Diego Rodríguez Sarmiento

DIEGO RODRÍGUEZ SARMIENTO

Isabel López Giraldo es responsable del contenido de este sitio web. Davivienda actúa como patrocinador de la sección Jóvenes Talentos.

Soy un joven que siempre se ha interesado en temas sociales de innovación, emprendimiento.

ORÍGENES

Mi abuelo, Octavio Rodríguez, de Caquetá, se dedicó a las labores del campo en San Vicente del Caguán. Mi abuela, Emma Vásquez, fue campesina y se casó muy joven. Dada la violencia mis abuelos se trasladaron a Neiva donde tuvieron una casa muy grande con un árbol de mango que fue emblemático para toda la familia. Mi padre, Octavio Rodríguez Vásquez, es comerciante, un hombre de recio carácter que nos educó en valores.

Inés Aurora Peña es mi abuela materna, campesina de Gama, Cundinamarca, que dejó su tierra cuando se casó. Mi abuelo, Francisco Sarmiento, fue policía. Casado se instaló en Bogotá. Mi madre, Leonor Sarmiento, vivió en Bogotá hasta graduarse de la universidad, luego en Vista Hermosa, Meta, donde dirigió el ICBF y trabajó como docente con comunidades y jóvenes con problemas por el conflicto armado.

INFANCIA

Fue en el Meta donde mis padres se conocieron, se casaron en Bogotá y tuvieron cuatro hijos: Diego, María Camila, Laura Melissa, María Ximena. Nos enseñaron con el ejemplo, nos educaron con amor.

Conservo recuerdos muy lindos de infancia con mis abuelos, pude disfrutarlos enormemente. Mi abuela Emma fue muy alcahueta, era quien me daba ese billete de más cuando tenía que asistir a algún evento. Las navidades eran maravillosas con los once tíos y los primos compartiendo bajo el mismo techo pues la casa de la abuela era el centro de todos. Visitábamos la finca en Silvania, Cundinamarca, donde recorríamos los cultivos de papa, comíamos moras, observábamos pájaros y otros animales.

ACADEMIA

Fui buen estudiante, pero inquieto. Pasé por varios colegios donde hice muy buenos amigos que aún conservo. Mi mamá me enseñó a hacer origami que vendía en el colegio; también los ringletes que son figuras de papel soportadas en palitos de madera y que giran cuando uno corre, estos fueron la sensación. Me encantó ganar plata con la que me di gustos como yoyos, trompos, dulces. Alguna vez, cuando mi mamá hizo pandeyucas, deliciosas por demás, le pedí para regalarle a mis amigos, pero mi papá me encontró en la calle vendiéndolas a los vecinos. 

Soñé con ser veterinario, pero estudié Economía pues siempre me pareció una carrera muy completa, con profesionales muy brillantes que he admirado. Estudié en la Universidad Surcolombiana, donde conté con profesores empresarios. La carrera está enfocada al desarrollo de las regiones. Luego con una beca hice una especialización en Responsabilidad Social Empresarial. Disfruté mucho esta etapa en la que me consagré más al estudio, pero también tuve una pastelería en la que implementamos fotos comestibles impresas en papel de arroz que van sobre las tortas.

MADERA PLÁSTICA DE COLOMBIA – MPC

Un primo fue quien me orientó en finanzas. En último semestre trabajé en una entidad financiera donde conocí diferentes emprendimientos lo que me animó a iniciar el mío. Di un salto al vacío y me lancé a la creación de MPC Madera Plástica de Colombia con mi esposa Alejandra Salazar. Nos unimos por un propósito, reutilizar el plástico reciclado para crear soluciones integrales a las necesidades existentes. Hacemos madera plástica, somos un startup dedicado a la aplicación de estrategias sociales y ambientales, mediante el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, a través de procesos de aprovechamiento y trasformación de plástico reciclado que se convierten en aplicaciones para el campo, lo industria, la construcción y el mobiliario urbano.

Nos dedicamos a ser un puente entre el reciclaje y su reutilización. Es un instrumento que elegimos método de trasformación de la sociedad MPC se dedica a transformar el material fabricado con plástico reciclado, recuperado por recicladores de oficio con tres grandes impactos:

– Disminuye la problemática de contaminación por plásticos.

– Mitiga el uso de madera y tala de bosques.

– Incrementa el valor social al generar ingresos a recicladores de oficio y su empoderamiento en la cadena productiva de Reciclaje.

La Madera Plástica es una alternativa en los sectores de la economía colombiana que usaban madera natural en sus procesos. Ahora les suministramos productos que tienen una vida útil superior a los 100 años y sin mantenimiento gracias a su composición plástica; esto garantiza menos cambios y nuevas compras, generando ahorro y rentabilidad. Aún no somos la completa solución a la problemática del plástico residual, pero estamos haciendo grandes cambios.

La idea comenzó en el 2013 y desde el 2017 fabricamos y distribuimos.

El proceso consiste en derretir el plástico y verterlo en moldes. Luego sacamos piezas como polines, tablas, perfiles redondos, láminas. Sus beneficios son muchos pues no se pudre, no se oxida, no requiere de mantenimiento, se conserva el medio ambiente, el producto es 100% reciclable. Lo que busca es ser alternativa al uso de la madera evitando la deforestación de bosques, la tala de árboles, pero también reciclar el plástico que es tan contaminante. . La versatilidad del material para transformarse es enorme entonces nuestros clientes son un universo ampliado.

Cada 24 horas estamos transformando de 4.5 toneladas de plástico dependiendo de los pedidos que se generen. Evitamos la tala de dieciocho mil árboles adultos cada seis meses y reincorporamos al ciclo de vida ochocientas toneladas de plástico al año.

REFLEXIONES

  • ¿Cómo contribuyó Social Skin a tu crecimiento como emprendedor?

Este es un programa muy reconocido y por lo mismo los seguimos en redes sociales y a través de otros emprendedores. Se presentaron más de seiscientos veinte proyectos, y fuimos finalistas confirmando nuestro buen trabajo y reafirmándonos en nuestro compromiso.

Los emprendedores nos sentimos solos aportando al mundo, pero entidades como esta nos demuestran lo contrario y animan a continuar brindándonos capacitación y recursos. Esto movió las emociones.

Nos acompañaron profesionales que nos ayudaron a focalizar la idea del negocio, aclarar caminos que en el día a día se descuidan o no se les presta atención. El aprendizaje fue grandísimo. La exposición al juego aporta enormemente, ayuda a madurar.

  • Basado en tu temprana experiencia, ¿qué recomendación le harías a quien quiera iniciar su camino hacia el emprendimiento?

Este es un tema de terquedad, es ir en contra de la lógica que en ocasiones es no arriesgar, no correr peligro, estar tranquilo. Emprender es sinónimo de endeudarse, es responder por nóminas así no haya ventas. Este es un camino muy largo en el que es mucho más fácil desistir, pero lo importante es resistir sin perder el norte. Si la meta vale la pena, se debe continuar.

  • ¿Cómo quieres impactar al mundo?

Quiero reflejar que es posible emprender y ayudar a los demás a través del trabajo social que deja grandes recompensas.

  • ¿Cuáles son tus mayores talentos?

La persistencia, la capacidad de soñar pese a la adversidad.

  • ¿Cuál es tu código de ética?

Cumplimiento, responsabilidad.