MARÍA LUISA ORTÍZ
Las Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.
Mi ADN es la nostalgia, el romanticismo, la honestidad, la alegría y la tenacidad. Esas palabras obviamente se van componiendo a través de la vida.
Nací en Medellín en el año 68, diez años después nos fuimos a vivir a Bogotá.
La nostalgia viene de mi mamá y de mis abuelas, ellas contaban sus historias que me atraían tanto al grado de que me hubiera gustado vivir en esas épocas. Es este el comienzo de una añoranza de ese algo que no me tocó, lo vi a través de la moda y del oficio de mi mamá, que era diseñadora y modista. Así pues, es como se genera una atracción hacia el vestuario femenino de principios de 1900 y que va hasta 1950.
Mi faceta romántica tiene que ver con los libros de su biblioteca, los que leí después de su muerte. Mi mamá murió cuando yo tenía dieciocho años y esta fue una forma de acercarme. En ese momento pensé que era la manera perfecta de entender lo que le había pasado, lo que había vivido y experimentado. En la literatura y en mis estudios en París, que me tomaron cuatro años, es donde está mi lugar romántico. El amor por el oficio, por la humanidad, por el arte, por la literatura y por la cultura, suman a ese romanticismo.
En esa etapa de mi vida hay silencio, mucho silencio, pero también algunos amigos y experiencias maravillosas. La soledad viene después, cuando aprendí a estar satisfecha y tranquila conmigo misma, lo que ocurre en mis tempranos treinta cuando ya tenía mi negocio. Siempre he sido una persona muy alegre, no importa la circunstancia, pues siempre le busco el lado positivo a la vida. Logro sobreponerme a la pérdida de mi mamá y salir adelante.
Tengo tres hermanos, uno mayor y y dos mellizos que son menores. Como única mujer de mi casa, con el tiempo tuve que aprender que mi rol era el de hija y hermana, y no el de mamá. Me costó afrontarlo interiormente pero lo logré. Mi carácter se refleja en el resultado de lo que hago y de las relaciones de amistad. Soy muy protectora y conciliadora pues siempre busco las soluciones a los problemas.
Cuando chiquita quería ser abogada como mi abuelo pero, a través de mi mamá, aprendí el amor su oficio, pues adoraba lo que hacía y era inspiradora. Antes de que muriera, yo ya había tomado la decisión de estudiar costura pero entré a la facultad de economía y ciencia política de la Universidad de los Andes pues todavía no quería estudiar diseño ni costura y quise hacerlo en París.
Después de dos años en la Universidad, viajé a cumplir mi sueño en la Escuela de la Cámara Sindical de la Alta Costura “Les Ecoles de la Chambre Syndicale de la Haute Couture Parisienne.” Allí trabajé para los talleres de alta costura de Christian Dior y Christian Lacroix. En ese momento pensaba que si estudiaba lo más difícil del oficio, donde estaba la tradición, yo podía hacer lo que quisiera. El oficio es el saber hacer, es la costura, el corte, el crear y diseñar, entendido todo como una metodología. El oficio está al servicio del negocio, el que aprendí con el tiempo y con la experiencia. Una vez en el país, tomé cursos de micro empresa en la Fundación Corona que me ayudaron mucho a estructurar mi negocio.
Soy diseñadora, creadora de un estilo, me entrené en el oficio de la Alta Costura, aprendí el “prêt-à-porter” (listo para llevar), a crear colecciones para llevar por tallas y al por mayor. Mis líneas de negocio se dedican al diseño y la asesoría de imagen a la medida y al diseño y la asesoría de imagen en el área corporativa.
En la moda hay muchas cosas por hacer porque hay muchos universos, los del día, los de las celebraciones, los de empresas, los accesorios, ropa interior, niños. Así es como voy decidiendo mi línea y especializándome en ella. Lo básico es la Alta Costura y sobre medidas, esto no se va a perder porque es el corazón de mi trabajo. Tuve una boutique durante 15 años, allí convivieron la alta costura, el prêt del luxe, prêt-a-porter de Maria Luisa Ortiz Red Label, la ropa intima Cecibelle, y comenzó en el 2008 el servicio de diseño y asesoría de imagen en el área Corporativa.
Pienso que los desfiles son una experiencia maravillosa en la que investigas, decides contar una historia inspiradora atraído por ciertos temas. Lo que me motiva a crear son las diferentes experiencias y necesidades de mis clientas. Mi primera pasarela fue en la Biblioteca Luis Ángel Arango, invitada por Martha Helena Londoño, Otoño – Invierno y Primavera – Verano en 1997. Fui asistida por Madame Crépè que tenía un Vintage Shop con Carlos Cubillos – “Cha-Cha-Cha” y fue quien me impulsó, me hizo los sombreros, los tocados y gracias a ella tuve el coraje para llevarla a cabo. Me sentí totalmente extasiada, fue lo máximo.
Luego de esa pasarela, Alicia Mejía me invitó a Colombiatex para hacer una colaboración con telas de Fabricato. Luego vinieron invitaciones por parte de la Marca Lycra (gran aliado ente los diseñadores y la industria), de la Revista Fucsia donde hice desfiles colectivos con una temática por temporada. Aprendimos y crecimos juntos diseñadores, modelos, agencias, productores y talleres de costura, todos de la mano de Inexmoda.
Alicia Mejía de Inexmoda y Cecilia Duque de Artesanías de Colombia acompañadas por Lina Moreno de Presidencia de la Republica, me invitaron a Identidad Colombia, lo que cambió mi vida en el año 2003. Nació un proyecto maravilloso donde creamos a partir de nuestros orígenes con mano de obra artesanal. En el 2004 viajamos a Milán a una pasarela que fue lo más emocionante de mi vida por mi atracción hacia el origen, hacia crear a partir de nuestra historia sin que cambie mi estética nostálgica.
Hicimos varios viajes a la Guajira y gracias a este proyecto conocimos artesanos de todo el territorio nacional. A partir de ahí se empieza a solidificar mi estilo que contiene rojo, blanco y negro, flores, moños, volumen; es fluido, tiene movimiento y es femenino. Cuando comenzó mi carrera, creaba a partir de mi deseo, hoy en día lo hago a partir de las necesidades de la mujer. Continuamente pienso en cómo lo que estoy diseñando, si va a estar al servicio de la persona que lo va a usar y si le permitirá comunicar lo que necesita.
Soy Diego y MariaLuisa. es mi proyecto con Diego Guarnizo, comenzó por nuestra afinidad con la artesanía y por el saber hacer artesanal, y lo pensamos para comunicar nuestra cultura a través de la moda. Nació de manera romántica porque lo que queremos es dejar algo de ese recorrido después de tantos años de trabajo. Cada colección tiene nombre de mujer, como las que viven en la parte rural de Colombia, mujeres con las que cualquier otra se puede identificar con facilidad. Es más un proyecto consiente que una marca que pretende crear moda. Nuestra esencia es ser disruptivos en ese sentido.
A través de mi oficio he llegado a hacer cosas maravillosas, como SOY. Con la revista Fucsia y Club Colombia, con el proyecto Maestros Artesanos, Maestros Costureros y Maestros Patronistas, llegué a conocer a personas sobrevivientes del conflicto armado, entre desplazados, víctimas, reintegrados de guerrillas y del paramilitarismo, con los que trabajé por un tiempo. Me he visto involucrada de diferentes formas en estos temas a través de la moda porque me afecta mucho lo que pasa en el país.
El estrés de presentar una colección en pasarela va disminuyendo por la experiencia. De las pasarelas que más emoción me han traído, sin duda, han sido la que hicimos para Fucsia inspirados en Fernando Botero en el 99, de su serie sobre el tango y la de Identidad Colombia en Milán, y vinieron otras muy divertidas y maravillosas. Gracias a Inexmoda el tema de la moda en Colombia ha ido evolucionando en un proceso que hemos vivido todos de la mano.
Si yo fuera una prenda de vestir sería el perfume, o un zapato o ropa interior. El primero por los recuerdos que guardan los aromas; los zapatos hablan de la persona más que cualquier otra cosa y la ropa interior por el poder que tiene sobre la actitud que necesitamos a diario.
Me gusta dejar confianza en las personas que se acercan a mí. Que sientan que aquí hay lugar para ellas; que me confíen un secreto, un deseo o una necesidad.
Quisiera ser recordada como quien sin duda aportó con honestidad a través de su trabajo y quien fue herramienta para muchas personas en su diario vivir.