Alejandro Peña

ALEJANDRO PEÑA

Las Memorias conversadas son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.

Isa López Giraldo es responsable del contenido de su sitio web en el que Davivienda actúa como patrocinador de la sección Jóvenes Talentos.

Soy totalmente bogotano y he vivido en esta ciudad toda mi vida. A Bogotá le debo lo que he aprendido y sigo aprendiendo cada día. Estudié en el Colegio Helvetia y soy arquitecto de la Universidad de los Andes. Mis padres y mi entorno familiar me brindaron mucho amor y consentimiento que aún hoy persiste.

También soy arquitecto totalmente apasionado, metido en el cuento del espacio, del vivir, del experimentar muy buenas cosas, emotivas, a través de la creación de habitáculos, hábitats, lugares decididos por nosotros para alojar cualquier actividad humana.

Cuando tenía unos nueve o diez años, en los recreos del colegio nos encontrábamos restos de carpintería, camillas, puertas viejas, mesas en desuso y otras cosas que nos servían para armar una especie de cambuches. Con esto hacíamos unos “clubes”, lugares para estar con las amigas y amigos, tomar las onces y pasar el tiempo del recreo; siempre estaban armándose y desarmándose, duraban muy poco, un par de días apenas.

En estos espacios estrechos y a través de sus superficies, que eran como una colcha de retazos, se filtraba la luz, había un efecto y un sentimiento muy especiales. Fue ahí, lo creo a veces, cuando me enamoré del poder crear el espacio y condicionarlo como quiero.

Varios amigos, también del colegio, con padres arquitectos, me invitaban a sus casas y me parecía magnífico ver cómo estos señores, aparte de que diseñaban su casa y tenían los objetos según su dictamen, el formato y el color de su preferencia, también tenían un estilo de vida muy chévere. En eso de ser arquitecto había una necesidad de moldear la cotidianidad, la manera en que se servía la mesa, la mesa misma, la luz que le llegaba, el modo que todo se disponía.

Tenía más o menos claro eso cuando empecé a estudiar Arquitectura, ese moldear la realidad. Después de la constricción y expansión que es un proceso de formación en una “universidad” he ido aclarando esta intención, este deseo o inquietud sobre el crear espacios.

Esa identificación de la persona con una sola cosa, su profesión, su carrera universitaria y un título es algo que a mí me encantaría fuera diferente. Pienso que el ser humano da para mucho más que la profesión que escogió con apenas 18 años. Me atrae mucho el diseño a cualquier escala; me fascina la geografía y su relación con las sociedades; percibir y admirar la naturaleza; pasear solo y con mi familia.

RECIÉN GRADUADO

Me gradué en el 2004 y ahí tuve una gran oportunidad de trabajar con Carlos Campuzano, un gran arquitecto y una persona muy importante para mi. Al día siguiente de sustentada mi tesis encontré un mensaje suyo en mi teléfono con una propuesta de trabajo.

Trabajé dos años en su oficina y tuvimos una relación maravillosa donde fluían muy bien las ideas y el entendimiento de lo que quería ser la obra al final. Fue fundamental esa formación.

En la universidad te enseñan algunos principios, según el discurso de turno, para enfrentar un proyecto pero no te enseñan absolutamente nada de la práctica cotidiana, de entender que construir y prever espacios requiere de conseguir cosas, de percibir el juego humano, de apropiarse de muchas circunstancias imposibles de entender en el aula o taller de arquitectura; la metodología unidireccional de los pensums universitarios, están muy lejos de brindarle a un estudiante estas herramientas.

Las universidades ignoran toda una realidad muy evidente en su entorno, obras y demoliciones por doquier, una sociedad necesitada de diseños y propuestas, un entorno natural por vivir, entender y potenciar a través de la arquitectura. Guardando las proporciones, es como si a un cocinero le enseñaran y le calificaran sus platos a través de dibujos y representaciones en un cuaderno de apuntes.

JUANA, VERO Y VICO

Conocí a Juana un jueves, hace 11 años, y desde el sábado de esa misma semana vivimos juntos. Es una mujer maravillosa, mi guía y amor siempre, lo máximo, como debe ser. Tenemos a Vero y a Vico, nuestros hijos, maestros, héroes y grandes amores desde hace 10 y 8 años. Tener una familia es el encargo más importante, querer a ese nivel y poder moldear en equipo muchos aspectos de la vida es fantástico.

OFICINA

Cuando Juana estaba esperando a Vero, decidí hacer mi propia oficina de arquitectura, era el momento, motivación total. Monté una oficina con Mariana Restrepo, una gran arquitecta, con una inteligencia y percepción inigualables. Trabajamos un par de proyectos juntos y cada uno siguió su camino.

Al comienzo tenía un par de clientes privados, de remodelaciones, estaba un poco aburrido de todas las exigencias de clientes comerciales o de señoras con apartamentos por reformar.

Ya había concursado con amigos de la universidad, en varias oportunidades, con resultados muy por encima de nuestra experiencia, y había aprendido mucho en estas ocasiones. Así que para cambiar un poco de cliente, me presenté a un concurso nacional para diseñar dos colegios en diciembre de 2007. Le metí toda mi capacidad. Se trataba de dos proyectos, uno en Soacha donde quedé de primero y otro en Yopal que tuvo el tercer puesto.

Eso fue un empujón grande, lo que me ayudó a armar muy bien el estudio-oficina. Vinieron otros proyectos grandes, como otros dos colegios públicos que están funcionando y tienen una propuesta espacial muy especial. Fueron para mi como primeros experimentos, propuestas sobre el recorrer la arquitectura, el manejo de la luz natural, sobre el imaginar la vida sucediendo allí para muchas personas. Los concursos son muy estimulantes, te permiten pensar la arquitectura de una forma más abierta y pura, debes cumplir unas condiciones y demostrar que tu manera de resolverlas es la mejor.

GALERIA LAMAZONE

Esta galería fue una oportunidad muy particular y se dio de una manera muy fresca, distensionada y por eso mismo creo que en gran medida se pudo diseñar este espacio en el 2011. La clienta compró el lote y me dijo “Alejandro, yo quisiera un muy buen taller para mí, y un espacio para exposiciones.” Eso fue todo, me confiaron el desarrollo completo del proyecto, papel en blanco. Esto fue maravilloso y su resultado fue la Galería Lamazone.

REFUGIOS NATURALES

Desde mi infancia he estado muy cercano a la naturaleza, para entenderla y apreciarla. El hecho de hacer unos pequeños espacios que estén respetuosamente puestos sobre ella y que su forma y su arquitectura sean una consecuencia de entender el paisaje me parece maravilloso.

En este proyecto se le pide a algunos campesinos con terrenos en lugares sobresalientes (con una linda cascada, o una gran montaña o cualquier elemento sorprendente) que alquilen su tierra para que ellos también tengan un ingreso; involucrarlos totalmente en la operación del refugio, y que sea la oportunidad para cualquier persona de Bogotá, de estar en un lugar de arquitectura pura y un espectáculo de la naturaleza, a menos de dos horas de la ciudad.

Ese tema de los refugios, es un proyecto de arquitectura desarmable. Se quitan y ponen piezas, en una construcción en seco, para que además la huella ambiental sea la menor posible y la arquitectura no resulte agresiva con el lugar.

PARCHADERO MÓVIL

Es un sitio para “parchar”, disfrutar, que simplemente le enganchas a una camioneta y que te permite salir de viaje.

La arquitectura es como un marco y uno decide qué enmarcar, por lo mismo, si llevas en el carro la arquitectura y te vas al desierto de la Guajira, enmarcas el paisaje que quieras orientando este espacio hacia donde es valioso ver. Es como una navaja Suiza a la que le salen decks, se le abren espacios desde el interior y que te permite pasarla muy bien en un lugar exterior que te encuentres en el camino.

MOVIMIENTO

Siempre me ha gustado ese intermedio entre la arquitectura fija y lo que se mueve.

Ese manejo a voluntad de lo que abres o cierras, de la luz que entra o sale, de escoger qué ves y qué no, es algo magnífico. Los refugios y el parchadero móvil son propuestas con estos ingredientes. He usado esta estrategia en varios edificios y los usuarios disfrutan mucho esto.

DISEÑAR PARA UNO MISMO

Estoy muy ansioso de diseñar mi propia casa.

El arquitecto Gabriel Serrano, diseñó un edificio que habito con mi familia y que remodelé a mi gusto, es un gran ejemplo de arquitectura de 1958. Pero mi grado será el día en que construya mi casa donde el cliente seré yo; es un gran reto como arquitecto.

Igual siempre diseño los espacios como si fueran para mi, con los múltiples filtros de los clientes y con mucha empatía por ellos.

VIAJES

Para un arquitecto los viajes son fundamentales porque cada viaje es como tener un diccionario diferente, con nuevas palabras, nuevos significados, nuevas maneras de poner lo mismo pero distinto, bien sea por razones culturales, técnicas o por el clima; en el viaje se puede ver cómo con otras reglas de juego se resuelven los mismos temas.

Culturalmente a los colombianos nos cuesta un poco valorar lo que tenemos, nuestro conocimiento ancestral, nuestra técnica, y son cosas maravillosas de las que nos alejamos y nos vamos a buscar afuera, dejándonos seducir por lo que hay en otros lugares.

Pero saber ver desde dentro es fundamental, una herramienta, una fuente muy importante para el arquitecto. Los viajes son importantes pero también lo es el estar atento a la ciudad, al campo y a la naturaleza que tenemos cerca, ver lo evidente. 

TEMPLOS DE LOS DIOSES Y DEL CONOCIMIENTO

En un templo hay una gran oportunidad; es un espacio de congregación y asamblea muy importante. Debes procurar un espacio en el que un mensaje que ha sido guardado y que será mantenido vigente por muchos años se siga dando; y debe ser pensado en términos del recogimiento que necesita.

En parte sí es el punto donde un arquitecto puede poner en juego todas sus ideas y reglas, pero considero que también hay muchos otros espacios donde se logra.

Una biblioteca me parece un tema absolutamente mágico y maravilloso, porque no es tan catedrático sino que es diseñar para una actividad muy noble: la aproximación al conocimiento. Esa aproximación amerita un espacio muy especial.

UNA MANERA DE DISEÑAR

La arquitectura distinta, muy bien pensada, reflexionada, que a lo mejor necesita más tiempo para que la decisión sea mejor, es la mía.

Veo en cada proyecto la oportunidad para esto, sin importar su programa o tamaño.

Creo que hay un tema muy importante con la luz natural. Creo que a cualquier obra mía en la que entres va a ser evidente mi preocupación por sorprender con la luz dentro del espacio.

Para mí hay un tema fundamental y es mirar al cielo, que es algo muy de todos los días pero puede pasar desapercibido sin disfrutar las nubes, su recorrido, los muchos tonos y temperamentos, sus colores.

Muchos arquitectos se identifican con los materiales. Yo creo que estos no deben ser un punto de partida en la arquitectura sino una consecuencia. En los proyectos que trabajo, hay unas preferencias de material pero siempre es una consecuencia del espacio. En el proceso de diseño le voy preguntando al proyecto qué materiales son los idóneas para lograr una determinada intención o idea.

MODA

Si en algo no creo es en la moda. Todo lo que esté de moda, de entrada sé que está mal, pues está ahí por condiciones comerciales momentáneas, no es algo que perdure. La arquitectura dura mucho tiempo y no merece ser receptora de entusiasmos efímeros y confusos.

No es que tenga una línea única para hacer los proyectos. Me identifico con una línea de juego espacial más que con una línea formal.

Me encantaría como arquitecto, tener una aproximación al estilo de la catedral de sal de Zipaquirá, donde la arquitectura es como un ratón que se mete en el queso y va excavando; esto es totalmente contrario a lo que hacemos normalmente, que es ir sobreponiendo espacios a un lugar. Me gustan mucho también las cavernas, cuevas, los cenotes.

HERRAMIENTA

Mis herramientas principales como diseñador son la luz y el movimiento.

EXPECTATIVA

También quiero dejar la chispa de la inquietud. Saber que con los mismos elementos es posible tener una atmósfera distinta. Sorprender siempre.

Me parece fundamental entender que la arquitectura es fruto de un esfuerzo técnico y de herramientas disponibles; también entender el lugar y sacar algo que no sea tan evidente, que la arquitectura reconozca y acepte factores como el viento, el sol; y la magia de crear un mundo y una manera de interactuar entre las personas y su entorno.

APORTE

¡Debería ser la capacidad de asombrar!