Tulio Duque Gutiérrez

TULIO DUQUE GUTIÉRREZ

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo. Publicado por Blogger en El Blog de Isa el 6/19/2014 10:32:00 a. m.

ORÍGENES

Nací en Pácora Caldas, en un hogar muy católico. Fuimos una familia de diecisiete hermanos. Crecimos en un ambiente de mucha comunión, vivimos muy unidos.

Mis padres eran de familia antioqueña, nos formaron muy bien. Mi papá era austero, pero comprensivo. Mi casa era cerca de un potrero, teníamos vacas que mi papá las ordeñaba y a nosotros nos tocaba traer los terneros sin demora.

También tuvo una tienda en la plaza, con la que nos sostuvo. Papá nunca supo cuánto le costaba un mercado, nunca hacía cuentas, pero tenía que sostener diecisiete hijos. En mi casa nos formaron en la paz. Teníamos dos mesas en el comedor, la de los menores y la de los mayores. Era considerado un honor cuando llegaba el momento de pasar de la de los menores a la de los mayores, ya nos sentíamos poderosos y grandes.

Mis padres eran muy queridos y respetados por todos, los consultaban, acudían a ellos. Mi mamá era como una yerbatera que hacía recomendaciones a madres jóvenes. Cualquier pacoreño de esa época con sólo nombrar a mis padres ya sabe de quién le hablan. Le heredé a mi mamá su buen carácter, una persona muy comprensiva que nos ayudó mucho. uno de mis hermanos ha sido Alcalde de Pácora en dos ocasiones. Cuando estudiaba en Roma murió mi primer hermano, la mazorca que se desgranaba, situación muy dura, ya han faltado cinco de ellos.

PRIMEROS AÑOS

Entré a la escuela, como era costumbre en los pueblos. La llamábamos la escuela de arriba, porque había que caminar cinco o seis cuadras loma arriba. Cuando terminé cuarto de primaria me pasaron a la escuela de abajo, que quedaba en la plaza del pueblo. Fue toda una experiencia porque me tocó inaugurarla. Actualmente es el Colegio Marco Fidel Suárez, de mucho nombre en Pácora.

Los últimos años de la escuela me dejan muy bellos recuerdos. Recibíamos talleres, además de los estudios académicos, aprendíamos zapatería: tuve el orgullo de hacer un par de zapatos orientado por nuestro maestro, don Alfredo Londoño. También mampostería. Íbamos a las Peñitas, donde se hacía el alcantarillado, y pegábamos tubos de cemento. Me conmovía mucho ver cómo contribuíamos a la sociedad, a la gente pobre, para que mejoraran su calidad de vida.

Era un ambiente muy sano. Los juegos de la época eran los del balero, bolas, trompos. Recuerdo las peleas por los trompos, ganaba el que tuviera las puntas estuvieran más afiladas, pues así se jugaba a dañarle el trompo al otro: eran las apuestas que se hacían, eso era muy común.

CIGARRILLO

En los paseos, generalmente dos al año, recuerdo el primer cigarrillo que me fumé a escondidas. Nos metimos en una especie de monte, mis compañeros y yo, a fumar una cigarrillitos negros. A mí no me gustó, pero tuve esa experiencia. Lorenzo Ángel fue quien me invitó a fumar, lo recuerdo muy bien. No tuve consecuencias, pues mi padre era muy exigente y nos amenazaba, así que le teníamos pavor y eso influyó para que yo no fuera fumador.

PRIMEROS AMORES

Casi todos en la escuela teníamos nuestras noviecitas, las que pasaban por la plaza del Colegio Carmelitas. Mi primera novia se llamaba Ruth, y llegó a ser religiosa. Pero también me ennovié con Martha y con Ester: resultan muy bíblicos sus nombres. Pero estos fueron amores de niños de escuela. Son recuerdos bonitos porque cuando venían encuentros de familia lo hacían muy especial.

BACHILLERATO

Cuando terminé primaria, recuerdo unos profesores muy preparados que nos indicaron el camino al bachillerato. Nos enseñaron álgebra, una de las materias que más me gustó.

Se me presentó la posibilidad de ir al seminario de los padres Salvatorianos de la Estrella, porque mi hermano mayor había estado allá, y eso me entusiasmaba. Fui a los catorce años a internarme por seis, hasta graduarme.

VOCACIÓN

Al principio tuve una idea de la vocación, pero en cuarto, lo que hoy es noveno, entré a conocer la sociedad. Me gustó la comunidad y decidí seguir el camino de los Salvatorianos, terminé los dos últimos años con esa idea.

En once pasé a Bogotá a hacer el noviciado en el barrio Divino Salvador, cerca al Campín. Ahí tienen una torre muy grande donde eran nuestras habitaciones, por eso decíamos: “Los novicios vivimos en la torre, debajo de las campanas”.

Nos enseñó un alemán quien nos formó en esa línea estricta, lo que agradecemos hoy.

UNIVERSIDAD JAVERIANA

Terminado el noviciado me matricularon en la Javeriana para hacer un año de ciencias, como era la costumbre para complementar el bachillerato. Compartiendo con jesuítas, con eudistas, con un grupo grande, tuve la fortuna, después de muchos años, cuando llegué de obispo a Pereira, de encontrarme con mis compañeros, como el padre Anibal Hurtado, como el padre Arcángel Ramírez, monseñor Francisco Arias, Fabio Rivera.

SEMINARIO LA ESTRELLA

Superado el año de ciencias, hice tres años de filosofía. Luego tuve una experiencia pastoral en el seminario La Estrella. Llegué al seminario, ya no como alumno, sino como profesor de geometría y álgebra. Estando aquí acompañé al prefecto de los estudiantes jóvenes.

Casi que me consideraba como policía, pues debía vigilar a los niños, a los jóvenes de bachillerato, contando más de cien, quienes estaban dando los mismos pasos que yo había dado: son experiencias estas muy bonitas.

Desde que entré a la comunidad del Divino Salvador me he sentido feliz, he sido muy feliz. Se afrontan las dificultades y los problemas con seriedad y buscando soluciones, pero no me he sentido ni frustrado ni engañado.

ROMA

Cuando estaba en el seminario me hicieron una oferta de un negocio grande, pero preferí estudiar y definir mi vida en mi vocación. El provincial me dijo que yo estaba destinado para ir un año a España y luego a estudiar teología a Roma ,de lo que guardo unos muy bellos recuerdos. Llegué a Roma el 11 de Octubre de 1962, esa noche se inició el Concilio Vaticano II.

Con Juan XXIII, viví el Concilio como estudiante de la Gregoriana. Tuvimos la oportunidad de ver a los obispos salir de la Basílica de San Pedro, lo que constituía un espectáculo, pues en esa época vestían sotanas moradas. Eran dos mil obispos, así es algo magnífico. También presencié la clausura con el Papa Pablo VI, con los documentos finales de la declaración de María, Madre de la Iglesia.

En ese tiempo me tocó la muerte de Juan XXIII, la coronación de Pablo VI, su elección. Lo reviví en lo ocurrido con Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Me ordenó el vicario del Papa en la Basílica de San Juan en roma.

ALEMANIA

Luego viajé a Alemania para aprender el idioma, donde acostumbrábamos pasar las vacaciones. Recuerdo que siempre nos acogieron muy bien.

COLOMBIA

MEDELLÍN

En octubre vine a Colombia después de estar cinco años por fuera sin ver a la familia.

Lo primero que hice fue organizar mi primera misa en Pácora, que fue una gran fiesta. Era octubre de 1966. El superior provincial es quien nos muestra el camino, la pregunta es, ¿cuál es la obediencia?

El Padre Feliciano me dijo: “Usted está destinado para trabajar en la Parroquia de Medellín y como capellán del Colegio Jorge Robledo, donde estudió el presidente Álvaro Uribe”. Me vinculé con la parroquia de los doce apóstoles, de la que conservo un recuerdo muy lindo. Formé un grupo juvenil del barrio Prado, que en ese tiempo era muy elegante en Medellín, con muchos programas sociales.

MANIZALES

Luego me trasladaron a Manizales donde fundé una parroquia, la de El Divino Salvador de Morrogacho. Tenía muchas veredas. Ahí hice bautizos y congregué a la comunidad. Viví una época muy linda trabajando de la mano de las hermanas de la Presentación.

BOGOTÁ

Luego de tres años me pidieron que fuera A la Parroquia del Divino Salvador, ubicada en la 17 con 57 de Bogotá. Ahora yo reemplazaba a los alemanes. Tengo una anécdota, y es la de que cuando a mí me presentaron en sociedad, una señora cuando me vio dijo: “¿Ese mocosito es nuestro párroco?” (risas). Con ella trabajé muchísimo.

Después vino lo que yo no esperaba, y era que el cardenal Anibal Muñoz Duque me pidiera un favor, trabajar con él en la curia de Bogotá en el año 74. Entonces fui vicario de religiosos de toda la Arquidiócesis de Bogotá manejando cuatro mil religiosos.

LA ESTRELLA

Pedí que no me dejaran en Bogotá, entonces el provincial me mandó a La Estrella, Antioquia. Estando aquí me dediqué a la docencia, pero no duró mucho porque me eligieron presidente de todos los religiosos de Colombia, CRC.

ROMA II

Cualquier día recibí una llamada de Alemania, en la que me decían que al día siguiente elegirían a los consejeros del general y que yo era candidato. Querían saber si aceptaría en caso de salir elegido.

En octubre, era 1981, debería estar en Roma. Me presenté, muy asustado pues tenía que afrontar un servicio de toda la comunidad. Entré con mis compañeros, un polaco, un americano, un italiano, varios alemanes. El único que hablaba Italiano era yo, lo que me ayudó. Entonces fui nombrado superior de la Casa General. Me encargaron de las misiones. Luego me nombraron procurador general. Cuando había que ir a las provincias, me determinaban las de habla española como Venezuela, Colombia, España e Italia.

En otra dimensión me correspondía manejar las misiones con la ayuda de Suiza, Bélgica, Alemania, Italia. Por lo mismo, visitaba a estos países. De nosotros dependían misiones muy importantes en Tanzania África y en el Congo.

COLOMBIA III

BOGOTÁ

Pasaron los seis años de generalato cuando en Alemania se eligió nuevo consejo general en el que quedó elegido un padre inglés que me invitó a quedarme en Roma como Superior de la Casa Madre. Mi respuesta fue muy sincera, dije que era obediente, pero que después de seis años fuera de mi país no iba a reconocerlo.

Por lo tanto, me devolví y desde 1987 y hasta 1993 trabajé en parroquias en Bogotá y colaboré con el Seminario de La Estrella. Cuando terminé me dieron gusto y me mandaron a Manizales. A los tres meses hubo un accidente en Bogotá y por lo mismo tuve que devolverme a hacer el reemplazo.

OBISPO DE MEDELLÍN

En el mes de septiembre me llamaron de la nunciatura a pedirme que me presentara a las tres de la tarde del día 27. Lo que quería decirme el nuncio era que el Santo Padre me había hecho obispo Auxiliar de Medellín. Acepté y el 7 de octubre se dio la noticia y durante esos largos días no pude contarle ni a mi mamá. En noviembre me ordenaron obispo, tenía a cargo ochenta y tres parroquias al sur de la ciudad, Viví en Itagüí.

ADMINISTRADOR APOSTÓLICO EN URABÁ

Cuando ya estaba radicado me llamó otra vez el nuncio para nombrarme administrador Apostólico para Urabá. Debía reemplazar a monseñor Isaías Duarte Cancino. Esta iba a ser una breve temporada. Llevaba año y medio y seguía ahí.

OBISPO DE APARTADÓ

Nuevamente el nuncio me llamó para informarme que el Papa me tenía como obispo Diocesano de Apartadó. Fueron estos cuatro años muy duros, de violencia, una época complicada. Por fortuna, los dos últimos años fueron distintos, logramos calmar mucho el ambiente.

OBISPO DIOCESANO DE PEREIRA

Después de seis años me llamó el nuncio monseñor Benjamín Estela porque el Papa me hizo Obispo Diocesano de Pereira. Mi posesión fue el 21 de septiembre. El Papa me hizo un regalo, me mandó a mi casa porque soy como ustedes, pienso como ustedes y tengo su cultura. Soy caldense.

RELFEXIONES

  • ¿Cuál es su mayor ilusión?

Mi mayor ilusión es realizarme y ayudar a la gente con mi misión que es sacerdotal, siempre en actitud de entrega y de servicio. Este es el ideal de la responsabilidad que se tiene.

Mis prioridades son la capacidad de responder diariamente a tantos asuntos, a tantas personas, a tantas obras de importancia que se manejan. Debo ser superior a las dificultades, ser catalizador. Es mi responsabilidad encontrar soluciones.

  • ¿Qué lo hace vibrar?

Mi vocación es sacerdotal, episcopal. Me hacen vibrar el evangelio, las buenas obras, la integridad de las personas, de una sociedad que se comporte moralmente.

  • ¿Dónde está la humildad?

Humildad es no ser pretencioso, sino aceptar con naturalidad y dar respuesta de esa misma forma. Es no buscar protagonismos, no ser orgulloso.

  • ¿Qué aficiones tiene?

Soy muy amigo de la lectura, con un buen libro y música de fondo me siento realizado.

Estudié acordeón pero me desanimé y lo dejé, me gusta escuchar música no interpretarla.

  • ¿Qué le preocupa de la sociedad?

Me preocupa el peligro que representan las drogas en los jóvenes, el embarazo en adolescentes, los abortos, la prostitución infantil, la limosna que va a drogas, la violencia intrafamiliar, la descomposición social al grado que da miedo escarbar… El deseo es una buena educación porque con ella se evitan muchos males.

Usted, Isabel, que está tan vinculada a la Granja Jesús de la Buena Esperanza, es consciente de la problemática: niños rescatados que salen después de los dieciocho años y que pueden perderse otra vez. Esta es una de las mayores angustias de las hermanas de San Antonio.

  • ¿Cuáles son las tres dimensiones del equilibrio?

Hay tres dimensiones de la reconciliación. Una es estar en paz con uno mismo. Pero también estar en paz con la conciencia, para lo que se tienen que deponer muchas cosas empezando por la violencia, el mal carácter, la manera de responder. La otra es estar en paz con D´s, estar en paz con los demás y con la naturaleza.

“Hay que combatir el mal con el bien. Nunca vamos a lograr el bien si no es con el bien” Juan Pablo II.