Rubén Darío Lizarralde

RUBÉN DARÍO LIZARRALDE

Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.

ORÍGENES

Tuve una infancia muy goda, muy conservadora. Crecí en una familia de padres muy luchadores. Mi madre fue una mujer estratégica, visionaria, orientadora y entendedora del comportamiento de sus hijos, en especial del mío que fui bastante difícil, pues no tragaba entero y siempre todo lo cuestionaba.

Pese a que he sido conservador toda mi vida, han malinterpretado mi comportamiento que daba a entender a mis profesores que era una persona rara, socialista. Lo que hacía lo había aprendido en el seminario donde estuve un tiempo. Allí, como en mi casa, me enseñaron a estar en función de la gente, de ayudarla, apoyarla, acompañarla. Estas enseñanzas las he aplicado durante toda mi vida, tanto en el sector público como en el privado.

Puedo entonces decir que mis padres fueron personas extraordinarias que me dieron ejemplo en muchos aspectos, en muchas facetas y eso contribuyó a ser lo que yo soy. Por supuesto hay uno que otro profesor que me impactó en el colegio, en la universidad e inclusive jefes que tuve al principio de mi vida profesional, muy importantes en el desarrollo de esa formación.

Me considero en ese sentido un afortunado de la vida.

FAMILIA

Mi primer matrimonio fue con María Fernanda Campo, bugueña como yo. Tenemos un hijo, Santiago. Se dio la coincidencia de que cuando fui ministro de Agricultura, María Fernanda fue ministra de Educación, de modo que mi hijo tuvo que sufrir por papá y mamá.

Tengo dos hijos de mi segundo matrimonio con Ximena Ángel, paisa del Eje Cafetero.

Los hermanos tienen una extraordinaria relación.

ACADEMIA

Soy buen ciudadano, abogado, economista, con una maestría en la Universidad de Miami en Management, con especialización en Derecho Laboral en el PADE del Inalde. Y como me decía una amiga: ‘especialista en cursos’ pues he adelantado cortos, medianos y largos en diferentes instituciones.

Estudié en la Universidad de Los Andes, pero también en el Centro de Liderazgo y Gestión donde adelanté el programa Transformative Business Leadership de Harvard; en el Instituto de Empresas en España; en Santiago de Chile en la Universidad Adolfo Ibañez.

Estos cursos me permiten experimentar diferentes tipos de liderazgo y aprender a apreciar, pues son muchos, todos diferentes y de impacto, ligados al liderazgo corporativo, transformativo y por supuesto al adaptativo.

Es claro que el estilo de liderazgo siempre está marcado por la personalidad, pero también por el entorno y por los círculos de influencia. Por lo mismo es maravilloso rodearse de personas, diferentes en actividades y en su visión.

Continúo vinculado al Inalde porque acompaño aproximadamente doce tesis al año en el MBA. Hice un programa de actualización en temas de managment. Estudio de manera permanente, soy un observador del mundo no solo en la perspectiva de los negocios, sino también de la economía y, en ese sentido, la academia me nutre y me mantiene dinámico y al día.

VOCACIÓN

Mi vocación la vivo desde que era un niño. Siempre me gustaron dos cosas, el derecho y la economía. El derecho lo estudié, pero nunca lo ejercí. Prácticamente mi actividad profesional se ha centrado en lo económico y administrativo.

El derecho ha sido esa luz protectora que tiene que ver con todo lo que uno hace en la vida. Por ejemplo, contratos se tienen que hacer indefectiblemente, empezando con el contrato laboral. Todo en la vida son contratos, todo se expresa en una relación contractual.

Cuento con la fortuna de tener criterio, aunque digo que no soy abogado porque no ejercí, sí estudié derecho y tengo mi título.

ACTIVIDAD PROFESIONAL

Me mantengo actualizado en todas las normas que están cerca de mi vida profesional, en lo comercial, financiero e incluso en derecho de seguros, pues estuve doce o catorce años en Juntas Directivas de compañías de seguros, también seis en la Junta Directiva de Megabanco.

He participado en varios sectores de la economía como el agrícola, el financiero desde Colmena cuando era Corporación de Ahorro y Vivienda. En Colmena empecé como director administrativo, luego fui gerente en Bogotá con veintidós directoras de oficina a mi cargo.

He estado en el sector público en tres oportunidades. A mis veintiocho años como vice ministro de Desarrollo Económico, luego como tesorero y secretario de Hacienda de Bogotá y después como ministro de Agricultura.

Estuve también en el sector industrial en la Compañía Colombiana Automotriz a mis treinta años. Luego trabajé en el Banco Interamericano de Desarrollo – BID en Washington por tres años. A mi regreso acompañé a Andrés Pastrana en la Alcaldía de Bogotá.

GRUPO INDUPALMA

Posterior a esto monté mi oficina y uno de mis clientes, el presidente del Grupo IndupalmaCarlos Haime, me dijo un día:

— Asesorar es muy fácil, pero administrar no. Si todas las recomendaciones que usted brinda se pueden aplicar, pues impleméntelas.

Me planteó que siguiera con la oficina, pero al año tuve que cerrarla pues a diario trabajaba hasta las doce de la noche o más, así que negocié con mi socia con quien trabajé diecinueve años.

Recibí una empresa en serias dificultades económicas, totalmente sometida por la guerrilla, luego por los paramilitares. Hicimos un trabajo magnífico con la comunidad y con los trabajadores. Actualmente es un grupo de empresas prósperas.

      CAMPAÑA POR LA EDUCACIÓN

Una experiencia en lo social que me ha generado gran satisfacción es caso Harvard.

En el Magdalena Medio, sometidos por el ELN, una de las prácticas claras e inteligentes es la de conquistar a las comunidades. Ellas son sus grandes aliados, lamentablemente, por no estar bien orientadas.

Cuando llegué a INDUPALMA  lo primero que hice, en compañía de Julio César Carrillo, mi socio de aventuras, abogado laboralista, a quien bauticé como un homeópata del derecho laboral, fue iniciar un proceso de cambio en la mentalidad de la gente que, sin tener motivos, había aprendido a odiar a la empresa.

Fuimos metiéndonos dentro de la comunidad, la fuimos cambiando. Para eso era necesario vencer el miedo. El anterior gerente llevaba varios años sin ir a la empresa por amenazas de la guerrilla y de los paras. En dos meses sufrimos en tres ocasiones el secuestro de nuestros funcionarios, el asesinato de dos presidentes activos del sindicato y de un expresidente.

Era un momento en extremo difícil. Aunque no se trataba de zona roja, sino morada.

En medio de esa situación y después de un proceso que ya habíamos iniciado de identificación, de conocimiento, de sensibilización con la gente, decidimos implementar un doble proceso: de educación y de emprendimiento.

Soy capitalista consumado. Me gusta y amo el capital y considero que es la esencia del ser humano. Quien tiene algo lo defiende, quien no tiene nada no defiende nada. Y en este caso se trataba de personas sin educación, analfabetas, que no tenían absolutamente nada, que vivían para gastarse lo que se ganaban.

Volvimos a esa comunidad capitalista y por lo tanto propietaria. Así comenzamos un proceso de educación en tres elementos fundamentales: en el fortalecimiento del ser, en la capacitación de su actividad y en la capacitación empresarial.

Comenzamos a enfocarnos en el fortalecimiento de su autoestima, del trabajo en equipo, en principios y valores.

Luego les enseñamos a ser empresarios. Recibieron cursos de contabilidad entre otros varios durante los quince años de mi permanencia en la empresa. Nunca dejaron de recibir capacitación, ni un sólo día. Contábamos con un colegio para los niños durante el día y para los adultos durante la noche, también con salas de computadores.

Los podíamos graduar hasta el bachillerato porque logramos esa licencia de la Secretaría de Educación. La mayoría terminó la primaria, algunos el bachillerato y unos pocos entraron a hacer carreras técnicas.

      CONFLICTO

En ese proceso empezaron a ser empresarios. Los organizamos en cooperativas de trabajo asociado y como los dueños son los mismos trabajadores, se ganaban lo que en los contratos de obra se llama el AIU, esa parte de administración del contrato que era entre el 10% y el 15%, lo que les permitió ir construyendo un capital.

Comenzaron por comprar sus sedes y luego maquinaria y equipo y con esta nos prestaban servicios. Poco a poco se volvían empresarios capitalistas. Estructuramos dos grandes proyectos para que ellos se volvieran propietarios de tierra y cultivos. Hoy son dueños de una finca sembrada de palma, El Palmar, y también de El Horizonte, negocios que hoy no valen menos de US$100mm.

No les regalamos nada, todo se pagó con la producción. Hicimos gestión y capacitación, por supuesto conseguimos los créditos bancarios, estructuramos el proceso para hacerlo posible. Sin tener ellos ni un centímetro de tierra pasaron a poseer más de cuatro mil hectáreas, más o menos tres mil de ellas sembradas de palma. Son dueños, cada uno, de diez hectáreas productivas y de toda la finca en común y pro indiviso.

Estos fueron los dos primeros proyectos, luego, cuando se terminaron y fueron exitosos, una cantidad de pequeños campesinos nos buscan pidiendo la oportunidad de sembrar palma y sacarlos adelante.

Cerca de 2.200 hectáreas se organizaron en tres Cooperativas: Coopsabana, Coopalmag y Coopalmares, conformadas por 260 campesinos con sus respectivos predios, porque cada uno mantuvo la propiedad de la tierra cuando en los primeros proyectos solo tenían la cédula.

Hubo un par de campesinos e infiltrados que generaron y promovieron problemas. En los inviernos tan fuertes que se presentaron del 2011 y 2012, nosotros les ayudamos a resolver sus dificultades gestionando créditos, acompañándolos a operar los proyectos, comprándoles la producción.

A uno de estos campesinos, se le enfermaron su mujer y su hija universitaria, y no tenía con qué pagar la atención médica. Entonces, como un acto de responsabilidad social y sin que estuviera en producción su cultivo, le ofrecimos un préstamo por un millón de pesos mensuales para que pagara cuando comenzara a producir.

A él lo convencieron de que nosotros teníamos la obligación de darle los recursos, más no en calidad de préstamo. Porque un periodista de Vanguardia Liberal, de apellido Rodríguez, y un abogado, quienes se habían infiltrado como campesinos, se dedicaron a indisponer, a crear mal ambiente.

Hicimos una reunión en Sabana que pedí fuera grabada para dejar constancia de su trámite. En ella el periodista comenzó a decir cosas que no eran ciertas, lo callé y le pedí que reconociera frente a todos que él nos había pedido una indemnización argumentando que le habíamos montado unas palmas dentro de unos cables eléctricos.

Le dijimos que no teníamos por qué pagarle, pues no se le estaba generando ningún perjuicio y las palmas no tenían cuándo alcanzar los cables. Pero él insistía en cobrarnos el Valor Futuro traído a Valor Presente de la producción. En últimas, le ofrecimos compra, pero no aceptó.

Nos enteramos de que su interés era irse a Europa con su familia.

Posteriormente me pidieron la grabación y la entregué sin ningún problema. No había nada que esconder.

MINISTERIO DE AGRICULTURA

Cuando llegué al Ministerio de Agricultura, el periodista se puso en contacto con Noticias Uno para contar su versión de la historia. El noticiero sacó esto como el gran escándalo. Decían que cómo yo, cuando estaba en el Magdalena Medio, gritaba a los campesinos. La discusión fue únicamente con el periodista, pero en la “película” a él lo enmascaran.

El modelo estaba pensado para beneficio de los campesinos y no para gente de otras profesiones.

Cuando llegué al Ministerio, consideraron que podrían sacar provecho político de esto. Pero la gente no ha vendido sus predios, las palmas siguen ahí, las cooperativas continúan.

      TRATADO DE LIBRE COMERCIO – TLC  y  COOPERATIVAS DE TRABAJO ASOCIADO

Con el TLC los norteamericanos pusieron unas condiciones muy claras. Una de ellas fue acabar las Cooperativas de Trabajo Asociado, porque hubo muchas empresas que manipularon la figura y la usaron para explotar a los trabajadores y no para darles la oportunidad de volverse verdaderos empresarios.

Para el caso nuestro, el tema fue completamente distinto. Nos visitaron de la Organización Internacional del Trabajo – OIT y una delegación de la Embajada Americana, es decir, representantes de los sindicatos de los Estados Unidos. Quedaron sorprendidos positivamente al encontrarse con propietarios de tierras beneficiándose de su propia actividad.

Actualmente cuentan con una Fiduciaria que les maneja la plata, su producción la compra la empresa operadora, con los recursos pagan el crédito al Banco, la mano de obra y demás costos y gastos.

Pero este par de señores convencieron a unos pocos campesinos de suspender los pagos a la Fiduciaria, dejaron de venderle a la empresa operadora para venderle a un tercero que les pagaba directamente. Así no volvieron a abonar al crédito y, como era solidario, los demás asumieron toda la deuda. Ante semejante situación, la Cooperativa tuvo que denunciarlos pues estaban robando a sus compañeros.

Son más de quinientas familias a las que la vida les cambió totalmente. Antes sobrevivían, ahora viven con recursos importantes.

      SENADOR JORGE ROBLEDO

Viví otro escándalo generado por el senador Jorge Robledo quien me acusó de acumular baldíos. Decía que: “Ese señor, a quien acaban de nombrar ministro, es mejor que no se posesione, porque para qué lo hace si se va a caer, pues ha violado la ley”.

Por supuesto, me posesioné pues no tenía el más mínimo problema.

Me hicieron dos debates, uno en la Cámara de Representantes y otro en el Senado de la República. El del Senado estuvo a cargo de Robledo. En la Cámara, por el representante del Polo. En ninguno de los dos demostraron absolutamente nada, pero en la mente de la gente queda que uno hizo algo malo.

Esta actitud y posición del senador Robledo, surge por lo menos un año antes de mi llegada al Ministerio. Esta es la historia.

La Embajada Americana, hacia finales de noviembre y principios de diciembre, analizó al país. A esas reuniones suelen invitar a personas de todos los partidos, participan entre treinta y cuarenta personas. En una de ellas presenté mi modelo de transformación, lo llamaba Reforma Agraria del Sector Privado, sin despojar de tierras, sin paternalismos, y con subsidio a la operación.

Terminada la presentación, Robledo dijo: “De un empresario, qué se puede esperar. Todos son corruptos, engañan a la gente y a los campesinos. Ese es un modelo falso, la propiedad no es de ellos”.  Es decir, comenzó a hacer una serie de aseveraciones que no eran ciertas, tratando de desvirtuar un trabajo que estaba probado y demostrado.

Comenzó a insultarme en el panel, a lo que respondí: “Senador, quiero hacerle una pregunta. Cuénteme, ¿cómo hace un congresista para gastarse tres, cuatro, o cinco mil millones de pesos en una campaña con el sueldo que recibe? ¿Eso cómo se compensa? ¿Qué tipo de relación hay ahí?”

Entonces me preguntó si lo estaba llamando corrupto. Respondí que no, que de ninguna manera. Se descompuso y los organizadores tuvieron que intervenir. Robledo me acusó de acumulación de baldíos.

– ¿Cuál es la motivación de Robledo para adoptar esa posición?

La motivación es política, porque ya estábamos entrando en campaña.

Es su forma de conseguir votos. Se presentaba como el adalid de la moral, de las buenas actuaciones, lo que da réditos. De hecho, en una encuesta que hicieron a empresarios preguntando por el mejor parlamentario, dijeron que era Robledo.

Cuando me hicieron los debates demostré que nosotros no acumulamos Unidades Administrativas Familiares – UAF, que este era un proyecto donde cada uno era dueño de su tierra que iba a administrar Inducaucho.

En este caso era gente que compraba la tierra, que costaba entre $100 y $300 millones por UAF. No se trataba de baldíos, sino de una tierra productiva que se entregaba con escrituras. Si se hubiera tratado de baldíos, el Banco no hubiera desembolsado recursos.

Indupalma operaba el proyecto, luego compraba la producción y montaba el tema agro industrial.

Para resumir, Inducaucho tenía el material industrial, operaba y luego compraba la producción, y ninguno tenía más de una UAF ni eran socios de la empresa ni tenían nada que ver con ella.

De modo que no cometimos ilegalidades. Tuvimos el absoluto cuidado de hacer las cosas bien hechas. Demostramos que se podían hacer grandes proyectos pese a las limitaciones existentes, pero eso no lo podía hacer sino una empresa que ya estuviera constituida, que tuviera músculo financiero y que aguantara las primeras inversiones, las mismas que empezamos a recuperar después de siete u ocho años.

Lo que sí es cierto es que con el debate que me hicieron siendo ministro, el grupo dueño de la empresa operadora se molestó por la exposición, al sentirse censurada y prefirió suspender el proyecto.

En la actualidad, con unos amigos estoy disponiendo todo para volver a darle vida, buscando quien lo opere, pues demanda recursos importantes.

– ¿Robledo logró su cometido, pero sin demostrar su argumento?

Logró un cometido parcial. El de torpedear el desarrollo, contribuyó a que en la zona se mantuviera la pobreza extrema.

Después me hicieron llegar una USB con una grabación que le hicieron sindicalistas. Destaco dos cosas: dijo que no tenía nada que ver con los paros agrarios y ahí claramente se escucha como él está organizándolos. Robledo dice, además, que si para conseguir el objetivo se tienen que unir con los rateros, que lo hagan, que porque aquí todos los son.

El contenido de esa grabación ya había sido publicado en primera página del Meridiano de Córdoba y en una emisora, pero lo que en la región se oye, aquí no existe, no se conoce.

Robledo iba a seguir molestándome a base de acusaciones falsas, por lo mismo cité a una rueda de prensa. Entregué a los periodistas la USB completa, sin editar, y saqué esos dos pedazos para que ellos los escucharan.

Me retiré del Ministerio de Agricultura el 19 de agosto siguiente al debate que había tenido lugar en febrero de ese mismo año. El Partido Conservador no contó con el apoyo del nuevo Gobierno, se entraba a la recta final del Proceso de Paz con unos acuerdos que no encontrábamos convenientes, tampoco la dirección que le daban a los temas agrícolas.

      PROCESO DE PAZ

Aportamos mucho a la campaña, recorrimos todo el país y recomendé que el Ministerio siguiera en manos de nuestro Partido. Si bien defendí con vehemencia el gobierno del presidente Santos, no lo hacía con el Proceso de Paz.

– ¿Cuál es su mayor crítica al proceso?

Creo que hay que tener en cuenta los procesos que se dieron anteriormente y que tuvieron un costo político, tanto para el presidente Betancur como para el presidente Pastrana. Sin ellos el presidente Santos no hubiera podido avanzar como lo ha hecho, aunque la forma sea diferente. Las circunstancias de los anteriores fueron completamente distintas.

Todos los colombianos queremos la paz, pero además de querer la paz, viene el tema institucional.

– ¿Qué va a pasar con la institucionalidad?

Vamos a seguir con una visión demagógica sobre la tierra, cuando allí están las grandes posibilidades de acabar con la pobreza extrema.

–  La paz está en el campo por todo lo que representa para una sociedad.

Pero depende de cómo eso se maneje, pues no se trata de entregar la tierra.

Se requiere de procesos productivos que le den a los campesinos la garantía de que les va a cambiar la vida, que van a tener efectivas oportunidades, salud, educación, reivindicación.

El tema es que entre la guerrilla y la izquierda siguen manteniendo un concepto atrasado.

No es la distribución de la tierra per se la que va a permitir el desarrollo de los campesinos ni el desarrollo del país. Eso cambió, aquí hay unos procesos que se tienen que dar. No hago referencia a que solo los grandes capitalistas pueden adelantarlos, pues, de hecho, en el Magdalena Medio está el modelo, el ejemplo, son campesinos dueños de la tierra.

Es la forma, es el sistema, el ciclo completo: tierra, asistencia técnica, centros de acopio, empaques, comercialización.

Ahora, debe haber, por parte de los empresarios, un apoyo desde el punto de vista de educación, gestión, asistencia técnica y compra de la producción. Ahí ganamos y salimos favorecidos todos. Pero no podemos seguir conceptualizando la solución del problema como se hacía hace cincuenta, sesenta y setenta años,.

Lo que hasta ahora percibo, es que se ha avanzado en una discusión y una aceptación de unos planteamientos que no sirven para nada ni van a solucionar el problema.

De igual forma debemos tener los ojos muy abiertos, porque no puede ser posible que utilizando las figuras de las reservas campesinas vayamos a darle a la guerrilla una institucionalidad especial, así como la tienen las negritudes o como la tienen los indígenas. Estoy completamente en desacuerdo con este punto.

El comisionado Humberto de la Calle Lombana decía: “No sé por qué le están poniendo misterio a las reservas campesinas cuando vienen desde el año 94. Ni siquiera las montamos para este proceso de paz”.

Cierto, pero esas son verdades a medias porque, aunque la figura existe, está totalmente politizada por las FARC, las mismas que se han tomado la Federación de Reservas Campesinas. Ese es un modelo de explotación económica que a los campesinos no les gusta porque no tienen la oportunidad de tener la propiedad, aunque eso se puede manejar de diferentes maneras.

Pero se hizo una investigación sobre las actuales reservas campesinas, hay equipo y maquinaria entregada por la Comunidad Económica Europea que la misma guerrilla ha dejado podrir porque no la deja usar.

CAMPETROL

Después del Ministerio de Agricultura, me vinculé al sector energético como presidente ejecutivo de Campetrol.

En el Ministerio hubiera sido muy importante un trabajo de la mano con el sector privado. No se dio porque el agrícola, es un sector en su mayoría débil, perezoso, que vive de los subsidios y que lo único que está esperando, como si fuera una obligación del Estado, es en cómo el Gobierno le va a compensar sus pérdidas. De esta manera se postra al país y se le niega la oportunidad de aprovechar los tratados de libre comercio, los mercados internacionales.

En Colombia no tenemos sembradas sino casi cinco millones de hectáreas, cuando podemos sembrar más de veinte. Aquí las cosas funcionan a base de subsidios.

Uno de mis planteamientos fue eliminarlos, como al paternalismo. Se requiere inversión en bienes públicos, en vías terciarias, en asistencia técnica, en riegos, drenajes, canalizaciones, en tecnología, en lo que pueda impactar y generar un verdadero cambio. Pero gastarse el Estado recursos en subsidios directos porque algunos agricultores hacen las cosas mal hechas, donde pierden plata para luego pedir compensación, es lo que nos tiene liquidados y al sector empobrecido.

      LAS CRISIS SON OPORTUNIDADES

Llegué a Campetrol y de inmediato se dio una crisis. Pero las crisis son oportunidades.

Este país ha sido mono dependiente, antes del café ahora del petróleo, éste último, el año pasado contribuyó con más del 50% de las exportaciones y con cerca del 30% del ingreso fiscal, ahora esto se cae.

El Gobierno dijo entonces que debía apoyar al sector agrícola y al industrial. Pero esto es algo que no puede hacer de la noche a la mañana, su evolución no es tan rápida, no produce resultados inmediatos. Esto debió hacerse hace diez años para que, cuando se debilitara el precio del petróleo, los otros dos sectores estuvieran fortalecidos. La plata que debimos usar en esto la hemos botado en subsidios que no generan valor.

Uno de mis propósitos es mostrarle a las comunidades que no pueden depender más del petróleo y que la solución no puede estar en él. Es más, se trata de un recurso no renovable.

      DIVERSIFICAR

Mi invitación, a este sector y al sector público, es la de que aprovechemos el apalancamiento para generar desarrollo económico y social en las regiones donde hace presencia. En ese sentido propongo que trabajemos al rededor de los territorios donde se hace exploración y donde hay producción, procesos de desarrollo agroindustrial y eco turístico.

El Ministerio de Agricultura junto con el de Comercio, el de Infraestructura y Planeación Nacional, estamos estructurado el proyecto para generar procesos de producción, garantizando la compra en los diferentes mercados, nacionales o internacionales, y le demos a esas regiones un desarrollo equilibrado.

Lo llamamos territorios de la energía, proceso de fortalecimiento y desarrollo en las regiones petroleras que son, además, de mucho conflicto.

Hay que recuperar la institucionalidad regional, limitar tantas consultas regionales y comunitarias que se han vuelto una fuente de enriquecimiento ilícito de muchos intereses particulares regionales.

REFLEXIONES

– ¿Cuáles diría que son las mayores satisfacciones profesionales en su vida?

Hay dos tipos de satisfacciones. Una profesional en la que tengo que sentirme muy satisfecho de haber actuado en varios sectores de la economía y de haber tenido la capacidad de que me haya ido bien, de haber aportado, creado y respondido a los desafíos que, en cada uno de ellos, se me han presentado.

No es fácil estar en sectores tan disímiles manejando crisis. He sido muy afortunado en su manejo y eso me ha generado una gran satisfacción: transformar las crisis en oportunidades, volverlas creativas y sacarles provecho.