recursos ocurrieron los hechos del 9 de abril donde le quemaron y saquearon todo.
Una vez en Bogotá acudió a préstamos del gobierno nacional que se otorgaron a desplazados por la violencia. Con los recursos abrió su casa de modas que se hizo muy popular.
Casa Harella, estaba ubicada en el edificio de la Colombiana de Seguros de la 17 con 7ª. Tenía también allí el taller que ocupaba a mas de sesenta personas.
Mi papá traía los diseños de Nueva York con la ayuda de mi tío David, pues era su lugar de residencia. Manufacturaba en el taller, a precios asequibles, la última moda en abrigos, sastres, vestidos de coctel y trajes de bodas.
Esta es la historia de mi familia, como la de tantos colombianos, la de ser desplazada. Lo fueron mis abuelos y lo fueron mis padres. Espero que no me toque nunca a mí ni a mis hijos ni a mis nietos.
INFANCIA
Papá consintió siempre a mi mamá y a nosotros sus hijos: José, John y a Felipe que nació en Bogotá.
Mamá era contenida en sus apreciaciones públicas, pero extraordinariamente fuerte en sus convicciones. Una vez me comentó que, si hubiera tenido hijas (aunque tuvo sobrinas que la adoraron), habría buscado que la familia migrara a los Estados Unidos.
Con nosotros fue muy cálida, pero cuando se ponía brava, seguramente con toda la razón, era de temer. Gozaba mucho de los eventos sociales; fue excelente cocinera de recetas judías y siempre tuvo su casa espléndida.
Dentro de la comunidad judía, como en todas partes, había una estratificación interna. En Bogotá hubo familias de segunda y hasta de tercera generación de judíos mucho más ricos que vivían en el norte.
A mi mamá, que siempre quería estar en la cúpula, le costó adaptarse al comienzo, recien llegada de provincia. Pero se integró a la Asociación de Señoras Judías, la Wizo, bajo la guia intelectual de la doctora Lidia de Grutzendler quien tuvo un impacto enorme pues guiaba a las señoras y cultivaba sus anhelos de conocimiento e ilustración transmitiendo el judaismo moderno, secular, que había sido tan fuerte en Europa como respuesta a la modernidad. Por supuesto, también transmitiendo las enseñanzas de Freud.
Recuerdo que mi papá, que en su momento tenía caballos de carreras y que estaba muy vinculado al hipódromo, se ganó un concurso con un seis único, y recibió una fortuna importante, aunque para ese momento ya teníamos un nivel de vida alto.
En esa generación no había dialogo con el papá. No recuerdo haberme sentado a conversar con el mío sobre problemas concretos o decisiones vitales. No aprendimos que esa pudiera ser una manera de comunicarse.
En mi casa comentábamos que terminamos todos psicoanalizados, menos él que era la fuente de las razones para hacerlo.
El psicoanálisis fue uno de los regalos de mamá: La libertad para proseguir nuestro proceso de individuación entre las tormentas que nos vienen del id, de los instintos y las ominosas barreras de la represión y el súper ego.
JUDAÍSMO
Mi familia no fue de rituales, la postura de los Tefilim me lo enseñó el rabino como preparación para el Bat Mitzvah. El Yiddish fue el idioma que usaron mis padres para comunicarse entre ellos, pero no lo aprendimos. Mamá desde muy temprano insistió en el inglés.
Mi situación de observador de lo colombiano como judío esquenazi, como extraño en ella, me ha dado una posición de privilegio para identificar lo que eventualmente llamaría la tradición hispano-católica. Las premisas culturales que para los colombianos son axiomas, para mí eran elementos que me resultaban extraños y que no comprendía, pero que, luego, con las herramientas analíticas apropiadas, sistematizaría.
Muchos años después este dato de la sociología del conocimiento cobraría todo el sentido con el ensayo de J.M. Cuddihy: The Ordeal of Civility: Freud, Marx, Levi-Strauss and the Jewish Struggle with Modernity (1974).
COLEGIO COLOMBO HEBREO
Inicié en el Colegio Colombo Hebreo, una institución de gueto, de la comunidad Esquenazi de comerciantes sencillos que habían sufrido enormemente durante la guerra.
Dejó en mí recuerdos muy desagradables por un rector que nos matoneaba, el señor Stempel, que con los años fue hallado responsable de desfalcos a la institución. Era yo muy pequeño, tendría cuatro o cinco años, y por cualquier razón arbitraria este señor me iba a bajar los pantalones delante de todo el plantel.
Uno de mis compañeros en kínder fue Moisés Wasserman, hijo de doña Frima, la bióloga que nos hacía los exámenes correspondientes. Cuando tenía trece años viajamos juntos a Israel con un grupo diverso de muchachos judíos de los cuales muchos terminaron haciendo la Aliá, migraron permanentemente. En tal viaje conocimos de cerca los kibutz y moshavs, una referencia futura obligatoria.
RASGOS DE PERSONALIDAD
Fui un muchacho travieso, bastante insoportable, con una visión crítica de las cosas, sarcástico, cínico para mis amigos. Luego me volvería escéptico e irreverente, usaba el humor para todo, era muy ácido, característica que he ido domesticando al entender que resulta destructiva.
Así me consideraban un grupo muy querido de amigos de adolescencia que hicimos en el Carmel Club, los cuales conservo hasta el día de hoy.
RELACIONES FAMILIARES
Fuimos muy cercanos a mis primos, muy hermanados entre nosotros. Claro, José me defendía frente a los ajenos y me matoneaba en privado.
Mis papás nos dieron mucha libertad, nos permitieron cometer errores, tomar riesgos. Nos educaron también con los viajes porque en ellos se aprende de manera diferente.
LECTOR
He sido un lector desaforado desde siempre. Mi papá me contaba cómo a mis tres años me tomaron de pies y brazos para llevarme de la sala a la cama mientras leía mis cómics. Estaba tan concentrado que no interrumpí mi lectura. Así fue también con las revistas, libros y todo cuanto llegaba a mis manos.
Cuando hice el Bar-Mitzva, a los trece años, la gente preguntaba qué regalarme y la respuesta era clara: recibí unos libros fabulosos como el de las leyendas clásicas de la antigüedad griega, que me devoré. Desde entonces me gustan libros de quinientas o más páginas, varias enciclopedias completas que leí siendo la última los cuarenta tomos del Cambridge World History que me tomó diez años terminarla.
COLEGIO NUEVO LICEO
Vivimos en los barrios de Palermo, La Soledad y mucho mas tarde en el Chicó.
Para el tercero elemental cambiamos de colegio, por dificultades de José, y terminamos en el Nuevo Liceo. Este colegio era considerado “para vagos”, pero, simplemente, acogía jóvenes que no se adaptaban a los criterios bastante obsoletos de la época.
El Nuevo Liceo fue muy determinante para mí. Allí me sentí muy diferente a la mayoría de los compañeros, me expuso a la sociedad colombiana y especialmente a la bogotana.
Era muy diverso socialmente y la jerarquía y estratificación social se reflejaba en cada interacción. Los judíos éramos absoluta minoría, nos discriminaban como a todos y se burlaban de nosotros: “Majito barato, barato”.
Yo siempre fui el menor de mi curso y más bien débil y flaco y poco peleador. Me matonearon. Con el tiempo me fui desarrollando físicamente y, en sexto grado, pasé de ser el primero y más pequeño de la fila, a ser el último y más alto. Nunca volví a tener problemas de este tipo.
El colegio tenía muchos contrastes y variedad. Recuerdo muy especialmente a Fernando de Mendoza, muy cachaco, profesor de literatura e historia desde primero de bachillerato, que desarrolló una curiosidad y un interés sobre estos temas muy especiales. Nos leía en voz alta clásicos de la literatura, uno de ellos, el Mercader de Venecia. No creo que se haya dado cuenta del impacto que tuvo en mí, pues el villano era Shylock, el usurero judío.
A mis once años tuve conciencia de mi posición política por primera vez. En mi casa éramos liberales sin que hubiera discusión al respecto. Cuando el profesor mencionó la división del liberalismo entre Gaitán y Gabriel Turbay como candidatos a la presidencia en 1947, expresé mi entusiasmo por Gaitán y me di cuenta de que era el único.
En el colegio mi posición relativa academicamente se beneficiaba de no asistir a clases de religión. Cuando computaban el promedio, a veces salía entre los primeros, cuando no, entre los últimos.
Mis compañeros no eran muy dedicados a los estudios. Me iba muy bien en literatura, lenguaje, escritura, fui presidente del Centro Literario en varias ocasiones.Concluyo que debo tener buena inteligencia verbal y espacial y hasta matemática, pues se me daba de manera fluida y natural.
Para graduarme me hicieron el examen psicotécnico que recomendó que debía estudiar psiquiatría, pero me parecía una carrera imposiblemente larga, lo cual no resultó cierto comparado con los estudios que finalmente hice.
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Los negocios de la familia terminaron definiendo mi campo de estudios y fue por eso que ingresé, a mis diecisiete años, a la Universidad de los Andes. Estudié Ingeniería Civil con la idea de trabajar luego en la fábrica de estructuras metálicas de la cual mi papá era socio en ese momento.
En su ciclo empresarial, Marcos le había comprado a mi tío, inicialmente la mitad y luego la totalidad de Colchones Spring, lo que hizo que, cuando abrieron el departamento de Ingeniería Industrial en la Universidad, yo decidiera pasarme a él.
Recuerdo excelentes profesores del área de producción como Ricardo Rueda, que había trabajado en la Mercedes Benz y había sido compañero de clase de uno de mis primos en el Imperial College.
La Universidad fue crítica en mi desarrollo. En ella encontré personajes muy interesantes como Fernando Cepeda, en Ciencia Política, que tuvo gran influencia con su forma de ver la política y nos abrió la puerta a muchos en el tema.
A otros muy exóticos como Alfonso Hanssen. Fernando y Mario Laserna fundador de la Universidad, organizaban seminarios que dependían directamente de la rectoría en una modalidad que no se repitió después.
Rodolfo Panero, del Hudson Institute en Nueva York, fue invitado especial a un seminario sobre el año 2000 basado en el libro de Herman Kahn. Don Mario dictó uno en el que presenté un libro de filosofía de la historia, de Karl Loewit; este me dio entrada a unas elaboraciones de gran alcance hasta el día de hoy. Igualmente, Rafael Gutiérrez-Girardot, filósofo y discípulo de Heidegger, dictó un seminario sobre la Filosofía del Derecho de Hegel del cual yo no entendí nada.
Asistí a unos cursos de filosofía sobre Descartes y Espinoza con Danilo Cruz. Recuerdo haberle explicado, a tan eminente maestro, que Baruch Espinoza fue expulsado de la comunidad judía de Amsterdam, y que era lo único que podían hacer con este iconoclasta, pues, entre nosotros, quien nace judío muere judío independiente de cualquier cosa.
Estreché vínculos de amistad con Manuel Rodríguez, futuro ministro de Ambiente, y con Enrique Ogliastri, mi profesor en Ingeniería Industrial que introdujo el área de relaciones humanas en la organización brindándonos una visión mucho más amplia del mundo corporativo.
Al final de mi carrera era la época de mayo del 68 y yo ya estaba en la onda de Marcuse, pero como siempre políticamente liberal.
Recuerdo que éramos muy amigos con Enrique Santos Calderón, Junipero Arciniegas, y el otro Che Guevara, hijo del embajador de Argentina. Descubrimos la marihuana y recuerdo que en un curso de Empresa y Sociedad que dictó Enrique Ogliastri, escribí mi primer ensayo. En este argüía que la marihuana era un paso adelante, un vehículo de desprogramación cultural para romper la alienación.
La tesis de grado, muy diferente a la que mis compañeros hacían, buscaba entender las diferencias entre la inteligencia humana y la de los computadores. Me gradué a los veintiún años y lo hice en los estrictos cinco años que toma la carrera, al igual que Chucho Villamizar quien fue luego presidente del Banco Ganadero, alguien muy brillante y exitoso.
NEW SCHOOL FOR SOCIAL RESEARCH
Yo había sido becado por la Fulbright para estudiar psicología, pero, mientras comenzaba, me fui seis meses a New York a adelantar mi máster en el New School for Social Research, donde también había estudiado Fernando Cepeda y donde conocí a Salomon Kalmanovitz.
Fueron seis meses que me permitieron vivir la época del hippismo muy intensamente. Pero con lo que sería mi salvación en estos años borrascosos, me sumergí en la psicología con gran intensidad.
Tomé cuatro cursos y vivía en la biblioteca estudiando. En ese momento no era consciente del método experimental y científico en psicología. Por ejemplo, proponer hacer un experimento para probar que Ego Strenghth, inAchievement e Internal Locus of Control eran parte de lo mismo. La nLogro la conocí con Enrique y aún hoy la estudio y la mido en los libros de capital social.
En un curso sobre Psicología del Desarrollo Humano conocí el enfoque de Albert Bandura, el de aprendizaje social, un corte muy adecuado en la estructura de interacción individuo y sociedad.
UNIVERSIDAD DE KANSAS
En la Universidad de Kansas, por coincidencia, conocí a Rodrigo Castaño quien estudiaba Cine, hijo de Álvaro Castaño y Gloria Valencia. Rodrigo, quien llevaba ya cuatro años en los Estados Unidos cuando yo llegué, ya era un verdadero hippie. Con él asistimos a conciertos de Eric Clapton y Janis Joplin. Un roommate inglés estaba al tanto de lo último en música inglesa, los Beatles y Rod Steward. Acababa de pasar Woodstock.
Sin la disciplina y compromiso con que tomaba los estudios, facilmenete me hubiera perdido aún más. En la Universidad conocí el método científico, porque era intensa en metodología, aunque resultó ser muy experimental. Fui gravitando hacia el enfoque comportamental especialmente con un curso sobre análisis funcional del comportamiento que dictaba Howard Rosenfeld.
Cincuenta años despues acompañé a Juan Manuel Santos a recibir su Honoris Causa de Kansas University y me enteré que este magnífico profesor acababa de morir. Me quedé sin saludarlo de nuevo.
El enfoque de análisis funcional miraba la estructura de incentivos en la sociedad y su impacto sobre el individuo, lo que los economistas comenzaron a estudiar mucho después.
TESIS DE GRADO
Mi tesis, El efecto del entrenamiento de la imitación sobre el comportamiento agresivo, bajo la dirección de Donald Baer, la hice con Danny, un niño del Centro Neurológico de Topeka – Kansas que sufría retraso mental por una anoxia al nacer y presentaba comportamientos agresivos: tumbaba de sus camillas a sus compañeros más impedidos. Este comportamiento era alimentado por los gritos.
La idea era que Danny aprendiera a imitar a otros niños y con ello se le abriera un camino de adquisición de comportamientos pro-sociales. Buscaba pasar al refuerzo social positivo y, para lograrlo, trabajamos con otros dos niños donde lo fundamental era “extinguir” el comportamiento agresivo.
Me sentaba con Danny y el modelo que este debía imitar. Si Danny me escupía o me pegaba, yo no reaccionaba. Lentamente Danny aprendió a imitar y disminuir la agresión, todo esto con metodologías experimentales estrictas. Por supuesto, en el entorno abierto de la sociedad esto es mucho más complejo, pero el enfoque es analíticamente poderoso.
Un curso que tomé con el profesor emérito Wright, Issues in Psychology, fue muy profundo en términos de identificar temas nucleares en el estudio de la psicología como disciplina. En KU esta disciplina es científica y la formación académica excelente.
Gravitaba en mundos muy distintos: el de la fraternidad donde almorzaba, de los jóvenes más convencionales de Kansas; el de mi novia americana que estudiaba arte japonés; y el del hippismo de la época que me enseñó un nuevo concepto de libertad. Y, por supuesto, mis compañeros internacionales de psicología.
REGRESO AL PAÍS – UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
A mi regreso a Colombia me sentí muy desadaptado. Recuerdo la cara de mis papás cuando bajé del avión con un pantalón color salmón, una camisa impresa de piel de culebra y una gargantilla en el cuello: ¡shock total! Pero eso no fue grave si se tiene en cuenta que varios de mis amigos murieron a causa de las drogas.
A los veintitrés años me vinculé como profesor de Comportamiento Organizacional en Ingeniería Industrial de los Andes. La Universidad me brindó la formación necesaria en laboratorios vivenciales, tema que introdujeron Enrique Ogliastri y Arturo Infante, enfoque que Hernan Echavarría había traído para la Organización Corona del National Laboratories – NTL, talleres de aprendizaje sobre el comportamiento humano analizando el “aquí y ahora” que hasta el día de hoy resultan innovadores.
Los cuatro años que estuve de profesor en esta étapa fueron muy fructiferos academicamente. Dirigí múltiples tesis y desarrollé el Tecla, instumento muy elaborado de medición de clima organizacional y del Perfil Motivacional de Colombia: logro, poder y afiliación.
Igualmente aplicamos una técnica de evaluación del Potencial Ejecutivo, una batería que simulaba las situaciones de su comportamiento en los participantes de Alta Gerencia.
Como profesor joven e innovador, fui invitado por el rector Hernando Gómez Otálora a formar parte de el Comité de Reestructuración de la Universidad, donde se iban a discutir los mecanismos de participación de los profesores y alumnos.
Estando en esto el rector fue reemplazado y el proceso se abortó. Con el nuevo rector vino un política de cortar todos estos elementos. Entonces salieron muchos profesores entre los que recuerdo a Antonio Roda.
Fue una época muy dura y yo quedé como un profesor reaccionario. Esto me dolió muchísimo, aunque traté de ayudar a varios. También fueron expulsados estudiantes que pertenecían al MOIR, muchos de ellos mis alumnos. Hoy me los encuentro con frecuencia y hemos ido convergiendo en ideas.
UNIVERSIDAD DE HARVARD
Al culminar la anterior etapa, viajé a Harvard para hacer el doctorado en Educación. El programa era de Administración, Planeación y Política Social en Educación y yo entré a una modalidad de investigación.
Mi intención era trabajar con Chris Argyris en Comportamiento Organizacional, pero, como todos los estudiantes internacionales, tomé un curso sobre Educación y Desarrollo que transformaría mis intereses.
En una sola sentada nos ponían en la frontera del conocimiento sobre el desarrollo de los países, las teorías de modernización, sus críticas y las transformaciones que sufrían los paises en desarrollo, desde lo cultural, lo político y lo económico.
Lo importante fue entender el atraso y la opresión profunda de los pueblos, y la pobreza en el campo, temas que había rozado antes con “Los Hijos de Sánchez” (O.Lewis, 1961) y oyendo al padre jesuita Rossier, cuando estuvo en Colombia, quien tenía una posición privada muy desesperanzadora sobre el tema.
Recuerdo con dolor mi realización de cómo muchas culturas irían muriendo bajo los imperativos de la modernización.
Uno de mis mas queridos compañeros era Ramón Piñango, sociólogo venezolano que le ha tocado soportar las atrocidades que el chavismo han perpetrado en Venezuela. Ramón me llamó la atención sobre Shmuel Noah Eisenstadt, uno de los sociólogos políticos más importantes de la segunda mitad del siglo XX quien sería mi mentor académico de ahí en adelante. Uno de sus más famosos libros es The Political Systems of Empires (1963).
Tomé simultaneamente su curso de pregrado y su seminario de postgrado en el mismo semestre. En ellos logré identificar la tradición hispano-católica, la cual determina la peculiar forma de modernización de América Latina, tema que desarrollaría de manera continua hasta hoy.
Paralelamente en este primer año me dediqué a estudiar marxismo y la realidad organizacional de los regímenes que vivían bajo su égida, del cual el más interesante era el Yugoeslavo y el Kibbutz.
Ya convergiendo hacia cómo lograr un desarrollo mas equitativo en donde la pobreza es peor, comencé a trabajar sobre el campesinado en un curso de Joel Migdal.
Recuerdo que en el examen final la respuesta a uno de los temas indicaba que se debería producir una revolución. Pero mi aversión por la drástica destrucción que esta trae, me hizo responder distinto y bajar la nota.
Tambien tomé un curso en MIT donde se revisaba el campo de la ciencia política con la idea de enseñarla. Estando ahí me centré en el tema de las relaciones patrón-cliente y el clientelismo, los que me resultaban estructurantes de muchos de los demás problemas.
De Harvard también recibí un entrenamiento avanzado y sofisticado en estadística que en los cursos en Los Andes habían logrado hacer, pero bien confusos.
De ahí en adelante centré todos mis esfuerzos en preparar el qualifying paper que se requería para eventualmente hacer la tesis. Esta resultaría en un proyecto investigación-acción para promover cooperativas que resultaron mas de pequeños industriales que de campesinos.
Los dos textos están publicados en español[1]. En el primero se daba el marco conceptual de la sociedad colombiana y la manera como esta “digeriría” el proyecto que terminó siendo un caso más de “fracasomanía” sobre determinada por el clientelismo.
El proyecto se llevó a cabo desde la Corporación Financiera Popular que estaba administrando un proyecto financiado por USAID. De él surgió la pregunta de En lugar de Clientelismo ¿qué? La logré responder treinta y cinco años después con el tema expresado en la propuesta del sistema electoral mixto, pendiente de la reforma política que lo establezca.
Los dos años del proyecto fueron muy fructíferos(1977-1978)y operé desde la Facultad de Administración en los Andes que me daba gran libertad.
ASENETH VELÁSQUEZ
Estando ahí conocí a Aseneth Velásquez, mi mujer por los proximos diez años y madre de mi hijo Juan.
Aseneth era maravillosa, divertida, iconoclasta, ¡la vida misma! Con ella me acerqué al mundo de los artistas, viví una esfera de libertad libre de prejuicios. Me tocó el momento en que, junto con Alonso Garcés, estaban creando la Galería Garcés Velásquez, un hito importante de ese momento en el arte en Colombia.
Aseneth había enviudado del sociólogo Jorge Ucros, era muy independiente y la pupila dilecta de Marta Traba desde la escuela de Artes de los Andes.
La lista de amigos que hice en la época comienza con Olga y Jim Amaral y compartí con artistas que eran todos unos personajes: Manolo Vellojín, Salcedo, Santiago Cardenas, Antonio Caballero, entre muchos otros. Gozaba mucho con ellos.
Viajamos a la FIAC en París y a New York. Simultaneamente participaba en política en la campaña de Carlos Lleras Restrepo en que enfrentó a Julio César Turbay Ayala por la candidatura Liberal.
Me sorprendió en la campaña que no se pudiera hablar de reforma agraria, tan oprobioso había sido el efecto del Acuerdo de Chicoral que acabó con la reforma agraria durante El Frente Nacional.
Con Carlos Villamil Chaux asistimos a un congreso de la ANUC que quedaba como reducto de la agremiacion de campesinos. También participé de la fundación del Nuevo Liberalismo.
Al terminar el proyecto me fui en 1979 a escribir la tesis a Harvard. Asistí paralelamente a varios seminarios y me acerqué a la rica vena marxista de la New Left inglesa, particularmente Perry Anderson, y todo el análisis comparativo de sistemas de bienestar social como los de la Social Democracia.
Regresé a Colombia y a los brazos de Aseneth y me encontré con que me habían cerrado las puertas de los Andes. Esto fue así por un decano cuya principal cualidad era bailar bien. Creo que se sentía amenazado por mí.
COLCHONES SPRING
Pensé dedicarme medio tiempo a enseñar y el otro a Spring que claramente requeria de un insumo profesional para crecer. Pero mi padre me colocó en el dilema de que si no le comprábamos la empresa, él la vendería. Cero diálogo, cero elaboración y mucho resentimiento de mi parte. En algún momento decidí que esto no me amargaría y dejé, unos años después, de envenenarme.
Dada la situación en los Andes, retomé el rumbo de ingeniero industrial, aunque con un gran costo emocional para mí, el cual tendría un desenlace siete años después.
En Spring, con mi hermano Felipe como gerente, yo me ocupaba de la concepción estrategica, de darle cuerpo a la organización, de darle escala.
El tamaño limitado no permitía asumir tareas más complejas. El aumento en ventas debía ser acompañado con una integración industrial hacia atrás que llevó a que manufacturáramos la espuma y trefilaramos el acero para los resortes. Profesionalizamos la cadena de almacenes y se creó el departamento de mercadeo.
Eventualmente nos convertimos en lideres del mercado, con un Top of mind muy aventajado sobre los siguientes. Se multiplicaron los canales para llegar a grandes superficies y actualmente contamos con una importante ventaja en el mercado digital.
Este ha sido un proceso de cuarenta años.
Felipe se retiró de la gerencia, pero sigue muy activo especialmente en la Junta Directiva a la que se invitó a participar a externos, paso central para que los profesionales tuvieran un escenario de debate que no fuera simplemente obedecer a los dueños.
La tercera generación está hoy en día muy empapada del negocio, pero se mantiene la separación entre propiedad y administración.
DIVORCIO
El matrimonio siguió muy feliz y Juan nació en 1982.
El escenario país del momento fue de tormentas, las mismas que se comenzaron a dar en 1983 con los narcotraficantes moviéndose por todas partes. Fue también un momento de liberación gay con la irrupción del SIDA el cual se llevaría toda una generación de artistas.
Comenzamos a entrar en crisis matrimonial cuando Angel Rama y Marta Traba murieron en el accidente de Avianca en Madrid, noticia que recibimos cuando los esperábamos para alojarlos en nuestro apartamento en Bogotá.
La pérdida de su mentora afectó a Aseneth y creo que le hizo perder su centro. Se volcó muy fuertemente hacia la vida social y a atender a sus amistades con recursos de los que cada vez disponía menos. Por mi parte, comencé a resentir el ser considerado por muchos simplemente como un “riquito”.
Salimos de las Torres del Parque donde habíamos vivido y nos fuimos a una casa al norte sobre la Circunvalar que parecía tener una maldición, pues todo matrimonio que vivía en ella, terminaba roto.
Me entró con fuerza arrolladora el Demon de Midi, crisis de la edad madura que se da alrededor de los cuarenta años, en la que uno siente que tiene que resolver bien y sin demoras los dos temas centrales de la vida: el amor y el trabajo.
Con Aseneth decidimos viajar a Roma intentando salvar el matrimonio. Nos instalamos por un mes en un apartamento muy bello sobre el Tíber, pero el matrimonio se acabó.
Aseneth se quedó con la casa que después vendió para pasarse a un apartamento diseñado por nuestro amigo Rogelio Salmona.
En el trabajo y con el apoyo de Manuel Rodríguez que estaba de decano de la escuela de Administración, volví a los Andes a encargarme de la cátedra Dow sobre el Desarrollo de la Capacidad Empresarial, el EXEDU.
Pasaron ocho años de mucha turbulencia, momentos de depresión profunda y de varias relaciones. Pero una de ellas me rescató y curó.
ANA MARÍA RESTREPO
En 1993 me enamoré y me casé con Ana María Restrepo a quien reconocí a través de su empresa, Gerencia y Sistemas, que comenzó a brindar asesoría a Spring. Recuerdo haberle dicho en algún momento que me interesaba más como mujer que como ingeniera de sistemas.
Nos casamos muy rápidamente y nos instalamos en la casa de su mamá, Fanny Gaviria, quien había muerto por esos días.
Ana María había estado casada con Gabriel Trujillo, tenor lírico famoso en Europa y colega por veinte años de Plácido Domingo. Con Gabriel tuvo una hija, Daniela, que considero y amo como si fuera mía.
Ana María, pertenece a una familia muy distinguida de Manizales. Un tío abuelo suyo fundó El Tiempo. Su abuelo fundó Gaseosas Colombiana. Por el lado materno su abuelo, Eduardo Gaviria, había fundado la cadena de hoteles que incluía el Caribe, el Escorial y el Tocarema, pero estas fortunas se diluyeron como tantas en el trasegar intergeneracional.
La familia nuclear de Ana, muy de avanzada, se nutrió de los valores de Gustavo, su padre, que se graduó de Berkeley en el 1943, trabajó en la Reforma Agraria del presidente Carlos Lleras, en el Incora y murió tristemente muy temprano.
A los tres años de casados tuvimos a Jerónimo, nuestro hijo.
REGRESO A LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
En los Andes el Exedu entrenó más de cien profesores universitarios en desarrollo de la capacidad empresarial. Algunos de ellos, de Pasto, estaban esperando la crisis del capitalismo. En su lugar y pocos años después, se desmoronó el comunismo de la Unión Soviética.
Dentro de los materiales de este programa escribí lo que considero mi mejor ensayo hasta ahora: El Impacto de la Tradición Hispánica en el Comportamiento Empresarial Latinoamericano (1991). En él hago el equivalente en estas latitudes de la tesis de Max Weber sobre la Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo (1905) y registro cómo se reproduce tal tradición contemporáneamente, inclusive en las columnas que se escribieron a raíz del asesinato de Luis Carlos Galán, por el cual Colombia queda al garete.
Me pareció que haberle dado la herencia de Galán a César Gaviria no era lo debido y no lo apoyé. Hoy lo considero un error político mío, dado que los cambios que hizo fueron, posiblemente, más audaces de los que hubiera hecho Galán, especialmente por la Constituyente.
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
Decidí lanzarme como candidato a la Asamblea Nacional Constituyente con la propuesta de la representación pública de intereses. Como el segundo menos votado, tuve la suerte de quedar de asesor de Antonio Galán y asistir y participar en varios debates.
Mi análisis de lo ocurrido lo registré en un artículo publicado en México: El Eslabonamiento entre Estado y Sociedad en la Perspectiva de la Nueva Constitución Colombiana. En él se puede leer, de manera muy detallada, la agenda de intereses particulares de los grupos políticos.
Dos elementos realmente me sorprendieron: el que todas las instituciones deberían tener estructuras democráticas, excepto los partidos políticos, y que, finalmente, los representantes elegidos eran tan solo responsables ante sus electores por el cumplimiento de su investidura, un saludo a la bandera que hace que en Colombia los ciudadanos no puedan llamar a cuentas a sus representantes.
Este fue un tema que elaboré mas adelante con la propuesta de un sistema electoral mixto y que quedó registrado en el Artículo 133 de la Constitución, el último votado y redactado por Jaime Arias López, constituyente risaraldense quien afirmó que era la única redacción que tenía la posibilidad de ser aprobada. Tal es la renuencia de la clase política a que sus electores los identifiquen en su discurrir legislativo.
El decano de administración no veía con buenos ojos estas actividades y comenzó a apretarme. No permitió que fuera a un congreso en Chile a presentar el ensayo de la tradición hispánica. Lograron aburrirme y en 1992 renuncié. Nunca volví a dar clases, pero espero todavía estar generando aprendizaje en la sociedad.
UNIVERSIDAD NACIONAL
Cuando me retiré de los Andes fui a la Universidad Nacional donde Salomón Kalmanovitz ayudó a que me invitaran a dictar un seminario que compartimos con Fernando Uricoechea, sociólogo muy destacado sobre el estado colombiano.
El artículo de Laurence Whitehead sobre los Estados en América Latina desde 1930[2] nos sirvió de base. Muy útil fue su concepto de “capacidad cognitiva del estado”.
Desde mi casa trabajé con Libardo Sarmiento, profesor de la Nacional, sobre la pobreza en Colombia, y generamos modelos analíticos valiosos.
CAMPAÑA POLÍTICA DE ERNESTO SAMPER PIZANO
Comencé a aportar al comité programático de la campaña de Ernesto Samper para la presidencia. Yo era cercano a él hacía un tiempo, especialmente por mi amistad con su hermano Juan con el cual llevábamos muchos años trabajando en el CECA. Murió muy pronto y nos sigue haciendo falta.
En la Constituyente Carlos Ossa Escobar introdujo la Planeación Participativa y el Consejo Nacional de Planeación – CNP, la primera instancia en que se introdujo la representación pública de intereses, hecho que registré en el articulo publicado en México. Ernesto lo leyó y, cuando fue elegido en 1993, me designó para ayudar a poner en marcha por primera vez el CNP.
El Consejo Nacional tuvo miembros muy destacados como la feminista Olga Amparo Sánchez, Francisco de Roux, Rodrigo Escobar Navia, entre varios otros. y fue conducido con acierto por Clemente Forero, mi respetado amigo.
Fue muy afortunado que llegara en ese momento el libro de Robert Putnam Para que la Democracia Funcione, 1993, que yo había visto reseñado en The Economist como muy conservador, pero que Moisés Naím me había insistido en que tenía un gran valor. De Putnam, CNP, llegó directo a lo que fue luego el CONPES de Participación y la medición del Capital Social.
Trabajé el tema en Planeación Nacional con José Antonio Ocampo y luego Juan Carlos Ramírez J., quienes apoyaron el CONPES[3] de participación, pero que no se desarrolló ante el escándalo desatado al otro día de su presentación ante el Consejo de Ministros por el Proceso 8.000. El CONPES ordenaba medir el Capital Social, responsabilidad que asumí con lo que sería el Barómetro del Capital Social (Barcas).
ANTANAS MOCKUS
Buscando aplicar el Barcas en Bogotá, en 1996 entré en contacto con el equipo de Antanas Mockus en la alcaldía. Antanas me acogió de forma decidida, me vinculó a la junta de la Secretaría de Cultura y de ahí en adelante formé parte de Visionarios en todos sus colores, movimiento en el cual he participado de manera activa y comprometida hasta el día de hoy.
Samper, viendo mi accionar político, me había recomendado trabajar con alguien “distinto como Antanas”. ¡Perfecto!
Me extendería demasiado en este ensayo biográfico tratando de detallar lo que fueron los años siguientes en el trabajo político con Antanas así que haré tan solo un esbozo, siendo consciente de que no estoy siendo justo con su complejidad y alcance.
En la siguiente candidatura de Antanas como candidato a la vicepresidencia, acompañando a Noemí Sanín, fue elegido Rafael Orduz al Senado.
En la siguiente elección, cuando queríamos postular por firmas a Antanas por Visionarios, conocimos la muy corrupta justicia electoral colombiana: el Consejo Electoral, de cerca de 90.000 firmas que se recogieron, aceptó solo 5.000 como válidas. Pedimos un reconteo. Este arrojó que eran válidas 45.000 para quedar debajo de las 50.000 requeridas.
Descubrimos que la Registraduría tenía dos tipos de peritos para las firmas, unos que todo lo aprobaban, otros que todo lo rechazaba según fuera el interés del registrador. Esto nos impidió conformar un partido, el que nos haría mucha falta en adelante.
De todos modos, Antanas con el aval de la Alianza Social Independiente – ASÍ, fue elegido a su segunda alcaldía comenzando en el 2001. En tal administración me concentré en la implementación del recién expedido Acuerdo 13 del 2000 que comprendía la Planeación Participativa Local interactuando con Carolina Barco como directora de Planeación, Soraya Montoya como secretaria de Gobierno, Alicia Eugenia Silva, personaje controvertido, y en general con una administración distrital ejemplar.
Veinte años después cuando pensaba hacer un papel semejante durante la alcaldía de Claudia López, la pandemia lo impidió tajantemente.
Trabajar con Antanas era un gusto. Pausado, analítico, no solo dando apoyo, sino comprometido con mejorar el proceso.
Con Antanas, como intelectual de primera magnitud, participamos en seminarios sobre comunicación apreciativa con Basil Bernstein, publicamos varios libros sobre diferentes temas, en particular se organizó un congreso en innovaciones en ciencias sociales en el que se expuso el resumen de la primera medición de capital social y sus resultados en Bogotá. Fueron invitados especiales Jon Elster y Ronald Inglehart.
Es sorprendente la diferencia de un político con una formación elaborada, comprometido con iluminar el pensamiento y la acción en la sociedad, que sea consiente del pensamiento de avanzada y el de otros que lo que quieren es sembrar confusión y oscurantismo.
Antanas se reconoce mundialmente como un gran innovador con su concepto de Cultura Ciudadana, y sobre las fuentes de regulación del comportamiento: ley, moral y cultura.
Sus intervenciones muy premeditadas todas, buscan desestabilizar culturalmente a la ciudadanía y al establecimiento, que necesariamente deben producir controversia si no escándalo. Un elemento es fuertemente constructivo, el de generar un comportamiento cívico donde la gente sea un actor de cambio.
CAPITAL SOCIAL
Regresando a la medición del capital social, el primer libro sobre este tema lo publicó Planeación Nacional en el 2001. En él se consignaron descubrimientos importantes entre los cuales vale la pena destacar FENOVAL: Fe en fuentes de información no validada, o como me dijera un paisa en la Plaza de Berrío: “comer cuento”, hoy más conocido como las FAKE NEWS.
Nos tomó un año completo dilucidar qué significaba. Hoy tenemos series completas de su evolución y el impacto de los medios y las redes.
El Barcas incluye muchas preguntas de la Encuesta Mundial de Valores que medimos en el 2005 y 2011. En la primera ocasión, en 1997 María Mercedes Cuéllar hizo toda una investigación simultánea a la mía en la que midió en detalle la EMV.
Hice una segunda medición durante el gobierno de Uribe, en el 2005, cuando le presentamos a su esposa, Lina Moreno, a través de Rosario Ballesteros, la idea de medir capital social y que tuvo muy buena acogida.
Adelantamos el estudio y los resultados fueron tan positivos que permitían mirar con optimismo al 2019, cuando se conmemoraba los 200 años de la Independencia de Colombia.
Pero también se detectaron problemas complicados por la subida del FENOVAL. Cuando nos disponíamos a presentarle al presidente Uribe la medición, en la que pedíamos invitar a los Consejos Comunitarios a la sociedad civil organizada, Alicia Arango, como su secretaria privada, nos vetó.
Álvaro Uribe reformó la Constitución para reelegirse y ese fue el anatema fundamental: cambiar las reglas con beneficio propio. Uribe mantenía un control sobre los medios de comunicación y disparó así FENOVAL. Pero cuando la Corte Constitucional le prohibió reelegirse por segunda vez en febrero del 2010, quedó al descubierto y la burbuja en que tenía suspendido el país, se desvaneció. Era fundamental que así ocurriera.
Cuando volvimos a aplicar el Barcas en el 2011 (H,David D,García C, Andrés Las Vicisitudes del Capital Social de Colombia (2013) Fundación Restrepo Barco, cuando comenzaba el gobierno Santos, registramos la caída de Fenoval.
En el 2003 se había aprobado el sistema de voto preferente / lista cerrada, cuyos efectos se registraron en el 2011 y ya claramente en el 2017.
POLÍTICA ACTIVA
Antes de volver a la política activa presenté un paper en el Congreso Mundial de Ciencia Política en Chile, donde comparaba los sistemas electorales de Latinoamérica.
Quedó muy clara la falta de relación Principal-Agente rota en correspondencia a la tradición hispano-católica. También se vio con contundencia la distorsión con que había aplicado el mixto en Venezuela, con los mas nefastos resultados para su democracia.
Volviendo a la política activa, en el 2009 comenzamos a reunirnos con Carlos Ramón Gonzalez para considerar unir Visionarios con el Partido Verde. Terminamos en la consulta popular para escoger candidato entre tres exalcaldes de Bogotá, Los Tres Mosqueteros: Enrique Peñalosa, Lucho Garzón y Antanas Mockus, consulta en la que Antanas quedó como candidato único y yo iba en la lista al Senado.
Dentro de Visionarios discutimos si en la lista al Senado deberíamos ir varios, pero se decidió que lo hiciera solo yo para evitar dividir los votos y que no saliera ninguno. Llegué con treinta y dos mil votos. Antanas pasó a la segunda vuelta y con 3,6 millones de votos fue derrotado por Santos.
SENADO DE LA REPÚBLICA
Me siento muy orgulloso de haber asumido la curul en el Senado. Esta es una tarea compleja y muy exigente que requiere una Unidad Técnica Legislativa (UTL) de las mejores capacidades y muy comprometida, preferiblemente con experiencia en el Congreso que, de por sí, es un laberinto inicialmente sobrecogedor.
El ritmo de martes y miércoles con sesiones en comisión en la mañana y plenaria en la tarde, teniendo qué decidir y votar sobre temas complejos, resulta vertiginoso y angustioso.
Por fortuna conté con la ayuda de Guillermo Giraldo, secretario permanente de la Comisión Primera, experto en procedimiento legislativo.
Al comienzo se sufre el matoneo de los colegas, como en el colegio. Pero lentamente uno se va dando cuenta del poder y lo intocable que es tener la curul, del acceso continuo a los medios de comunicación. Se va encontrando el camino, si es que se tiene una agenda de cambio y no simplemente estar tras la búsqueda de resultar elegido en el periodo siguiente.
El poder de la curul también fue muy útil para resistir lo embates del Partido, donde quedaron fuerzas muy disimiles, a veces antagónicas.
Ser un buen parlamentario es una capacidad identificable. Recuerdo especialmente a Hernán Andrade por su maestría parlamentaria y a Luis Fernando Velasco por su coherencia y convicción.
COMISIÓN SEXTA
Entré a la Comisión Sexta, la encargada de comunicaciones, educación y transporte, y adopté la educación como mi bandera.
La comisión estaba dominada por el Partido de la U, con una serie de personajes corruptos que se habían saciado durante el gobierno de Uribe.
Plinio Olano estuvo involucrado con el escándalo de Odebrecht y salió libre. Solicité ante la contralora General de la República, Sandra Morelli, se hiciera la revisión especial del tema de Saludcoop y la relación con el contralor Julio Cesar Turbay Quintero.También sacamos a la luz las irregularidades en el área de transporte donde en los gobiernos de Uribe los sobre costos habían llegado a niveles escandalosos, al superar estos los doce billones de pesos por encima de las trece iniciales, sin terminarse las obras. Pero estas investigaciones no progresaron.
Con Jorge Londoño, y Alfonso Prada en Cámara, compañeros de bancada, trabajamos la estatutaria de participación desde el primer día. En una presentación con los resultados del Barcas en el Congreso, Fabio Velásquez propuso que se reformara la ley existente, propuesta que el gobierno desde el Ministerio del Interior acogió.
La ley estatutaria 1757 de 2015, entre otros temas, reformaba la revocatoria del mandato que, desde que había sido expedida luego de la nueva constitución, había quedado tan sobre regulada que no se había utilizado ni una sola vez.
Los mecanismos de participación son un tema muy cercano a mi corazón, pero guardaron dos años esta ley, del 2013 al 2015, cuando fue firmada en el segundo gobierno de Santos.
Varias tareas centrales ordenadas por la ley aún no se llevan a cabo y pareciera que, pese a estar consideradas, no hay cómo obligar al gobierno a hacerlas.
Motivé debates de impacto. Uno de ellos fue universalizar el bachillerato en sus diferentes modalidades, pues habíamos detectado quince millones de colombianos que no lo habían terminado, siendo este el umbral educativo que permite lograr la movilización cognoscitiva y la posibilidad de entender el mundo moderno.
Con base empírica concluimos que la principal deficiencia se hallaba en el campo, donde el déficit proporcional era diez veces mayor. Este debate también me permitió hacer el primero en plenaria. En los gobiernos de Santos la cifra no bajó y no creo que el de Iván Duque haya aprovechado la Paz para hacer mucho al respecto.
Con la ayuda de Clemente Forero hicimos un debate en comisión sobre Ciencia y Tecnología, identificando el umbral de doctorados para que hubiera un despegue en tan central aspecto. Apoyarnos en personas como Clemente, fue visto con sorpresa y como una innovación, pues los debates no se hacen consultando los mejores expertos disponibles, sino discursiva y floridamente.
Hicimos el estudio de los problemas de seguridad vial en el cual detectamos que las motocicletas, si no se hacía nada al respecto, iban a producir, al cabo de pocos años, cerca de cuarenta mil muertos anuales.
Descubrimos que las principales deficiencias en este sentido se concentraban en la falta de preparación con que se entregaban los pases y las motos, y que las entidades que se encargaban de la preparación de los motociclistas eran parte de un negocio donde estaban involucrados varios parlamentarios.
En lugar de intervenir directamente en el problema, Plinio Olano se inventó la creación de una agencia de seguridad vial que aseguró que no se hiciera nada durante los próximos cuatro años.
Por ser parte de la comisión accidental que se ocuparía de la nueva agencia, estuve involucrado en el tramite de la Ley 1696 de 2013 que regulaba el castigo para conducir embriagado, una de las que ha tenido efectos reales importantes.
La mayoría de los parlamentarios son abogados y este es un mundo en sí mismo.
Fue necesario introducir una matriz de reincidencias y gravedad de la ingesta de alcohol, con castigos cada vez más fuertes, desde multas, retiro del pase, hasta la cárcel. Medidas todas alineadas en el propósito de que los conductores abandonen esta práctica perversa y criminal.
Por otro lado, el gobierno estaba adelantando una reforma a la justicia. Alba Lucia García, de mi UTL, había detectado que en la propuesta venía oculto un articulo que significaba la impunidad de los parlamentarios aforados. Así lo hicimos saber en plenaria. La reforma, que seguramente traía elementos importantes, se hundió.
Este hecho me dio una visibilidad mediática importante, que fue fundamental para tener impacto y mover opinión porque las propuestas más serias y científicas se quedan guardadas y pasan sin pena ni gloria por la ausencia de esta visibilidad política.
COMISIÓN PRIMERA
Dado un compromiso previo con el Polo Democrático, pasé de la Comisión Sexta a la Primera Constitucional, para reemplazar a Iván Moreno Rojas quien salió por corrupción.
Desde ella y para completar los aprendizajes de ser un congresista competente, hice de ponente y logré que se aprobará la ley contra la violencia contra las mujeres víctimas del conflicto (Ley 1719 de 2014). Conté con el apoyo de Iván Cepeda, por quien siento un profundo respeto.
No entiende uno por qué se tienen que hacer leyes adicionales sobre temas semejantes y no se resuelve el tema.
Una de las leyes que más orgullo me produce es la de honores a Francisco Socarrás (1759 del 2015), mi maestro en su momento y uno de los afrocolombianos que más ha hecho por el avance de Colombia. A mi entender, como en muchos otros casos, la comunidad afro requiere modelos de negritud distintos a los más convencionales. Socarras, desde sus inicios en los años treinta, contribuyó a la educación, a la psicología y al psicoanálisis.
Finalmente se logró que se le hiciera una ceremonia muy bella en el Congreso y que se emitiera una estampilla. Pero el premio que debería otorgar el Ministerio de Educación anualmente a un afro colombiano destacado, hombre o mujer, en unas áreas designadas, nunca se asignó.
En este caso, como en otros ya mencionados, se hace todo el esfuerzo de llegar al Congreso, sacar una ley, y no pasa nada. Desde antes de ser elegido, tenía claro que había que hacer una reforma electoral e introducir el sistema mixto.
REFLEXIÓN POLÍTICA
El círculo vicioso en la política es claro: en vez de concentrarse en resolver los problemas del país, los políticos (y no voy a repetir la frase obligada en estos casos de que existen honrosas excepciones) se reparten la mermelada para pagar deudas de campaña, enriquecerse y quedar listos para la próxima elección.
Así están estructurados los incentivos y son precisamente estos los que hay que cambiar. Se puede protestar y la gente estar iracunda pero no pasa nada.
En el sistema mixto la gente sabe por quién vota y a quién llamar a rendir cuentas. Así se introduce la ausente accountability que, como parte de la tradición hispano-católica, no existe en Latinoamérica.
Como parte de la estrategia que lo diera a conocer, se elaboraron mapas políticos que explicaran a cada parlamentario cómo le iría en un sistema mixto. Con ayuda del Gobierno se convocó a un seminario internacional sobre el tema.
Contamos con la asistencia de connotados expertos como Susan Stokes, actualmente vinculada a la Universidad de Chicago, pero también con el apoyo de prácticamente todas las ONG internacionales interesadas en el tema con presencia de Colombia.
Finalmente la propuesta fue aprobada en primer debate por cortesía parlamentaria en la Comisión Primera, cuando ya no tenía posibilidad alguna de aprobarse en los otros siete debates pues los tiempos para ellos estaban agotados.
DEL PARTIDO VERDE A LA ALIANZA VERDE
Con la entrada del peñalosismo al Partido Verde llegó el uribismo y la dirección nacional transitó en esa dirección sin problemas. Por ello, Antanas renunció al Partido. Querían que fuera el símbolo de alternatividad mientras elegían a Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá.
Con Ángela María Robledo les aguamos la fiesta en una convención donde se iba a proclamar su candidatura. Pero, a nivel de bancada, el antagonismo se fue acrecentando y durante la Presidencia de Alfonso Prada, el Partido entró en una crisis profunda que solo se vino a solventar con un proceso de acogida con el M-19 y Compromiso Ciudadano, representado entonces por Alonso Salazar.
Los fajardistas, cuando vieron que este era un mecanismo para quedar en el mismo sitio con Gustavo Petro, se retiraron. Petro, con su agresividad y radicalismo se volvió la píldora de veneno en estas alianzas.
Con la Alianza Verde entró un ala que también se quería mover al centro, y con la llegada de Antonio Navarro el Partido consolidó su organización en una de las más difíciles tareas de la política: crear un partido organizado y democrático que terminó en el centro izquierda.
Al partido entrarían personas como Claudia López y Angélica Lozano, y regresaría Antanas para salvarlo electoralmente en marzo del 2018, pues con sus quinientos mil votos eligió toda la bancada Verde al Senado.
RETIRO DEL CONGRESO
Durante el 2013 se me hizo evidente que no quería repetir en el Congreso. Con el tema de la reforma electoral me había vuelto predecible en lo que iba a decir. Encontré la salida postulándome a la consulta popular donde el Partido Verde escogería candidato a la Presidencia.
Efectivamente me lancé a la campaña para la consulta dentro del Verde en la que saqué cerca de 350 mil votos que me dejaron en la última posición y en la que ganó Enrique Peñalosa, aunque no pasó de la primera vuelta.
Sin embargo, el saldo pedagógico fue muy valioso pues pude recorrer el país difundiendo la propuesta del mixto y los distritos uninominales de los cuales ya había mapas detallados.
Era muy evidente, para mí, que podía ser mas útil para el país con el sombrero de científico social cuantitativo, de los cuales no hay muchos en Colombia, que como político.
El Verde apoyó decididamente a Santos y el proceso de Paz y yo concentré mis esfuerzos en la cuarta medición del capital social, en corregir el rumbo de mi empresa y en defender, donde se pudiera, el sistema mixto y la planeación participativa.
La defensa del sistema mixto tuvo varios escenarios. Uno de especial valor fue el GIREPO, grupo de discusión que Alejandra Barrios mantiene desde la Misión de Observación Electoral.
Igualmente, en el contexto de los Acuerdos de Paz se convocó a la Misión Electoral Especial, conformada por expertos nacionales e internacionales que, entre otros muy importantes planteamientos, acogieron una propuesta modificada del mixto.
Esto se dió, principalmente, por el convencimiento que, Juan Carlos Rodríguez Raga, profesor de los Andes, y Salvador Romero Bolivian, presidente de la Corte Electoral de Bolivia, hicieron al resto de los miembros de la Misión.
Fue patético ver cómo el Gobierno desechó todas las propuestas de un solo tajo y se fue por la lista cerrada que, en múltiples ocasiones, no logró pasar en diferentes intentos de reforma.
Durante el Gobierno de Duque la propuesta tuvo acogida por parte de Nancy Patricia Gutiérrez y el Ministerio del Interior, donde tuvimos ocasión de debatirlas en las comisiones primeras. Pero, igualmente, el proyecto que traía el gobierno se hundió.
Tuve ocasión de viajar a Cuba a explicarles a las FARC el tema electoral y la necesidad de los distritos uninominales. Debo decir que me afectó el día en que Romaña me llevó al lugar de reunión. Pero esta fue muy valiosa y nunca ninguna audiencia había prestado tan concentrada atención a un tema que, evidentemente, le era novedoso. La agradezco hasta el día de hoy.
Desde la Corporación para el Control Social – CONTRIAL, dirigida por Diana García, se hizo la cuarta medición con el Barcas. Hemos recibido el apoyo sistemático de varias instituciones, pero debo mencionar especialmente a José Alejandro Cortés, de Davivienda, y Antonio Celiá, antes en Promigas, así como a la Fundación Restrepo Barco, por su decidido interés en las mediciones y en su impacto en la sociedad.
Para la Alcaldía de Bogotá apoyamos decididamente a Rafael Pardo, pero sorprendentemente Antanas respaldó a Peñalosa.
Para Peñalosa la planeación participativa se reduce a que decide “el que mas grita”. Fue muy triste ver que Jorge Torres, quien no había hecho nada distinto que seguir las instrucciones de Antanas, no repitió en el Concejo de Bogotá.
Finalmente, para las elecciones del 2018, el Verde logró unirse detrás de Sergio Fajardo con Claudia López de fórmula para la primera vuelta, donde por cerca de cien mil votos que se fueron para Petro no pasamos a segunda vuelta. Hoy pienso que he debido participar más activamente en su campaña.
Para la segunda vuelta le hice campaña al voto en blanco. Soy de los que creen que las elecciones son el mecanismo de elegir un ganador para todos y, por el bien del país hay que ayudar una vez venza. como traté t de hacerlo con el Gobierno de Iván Duque.
Sin embargo, con el despilfarro de energía y de tiempo en tratar de devolver la historia y socavar los Acuerdos de Paz y con el renacer de las mismas fuerzas oscuras de siempre, tal apoyo se ha desvanecido.
REFLEXIONES
- ¿Se considera un rebelde con causa?
A los veinticuatro años participé de un ejercicio de autoimagen, de los muchos que se hacían en los talleres de desarrollo humano.
Listé diez categorías en tarjetas. Las iba descartando en orden, con tiempo definido, una por una, e imaginándome cómo sería uno en su ausencia.
En la última tarjeta quedó la rebeldía que, en mi caso, es también rebelarse contra las formas convencionales de ser rebelde. Para mi termino siendo la ciencia la forma de ser rebelde.
- Hábleme de sus hijos.
Claro que sí, Isa.
Juan estudió periodismo y sociología en New York University. Regresó al país a trabajar en una de las campañas de Antanas. Luego de hacer un MBA en los Andes, trabajó con Ramón Jimeno en comunicaciones estratégicas. Con otros socios hicieron un emprendimiento en Vice Colombia, compañía generadora de contenidos, muy innovadora, pero la casa matriz entró luego en problemas. Actualmente Juan es gerente de mercadeo de Caracol Radio y está recién casado con Luisa Vélez.
Daniela, es fabulosa. Supremamente capaz, de buen trato, excelente académica, ingeniera industrial y psicóloga de los Andes con magister en política pública de LSE y Hertie School of Governance en Berlín. Trabajó con Adriana Córdoba en la Veeduría Distrital y directamente con el ex ministro de Salud Juan Pablo Uribe. Está casada con Sebastián Gómez.
Jerónimo estudió ciencia política y sociología en UC en California. Hizo internado en WOLA, organización líder en temas de derechos humanos en América Latina y acaba de regresar a la pandemia. Actualmente está comenzando en la Fundación Ideas para la Paz.
- Cómo maneja el tema de vivir en un país laico que, aún después de la Constitución del 91, desde las entidades gubernamentales invocan a los referentes de la religión católica.
La religión católica ha mostrado un declive muy notorio en los últimos veinte años, con menos del 50% de la población declarándose como tal.
Pero lo grave es que el país tiene un muy fuerte pensamiento mágico expresado por sus valores tradicionales. Continuidad que se registra en la última medición de la Encuesta Mundial de Valores hecha por Andrés Casas, donde Colombia está en los lugares mas extremos junto con Catar.
La falta de valores Racionales Legales es uno de los mayores problemas del país. Claro que hay una serie de fuerzas que lo que quieren es mantener las cosas así. Grave.
- ¿Asiste a oficios religiosos con frecuencia?
Asisto pocas veces al año a mi sinagoga, la AIM, pero disfruto cada ocasión. Voy a misa con motivo de matrimonios, entierros, bautizos, a veces con actitud de antropólogo.
En una reunión reciente de Defendamos la Paz quedé sorprendido por la ascendencia de varios sacerdotes y no pude más que registrar que aún culpan durante la misa a los judíos de todo.
La sociedad no se está volviendo más secular. Al contrario Es uno de los países menos seculares del mundo.
¿Cuál es la faceta con la que más se identifica?
Tengo varias identidades, pero a lo largo de la vida se va definiendo la más importante que, en mi caso, es la de investigador social.
Esta identidad me produce gran satisfacción y gloria en el sentido de recoger elementos de mí mismo, en el propósito de cambiar la sociedad.
Lo que no quiere decir que mis otros sombreros, el de empresario y político, por ejemplo, tengan menor valor.
- ¿Qué cambios le quiere imprimir a la sociedad?
Eliminar de raíz el problema de clientelismo, el que determina que Colombia no pueda tener un desarrollo más equitativo e igualitario. Esto se logra por medio de un sistema político donde se rindan cuentas.
- ¿Qué le roba su paz?
Cuando me estaba conociendo con mi señora le dije que yo vivía al borde de un ataque de nervios.
Es por manejar tantos sombreros a la vez. Normalmente no hay conflicto, pero hay momentos en que todos confluyen hasta reventarme. El estar cambiándolos significa un esfuerzo, especialmente cuando se presentan problemas simultáneamente en los diferentes frentes.
Adicionalmente, un tema que me molesta mucho es el mal trato que las élites políticas tienen con el pueblo. Esto es algo que me enferma.
La experiencia en el Senado que me hizo imposible continuar, fue la de darme cuenta de la desvergüenza con que muchos políticos tratan al pueblo y la de saber que no les importa. Es muy doloroso.
- ¿Qué le genera temor?
La inopia, la inseguridad económica. Una cosa muy atávica de la experiencia familiar de las guerras y del antisemitismo y del holocausto, de haber venido de Lituania y Polonia. Por fortuna, el riesgo hoy en día es menor, pero me asusta.
- ¿Se angustia fácil?
Al borde de un ataque de nervios.
Me angustia que los proyectos políticos que mencioné no terminen en nada. Esta es una tarea que ha sido muy fuerte.
Hay una cosa afortunada del ser humano y es que olvida el sufrimiento. En mi caso lo ha habido y también esfuerzo.
Ser irrelevante me produce una enorme sensación de fracaso. Pero, de un punto en adelante, ya es una responsabilidad de la sociedad. Mi trabajo quedará entregado.
- ¿A qué lugar no volvería?
A la depresión. Es el infierno.
A romper un hogar al divorciarse, me parece el horror de los horrores porque termina causando dolor a quienes más se quiere.
- ¿Cuál es su color?
Azul. Porque es el de la necesidad de logro.
- ¿Y el verde?
El verde tiene muchos colores. Incluye el naranja, de Visionarios.
¿Con qué animal se siente identificado?
Según mi hija Daniela, me representa una pantera negra bravísima que vimos en el zoológico de Berlín que se paseaba de lado a lado. Les daba risa.
- ¿Y con qué elemento de la naturaleza?
Me identifico enormemente con el agua. La película, muy linda, Azul Profundo, presenta un momento a gran profundidad en el que el protagonista, sin oxigeno auxiliar, se encuentra con un delfín y se abandona con él.
El delfín es un animal que me atrae profundamente, y me lo he encontrado buceando en aguas abiertas. Quedo en éxtasis.
- ¿Qué es el tiempo en su vida?
Una de mis preocupaciones ha sido el manejo del tiempo; me genera mucha presión.
- ¿Qué le gusta dejar en las personas que se acercan a usted?
Que sientan que aprendieron conmigo. Me satisface que la gente que trabajó conmigo progrese, que tome mi modelo de trabajo esforzado y comprometido, y que crezca como seres humanos, con su propia complejidad, por supuesto.
- ¿Cuál debería ser su epitafio?
No estoy listo.
[1] Cooperativas Rurales, politica clientelista y cambio social, Bogotá: Andina Editores, 1977. https://www.slideshare.net/Contrial/cooperativas-rurales-poltica-clientelista-y-cambio-social-78135423
(https://www.johnsudarsky.com/wp-content/uploads/Clientelismo-y-desarrollo-social-El-caso-de-las-cooperativas.pdf) Tercer Mundo Editores, 1990.
[2] State Organization in Latin America since 1930, Cambridge Latin American History, 1995, pp.1-96.
[3] https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Econ%C3%B3micos/2779.pdf