JOSÉ MANUEL RESTREPO
Las Memorias conversadas son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.
Mi origen es bogotano, aunque el Restrepo suene muy paisa, como efectivamente lo es porque proviene de Santa fe de Antioquia. Tengo ancestros muy ilustres como el historiador Restrepo de quien se tomó mi nombre o Don Juan del Corral quien fue el Fundador del Estado Antioquia o el general Santander del cual soy línea directa. Muy amablemente y con simpatía les digo a los antioqueños que mis ancestros, en buena medida, son protagonistas de la creación de su Departamento.
Me ha caracterizado el hecho de que desde mis años de colegio me enfoqué en pensar en cómo servirle al país, y así lo he venido haciendo.
ORÍGENES
Provengo de una familia muy trabajadora que hizo un gran esfuerzo para sacar adelante a sus hijos, pues no tenía muchos recursos, pero que marcó la diferencia en mi vida. Este fue el primer mensaje formador en principios y valores que recibí de ellos.
Ser el mayor de la casa influyó en mi comportamiento. Esto tiene relación con que a lo largo de mi vida he sido apasionado por el esfuerzo y por cumplir responsablemente con lo que me comprometo a hacer.
ACADEMIA
GIMNASIO CAMPESTRE
Estudié en el Gimnasio Campestre, colegio del que tomé muchas lecciones. Admiré a su fundador, Alfonso Casas Morales, un educador de esos históricos y tradicionales en el país.
Puedo decir que estudié becado hasta graduarme, porque todos los años fui el mejor del curso, algunas veces compartiendo honores con otro compañero. Esa era la respuesta que daba a mi familia que hacía un gran esfuerzo por sacarme adelante.
El Campestre me enseñó muchas cosas. Primero, el valor de la honestidad, de la transparencia en las actuaciones y de la coherencia de vida. Lo que me define es el ser una persona coherente entre lo que pienso, creo, hago y siento.
Aprendí el valor de la caballerosidad, es parte del legado de mi colegio. También el valor del servicio a los demás. Soy fiel a la idea de que quien no vino al mundo para servir no sirve para vivir.
Mis mejores amigos son de allí. Con ellos he disfrutado de muchos temas, entre otros el futbol.
VOCACIÓN
He tenido una vocación histórica de docente. Mi centro es ser docente, transmitir un mensaje, educar a los jóvenes. Por lo tanto, antes de asumir los ministerios, nunca dejé de dar clases, ni siendo rector. Para mí lo principal de un académico es la docencia combinada con investigación y con administración académica, algo que he practicado a lo largo de la vida.
Soy un convencido de que la educación es el camino de transformación de una sociedad, el camino necesario para recuperar la senda en valores, en ética y en otros temas, pero también para ser más competitivos como sociedad.
Fui formado para educar y he realizado mi vida siendo feliz de esta manera. Así lo expreso públicamente.
UNIVERSIDAD DEL ROSARIO
Quise ser monitor desde el inicio de mi carrera de Economía en la Universidad del Rosario, pero no podía. Estaba en segundo semestre y me había ido bien en el primero, entonces le propuse al decano que me nombrara, pero me respondió que solo podría serlo desde cuarto.
De inmediato fui a mi casa y me senté a elaborar un documento que titulé “Las premonitorías de la Universidad del Rosario”. En él definí todos sus componentes. Por supuesto, incluía que estas iniciaban desde segundo semestre. Como el decano lo aceptó, fui premonitor entre segundo y cuarto semestre, en adelante, monitor y luego docente.
Entregarse a los demás quizás sea la expresión más sublime del oficio de ser docente, como lo es también el compartir con los jóvenes conocimiento, ganas, entusiasmo por aprender. Esto es algo que llevo en la sangre pues mi madre enseñaba inglés en varios colegios de Bogotá y algunos miembros de mi familia han sido rectores de colegios y docentes universitarios. Por lo mismo, puedo decir que tengo una tradición de docencia.
Durante la carrera hice grandes amigos y tuve momentos de aprendizaje. En ese escenario fui descubriendo el valor del liderazgo, pero uno que trasciende, no uno cualquiera.
MOVIMIENTO CÍVICO POLÍTICO
Con un grupo de amigos creamos el movimiento cívico político “Gente nueva”. Aunque el escenario político no está diseñado para movimientos cívicos y con la creación de los partidos no se tiene mucho rol, nos presentamos en siete localidades de Bogotá y en Juntas Administradoras Locales.
Recorrimos toda la localidad entre la calle 39 y la 100 y entre la Avenida Caracas y los Cerros Orientales. Casa por casa hablamos con la gente, con los porteros de los edificios, quienes incluyeron nuestra publicidad en el periódico. Así obtuvimos la votación más alta de la ciudad para una Junta Administradora Local. Elegimos tres ediles y logramos una Alcaldía. Siendo estudiante universitario fui elegido en la localidad de Chapinero
Esto lo pongo de presente porque se trata de mi vocación de servicio y porque soy un convencido de que uno tiene que servir desde distintos escenarios. La política bien entendida, sana y digna, es tan noble como la profesión del docente.
SÍNDICO DEL ROSARIO
Después de esa experiencia trabajé en la Universidad del Rosario. El rector de su momento, Mario Suárez Melo, quien presidió la Cámara de Comercio de Bogotá, me entregó la responsabilidad de manejar las finanzas del Rosario. Entonces, fui el síndico de la Universidad siendo muy joven, a mis veintitrés o veinticuatro años.
Creo que los cargos son pasajeros y yo no me apego a ninguno. En cambio, sí considero importante el hacer la tarea responsablemente y servirles a los otros. Me ratifico en que mi vocación ha sido la de servicio.
LONDON SCHOOL OF ECONOMICS
Tomé la decisión de estudiar en el London School of Economics, que era mi sueño. Hice la diligencia, conseguí una beca con todo el esfuerzo, pues mi familia no tenía ninguna posibilidad de cubrirme los costos.
Aquí se presenta un momento Y en mi vida. Esto no significa que un camino sea mejor o peor, todos pueden ser buenos, lo importante es saberles sacar provecho.
Recuerdo que me ofrecieron ser vicepresidente financiero de una compañía de un grupo empresarial importante del país, y no acepté porque ya tenía la aprobación para estudiar en el exterior. Considero que uno tiene que realizar sus sueños, entonces fui tras del mío y adelanté mi maestría en Economía. También estudié inglés en Inglaterra.
TRAYECTORIA PROFESIONAL
He considerado que cada una de las experiencias profesionales tiene que disfrutarse en su dimensión, que las instituciones pequeñas también tienen desafíos grandes.
Aquí aplico la filosofía del libro Fish. Básicamente dice que uno tiene que disfrutar cada momento que nos regala la vida, sin comparar. Y yo nunca he comparado unos cargos con otros, cada uno tiene su protagonismo sin ser uno más importante que otro. Por supuesto, algunos tienen responsabilidades mayúsculas, pero todos son relevantes.
UNIVERSIDAD DEL ROSARIO – UNIEMPRESARIAL – CESA
A mi regreso de Inglaterra fui subdirector de planeación académica, luego director y más adelante vicerrector de la Universidad del Rosario.
Antes de ser vicerrector me ofrecieron la primera rectoría de Uniempresarial, de la Cámara de Comercio de Bogotá. Esta es una institución pequeña, pero muy especial que forma en un modelo dual, al estilo de la Berufsakademie, academia alemana. Ahí aprendí otro modelo educativo y descubrí el valor agregado de la educación.
Pasado un tiempo fui rector del CESA por casi seis años y luego del Rosario por cuatro años. He tenido la fortuna de combinar la experiencia universitaria con la administración también participando de consejos directivos de distintos colegios de Bogotá.
DOCTORADO – UNIVERSITY OF BATH
Mi vida ha estado alrededor de mi pasión, que es la educación. Por lo tanto, adelanté mi doctorado en Dirección de instituciones educativas en University of Bath, en Reino Unido.
Mientras estudiaba trabajaba en Colombia viajando cada mes o dos, por lo que me tomó entre diez y doce años sacarlo adelante. Lo logré con gran esfuerzo, pues implicaba para mí que durante ese tiempo dedicara un día de todas las semanas al doctorado y todos los días a mi tesis doctoral a la que me consagraba por lo menos dos o tres horas entre las cinco de la tarde y las diez de la noche. Así lo hice durante más de tres años.
Este fue un reto gigantesco, pero que me daba la oportunidad de llegar a mi meta.
COLUMNISTA
Como he sido investigador, con el paso del tiempo empecé a escribir, y nunca he dejado de hacerlo. Por lo menos escribo un par de artículos científicos al año. Fue así como desde mis treinta años me convertí en columnista.
Por diez años escribí en El Nuevo Siglo cuando Juan Gabriel Uribe me dio la oportunidad con una columna de opinión. Después me llamaron de El Espectador para escribir en las páginas de El Salmón. Hoy escribo en varios medios de comunicación en simultanea como El Colombiano, El País de Cali, El Heraldo de Barranquilla, Vanguardia Liberal, La Nación del Huila, Ecos del Combeima, Meridiano de Córdoba y Sucre, El Nuevo Siglo, IFM Noticias y Portal de Opinión.
Escribir me fue posicionando en los temas relativos a la educación, pero también en los de economía, entre otras porque encuentro que es un buen complemento a las preocupaciones de la educación del país.
He publicado también un par de libros sobre distintos temas como el de la importancia del gobierno en las instituciones educativas.
MINISTRO DE COMERCIO INDUSTRIA Y TURISMO
Siendo rector de la Universidad del Rosario me invitaron a una entrevista en Polos opuestos, programa de televisión que dirige Noemí Sanín. Aquí coincidí con, para ese momento, el senador Iván Duque, a quien no conocía. Participamos, aunque no necesariamente porque estuviéramos en, valga repetirlo, polos opuestos. En aquella ocasión cruzamos números y nos grabamos como contactos en el celular.
Cuando el senador Iván Duque fue elegido presidente, antes de posesionarse me llamó. Recuerdo que recibí su llamada mientras iba en mi carro. Esto fue algo que francamente no esperaba, me tomó por sorpresa. Me manifestó que quería abrirme la posibilidad de que hiciera parte de su equipo de gobierno. Lo decidió con absoluta generosidad y estricto sentido técnico, seguramente apoyado en la información que tenía sobre mi desempeño profesional, porque yo no era cuota política de nadie.
En el marco de esa conversación y después de hablar en varias ocasiones, me propuso ser ministro de Comercio, Industria y Turismo. Me pareció interesante porque yo había tenido la experiencia, en el Rosario y en el CESA, de haber liderado todo el tema del indicador regional de competitividad, de haber trabajado temas de productividad, de emprendimiento y comercio exterior en acuerdos de libre comercio, precisamente focos de atención de esa cartera. Eso sí, no había trabajado en temas de turismo, pero sí tenía vínculos con el sector empresarial desde la época del CESA. Luego, mi perfil académico servía para ese propósito.
Inicié afrontando todos los desafíos. Recuerdo que le dediqué casi un mes de estudio a la preparación antes de posesionarme en el cargo para lo que el escritorio de mi casa estaba lleno de documentos.
Armé un equipo de trabajo del que hicieron parte Flavia Santoro, quien fuera en su momento presidenta de Procolombia; Ignacio Gaitán quien presidía INNPULSA; Laura Valdivieso, a quien nombré viceministra de Comercio Exterior; Saul Pineda viceministro de Industria; Catalina Lasso, secretaria general y asesora jurídica. Al único que no pude nombrar fue a Juan Daniel Oviedo porque el presidente lo asignó en el DANE.
Empezamos entonces a planificar, a revisar cuál debería ser la apuesta del Ministerio en todos sus frentes. Definimos, como los dedos de la mano, cinco propósitos: lograr una Colombia más productiva, más competitiva, con nuevas fuentes de crecimiento de largo plazo, más emprendedora y con atracción de inversión. Entonces los teníamos claros desde antes de iniciar el gobierno, porque una vez está en marcha, el tiempo debe dedicarse a la ejecución. Y es que no se puede hacer nada distinto, era imperativo acelerar el proceso.
Logramos algo muy interesante porque, para el cierre del 2019, el turismo venía creciendo a un ritmo muy rápido gracias a la estrategia turística que implementamos. Esta iba desde la promoción, pasando por la formalización, la digitalización y muchos frentes hasta la tecnología y la inversión en infraestructura. Para el cierre del año mis sectores fueron protagonistas de que Colombia se destacara como el país que más aceleraba su crecimiento en la OCDE. La industria, durante los dos primeros meses de 2020, también arrojó cifras récord de crecimiento. Pero vino la pandemia.
Inició con la pandemia un segundo gran desafío, el de pasar de administrar un escenario sencillo a uno más complejo. El ministro de Comercio, Industria y Turismo se convirtió en lo que podría llamarse el “psicólogo del Ministerio”. Trabajamos con los empresarios al tiempo que les generamos un espíritu de confianza y de esperanza en cuanto a que íbamos a lograr salir bien librados de la pandemia.
Por supuesto, la pandemia afectó enormemente al sector productivo que yo representaba incluyendo a los emprendedores. Tuvimos que diseñar casi el 35% de los decretos de emergencia económica, que fueron para mi sector, pero también nuevas estrategias. Después de más de dos décadas tuvimos que escribir una nueva ley de emprendimiento, otra de turismo, cuando hasta el momento prácticamente no existían leyes para esos sectores. Logramos y firmamos el Acuerdo de Libre Comercio con el Reino Unido. Trabajamos en una estrategia de promoción y diplomacia sanitaria para aprovechar las exportaciones que crecieron en cifras récord, pero los sectores turismo, industria y comercio se cayeron por la pandemia misma. Ese fue el escenario del Ministerio hasta donde me correspondió.
Me siento orgulloso de la nueva Ley de turismo; de la nueva Ley de emprendimiento; de la nueva metodología de Plan Vallejo y Zonas Francas que desarrollamos, porque hicimos una renovación completa; de todo un capítulo de atracción de inversión extranjera incluyendo una estrategia en nearshoring.
Pero también me siento orgulloso de una buena estrategia de simplificación de trámites que tuvo por nombre Estado simple, Colombia ágil, del Acuerdo de Libre Comercio con el Reino Unido y de toda la plataforma de aprovechamiento de tratados de libre comercio que permitió que Colombia tuviera cifras récord en exportaciones después de la pandemia, en especial de no minero energéticas.
MINISTRO DE HACIENDA
Estando en esa circunstancia y llevando un tiempo de casi tres años frente a la cartera MinCIT, cuando ya se había superado la pandemia le planteé al presidente la posibilidad de salir del Gobierno. Solo me pidió que lo acompañara por lo menos hasta que pasara la Reforma Tributaria que iba a presentar Alberto Carrasquilla.
Con lo ocurrido con la reforma, el presidente me invitó a ser su ministro de Hacienda. Me preguntó: “¿Tú te sientes capaz de ser ministro de Hacienda?”. Le dije: “Presidente, capaz sí. Obvio, en todo caso hay muchos candidatos mejores que yo. Piénselo usted también”.
En un momento tan caliente políticamente en el país por la propuesta fallida de Reforma Tributaria, por el tema social, entre tantos otros, lo conversé en familia con mi señora, con mis hijos y con mis amigos. En el fondo esa era una apuesta muy arriesgada. Recuerdo que uno de ellos me envió una frase de Thomas Stearns Eliot: “Solamente los que se arriesgan a ir demasiado lejos son capaces de saber hasta dónde pueden llegar”.
Me atreví, en parte por eso, en parte por mi vocación de servicio, pero también porque yo había recibido mucho de la vida y este era un momento muy difícil que demandaba apostar por el bien común aun arriesgando la propia reputación. Efectivamente, no fue fácil.
Llegué a construir consensos, lo que aprendí desde la academia. Tuve que arriesgarme a diseñar una nueva propuesta de Reforma Tributaria, que no era sencilla, que debía sacarse adelante de manera consensuada con el sector privado, que pudiera reactivar la economía, que tuviera componentes de ordenamiento fiscal, que contribuyera al desarrollo de los territorios de Colombia, que incluyera componentes sociales. Por ejemplo, me siento muy orgulloso de haber logrado fondear a largo plazo la matrícula cero, es decir, gratuita en educación superior para toda universidad oficial en Colombia.
Después de ese desafío vino el más grande como fue el lograr que el Ministerio de Hacienda, que nunca lo había hecho, viajara a las regiones para construir consensos con jóvenes, sindicatos, empresarios, gremios de la producción, partidos políticos, líderes gremiales, líderes políticos, beneficiarios de programas sociales y otros actores.
También logramos atender con programas sociales a diez millones de hogares. Casi que rediseñamos el modelo de regla fiscal existente en el país. Fortalecimos la estrategia de crecimiento de la economía que se fue dando como resultado.
Entre el 2021 y el 2022 fuimos de los tres primeros países que más crecimiento tuvo en la OCDE fruto de la estrategia de reactivación económica. Esto era indispensable porque el país necesitaba salir del impacto de la pandemia, que fue muy fuerte en todos los frentes, para la economía y para los ciudadanos. Las cifras de crecimiento hablan por sí solas.
Trabajamos arduamente en la estrategia de finanzas públicas verdes con la emisión de los primeros bonos verdes soberanos de Colombia, con la expedición del programa de taxonomía verde que permitió que el sector privado tuviera claridad en la manera de emitir bonos verdes (haciendo las primeras emisiones) y dejar prácticamente el modelo montado, la plataforma, el marco de referencia de los bonos sociales (que el gobierno Petro emitió por primera vez basado en ese avance del marco de referencia que dejamos).
Puedo decir que este fue el modelo de un Ministerio de Hacienda con corazón. Porque siempre me definí como un ministro de Hacienda con corazón. Yo no provengo del mundo de la ortodoxia económica ni hago parte de él. Soy del mundo que entiende con sentido pragmático lo que se necesita para dar una respuesta económica al país en un contexto desafiante, de caída en crecimiento y necesitando reactivación. También desafiante en riesgo, en dificultades sociales y políticas. El país requería apuestas de largo plazo como el tema de componente de finanzas verdes y finanzas públicas sostenibles.
Considero que fue muy importante el esfuerzo de ajuste fiscal que se hizo durante ese período que terminó con buenos resultados de crecimiento, de recuperación del empleo, el mismo que se había perdido, del manejo de casi todos los niveles de pobreza extrema, monetaria y de inequidades que se habían generado en pandemia. Dejamos una planificación para que el siguiente gobierno continuase en la misma línea.
Mi paso por el Ministerio fue muy corto, pero profundo, complejo, desafiante. Latin Finance, que califica lo que a juicio de ellos es el mejor ministro de Hacienda de América Latina y el Caribe, nos hizo ese reconocimiento.
El reconocimiento es para todo el equipo del Ministerio y de la DIAN, también para todo el equipo del Gobierno. Esto es así, porque el esfuerzo de reactivación económica y de trabajo alrededor de la Reforma Tributaria de 2021 no fue solo del ministro. No es fácil sacar una reforma casi al cierre de un gobierno y, sin embargo, se logró. Tampoco es fácil consensuarla. Esta ha sido la que más rápidamente ha pasado en el Congreso de la República, con mayorías que incluían aún a los partidos de oposición, prácticamente a todos, aunque hubo unos que no, obviamente.
Y es que más que una Reforma Tributaria fue un proyecto social con componentes de beneficio social, de reactivación, de desarrollo territorial y de ordenamiento fiscal en un momento complejo del país tanto política como socialmente. Realmente se necesitaba una salida clara.
TECNÓCRATA SOCIAL
Si bien tengo elementos de técnico y de tecnócrata, no lo puedo negar, soy un tecnócrata que ha entendido el valor de la política social, de la política productiva. Claramente, para mí la ortodoxia económica es un conjunto de personas que han estado inmersas en el mundo de la producción intelectual, de los centros de investigación tradicionales del país en economía.
Como mencioné, yo no provengo de esa esfera, sino de haber sido ministro de comercio. De hecho, muy pocas personas han hecho el tránsito entre esas dos carteras, Juan Manuel Santos, Eduardo Wiesner, César Gaviria, Mauricio Cárdenas y quizás alguien más.
El Mincomercio necesita relacionamiento con el sector productivo. Está enfocado en lo microeconómico. Por el contrario, casi que, por esencia, Hacienda cree en un modelo de mercado donde si su lógica funciona, considera que no se necesitan tantos incentivos y su interés es más macroeconómico. Si bien son modelos distintos, para mí fue muy importante haber estado previamente en la cartera que me permitió interactuar con el sector productivo, pues la Reforma Tributaria de 2021 se construyó en consenso con este.
JEFE DE EMPALME
Al final, el presidente Iván Duque me entregó la responsabilidad de ser el lider del equipo del proceso de empalme por parte del Gobierno con el equipo del presidente Petro. Considero este un reconocimiento al esfuerzo de un equipo de personas muy profesionales que estuvieron a mi lado, que significaban una voz que iba a estar en el diálogo sobre el proyecto del gobierno de salida versus el proyecto del gobierno de entrada.
Este reto tampoco era fácil, porque estamos hablando de dos gobiernos muy distintos ideológicamente. De nuevo se dio un ejercicio en el que mi trayectoria en la academia me resultó muy valiosa. Esta me ha enseñado a lograr unidad en medio de la diversidad, a entenderla, a interactuar aún con el diverso, a respetar las diferentes opiniones para construir también con quienes piensan distinto un propósito de Estado.
En el fondo, una política de transición, o un proceso de transición de gobiernos, es una construcción de Estado y de país.
UNIVERSIDAD EIA
Del Ministerio vino el regreso a la academia, un back to basics, un volver a lo conocido, a la pasión, a la docencia, cuando asumí la rectoría de una institución de altísimos estándares de calidad como lo es la Universidad EIA, antiguamente Escuela de Ingeniería de Antioquia. Ya la conocía porque había sido su par de acreditación como vicerrector del Rosario.
La EIA tiene el tamaño del CESA, es personalizada, muy reconocida en Antioquia con el potencial que le permitirá brillar más, ser más visible, trabajar temas de cuarta revolución industrial, para hacer más investigación, para trabajar mucho más en una educación personalizada y con tecnologías. EIA está en la frontera de la cuarta revolución industrial. En esto estamos concentrados desde que asumí el cargo.
La reconozco como una experiencia muy gratificante en el sentido de que ha sido el contacto con Antioquia, con un mundo empresarial distinto al que conocía. Me ha dado la oportunidad de estar en permanente debate y diálogo con los grandes temas de país, evidentemente, desde la perspectiva académica.
VIDA EN MEDELLÍN
Me siento muy agradecido con la gente de Antioquia que me ha acogido con mucha hospitalidad, tanto, que me siento “bogoteño” (sic). Es decir, soy un bogotano muy antioqueño.
Actualmente participo en instancias muy importantes del Departamento como el Comité Universidad Empresa Estado de Antioquia, en juntas directivas como la de Proantioquia, la de Ruta N que es el corazón de la innovación de Antioquia y de otras empresas antioqueñas muy relevantes en el país. Además, lidero una universidad que es una joyita de la corona de Antioquia.
Estoy muy activo en diferentes espacios de discusión de temas país, de otros sobre la educación superior, sobre el mundo universitario. Para esto viajo, además, a otros departamentos como el Quindío, Santander, Huila, Tolima. Porque me encuentro en permanente diálogo con el país alrededor de la educación, de las tecnologías de cuarta generación industrial, de la economía y del liderazgo.
He venido construyendo un relacionamiento con el sector productivo, con la sociedad en general y con los jóvenes de colegios alrededor de temas de liderazgo, de un liderazgo con integridad, uno feliz, que es un poco esa experiencia que conocimos del CESA.
Claramente, sí hay una vínculo estrecho con una región que ha sido muy generosa conmigo como lo es mi agradecimiento para con la sociedad antioqueña, en este caso particular.
FAMILIA
Soy una persona muy de familia, la valoro enormemente, además, me da muchas alegrías y me enseña. La mía es relativamente grande, de tres hijos quienes ahora ya están cursando la universidad. Cuando estaba frente a la rectoría del Rosario, ellos tenían doce, diez y siete años, lo que implicó mucha dedicación.
Uno tiene que ser buen padre estando pendiente y presente. Así que los fines de semana procuré destinarlos casi en su totalidad a ellos, a sus partidos de futbol, a sus clases de gimnasia, a sus cosas. Mis hijos como mi esposa Tatiana han sido muy receptivos con el hecho de que yo me encuentre viajando entre Medellín y Bogotá dadas mis actuales responsabilidades.
Mi familia ha contribuido a que yo sea mejor persona, mejor ser humano. Su respaldo, su apoyo incondicional significan muchísimo para mí. Y Tatiana es una mujer a quien no solamente adoro, sino que admiro por su perseverancia, por su responsabilidad, por su capacidad para amar. Ha sido mi compañera de viaje.
Tatiana ha sacrificado su desarrollo profesional, que hubiera sido muy exitoso, y lo ha hecho por la familia, por estar a mi lado y al lado de mis hijos; ha sacrificado buena parte de sus sueños y aspiraciones. También ha sabido construir muchos momentos muy especiales, de alegría y de esperanza. Me ha enseñado que, en el camino del liderazgo, la construcción del amor, la construcción conjunta y la construcción en el marco del respeto, el aprecio y la admiración, se vuelven fundamentales.
Debo decir que mi esposa no es solamente una madre muy especial, sino que es también una compañera inigualable, un apoyo increíble en momentos difíciles, de duda o de inquietud, los que normalmente se presentan en el ejercicio del liderazgo. Ella se convierte en esa voz de la conciencia, en esa voz al lado, en ese mensaje de esperanza y de alegría para superar dificultades, para celebrar resultados sobresalientes o éxitos.
Le reconozco a mi familia el que aceptó con generosidad mi tránsito de rector universitario a ministro de Estado. Y no fue fácil, porque implicó un sacrificio importante de tiempo familiar, de encuentros, de fines de semana, entre semana, de días, de noches y de madrugadas. También conllevó estrés y sacrificio económico.
Con el cambio de cartera la familia tuvo que dar una cuota de sacrificio más grande, más fuerte. Se tomó la decisión de hacerlo y, por fortuna, salimos adelante.
Hoy recordamos con nostalgia, pero también con alegría, tantos momentos tan valiosos y especiales, aunque implicaran enormes sacrificios. En palabras de Tatiana, volví al mundo que me permitió ver la luz, uno que me gusta, que me maravilla, escenario que me fascina no solo por la perspectiva económica, sino de liderazgo.
REFLEXIONES
LIGERO DE EQUIPAJE
Suelo llegar a mis cargos con una cajita chiquita que contiene el cepillo de dientes, la crema de dientes, la seda dental, la T de Tatiana, la foto de los niños y una virgencita. Es lo único que llevo y con lo único que salgo cuando me retiro. Ocurrió igual en el Ministerio de Hacienda. Porque un cargo no es un propósito de vida, tampoco uno público.
SECTOR PÚBLICO
Es claro que se puede servir desde la política pública porque el país la necesita y uno puede tener ese momento de reflexión si va a ser capaz de contribuir a ella. Y yo estoy abierto a todo espacio desde el que pueda servir a la sociedad.
Si la gente buena, preparada, pensante, no está dispuesta a cambiar al país por dentro, quién sí lo va a estar. Tristemente sí lo está el que quiere aprovechar el sector para lucrarse del mismo, para entrar en un círculo vicioso, precisamente el que hay que romper. Pueden ser mártires algunos que han pasado por esa realidad del riesgo, pero tenemos que demostrarle a la sociedad que es muy importante recuperar la premisa de que lo publico es de todos, no de algunos.
Cuando uno entiende la política pública como un componente de la construcción de servicio orientada al bien común donde éste prima sobre el particular, los objetivos se alcanzan de forma más sublime. Luego, con todo el rigor del caso, se puede asumir.
Estamos en un momento país muy difícil, donde hay una pérdida de credibilidad en las instituciones, por lo mismo, a los ciudadanos de bien les corresponde la obligación ética de contribuir a que la sociedad salga adelante.
Creo que para la política se necesita vocación. Por el momento soy un conquistador de los corazones de mis estudiantes, un transformador de seres humanos.
Siempre he creído que al final, el artista, el profesor y el político, tienen mucho en común, porque trabajan con una audiencia, la transforman, construyen con ella. Por supuesto, esto es así cuando lo hacen bien. Como maestro eso es lo que me más emociona, conquistar corazones más que conquistar un voto.
El ejercicio de la política, de la no tradicional, es el de la construcción del bien común y este se puede atender desde distintos escenarios: desde un cargo público, la academia, el mundo empresarial.
UN ANTES Y UN DESPUÉS
El sector público te marca, es un ejercicio de aprendizaje impresionante. Se asemeja a hacer un doctorado y posdoctorado simultáneamente aprendiendo sobre los temas de país y estudiándolos para tomar decisiones sobre ellos. Muchos de estos no los conocerías nunca en ningún programa de formación académica ni en ningún cargo, luego es una experiencia única.
Te marca también la dimensión de los desafíos, la agilidad y rapidez con la cual hay que tomar decisiones, la manera como lideras equipos de trabajo, como interactúas con los medios de comunicación y como tienes que estar preparado para eso. También te marca, sin duda alguna, en el reconocimiento público. En algunos casos más que en otros, este hace que tú estés en la discusión pública y, por lo tanto, después tengas una forma de reconocimiento. Y te marca una conciencia más fuerte sobre las realidades difíciles de muchos colombianos y sobre la urgencia de encontrarles soluciones a esas realidades. Eso no lo podrías obtener de ninguna otra forma.
En lo que no te puede marcar el sector público es en que te creas superior a otros. Tienes que ser humilde, tener los pies en la tierra y saber que “arrieros somos y en el camino nos vemos”. Estamos en el mismo camino de manera permanente. Esta es una experiencia de aprendizaje más, fantástica, arrolladora, pero que no te puede subir el ego ni tu orgullo personal porque terminarías desdibujándote como ser humano.
Si logras entender eso y sortear lo que acabo de decir, vas a ser un funcionario público feliz disfrutando de los nuevos momentos que te regala la vida.
DISFRUTAR EL RECORRIDO
Tengo muy presente Ítaca, poema del griego Constantine P. Cadafi, en el que deja claro que eventualmente se pueden tener sueños, aspiraciones, pero disfrutando el camino, el recorrido. De hecho, de chiquito yo quería ser parte de la Junta Directiva del Banco de la República, y lo fui al presidirla como ministro de Hacienda. Este fue un sueño cumplido. El punto es no ponerse el sueño como meta, sino a Ítaca como meta. Ítaca significa el camino que vas a recorrer. Si no disfrutas el camino, tampoco estás disfrutando la vida.
TALENTOS
Me hubiera encantado dedicarme al arte, a la música, pero nunca pude. Tengo un gusto que descubrí con el tiempo y es que me va bien con los micrófonos, yo incluso hubiera podido ser perfectamente un locutor deportivo.
Participo con alguna frecuencia en medios de comunicación especialmente en radio, por el micrófono, pues le tengo un especial cariño a expresarme verbalmente.
Me gusta hablar en público, transmitir a través de conferencias que dicto a lo largo y ancho del país en temas económicos, de liderazgo, de educación. Lo hago gratuitamente como una forma de servicio. Esto también porque pienso que las universidades tienen que estar presentes, no ausentes.
Mi filosofía es la de una rectoría que no esté muda frente a las necesidades del país y frente a sus temas. Que participe a través de un escenario neutral, inteligente, con autoridad debida a la academia, con independencia, profundidad, reconociendo y valorando distintas visiones de país.
Soy una persona que cree que debemos ser capaces de construir en la diversidad. De hecho, una universidad es una unidad de medio. En ocasiones, por quedarnos en la orilla del puente no somos capaces de recorrerlo y encontrarnos en la mitad de él. Debe haber desacuerdos inteligentes porque estos nos dan la oportunidad de avanzar, de construir más y es lo que al país le ha faltado como le han faltado soluciones.
Creo que uno siempre tiene que estar dispuesto a servir a la sociedad desde muchos frentes. Desde la academia que es donde estoy actualmente y donde me realizo, pero también desde otros. En algunas instituciones educativas en las que he estado, que llegan a segmentos poblacionales totalmente diversos, he tenido estudiantes que me visitan para decirme: “Rector, no puedo venir mañana a clase porque no tengo con qué pagar la buseta”.
Ese es un segmento que tiene unas problemáticas gigantescas. Pero también hay otro que, teniéndolo todo, le falta sentido de esperanza. Creo que la educación construye esperanza, proyectos de vida y sueños.
He estado también en instituciones con jóvenes donde su primera generación de estudios en su familia son ellos mismos. Son pujantes, tienen ganas, con algunas debilidades en materia formativa de base, pero es ahí donde la universidad tiene que suplirlos y llegan muy lejos.
REDES SOCIALES
Soy una persona que maneja redes sociales frecuentemente. Todo lo que publico lo comparto por esos canales. Obviamente, cuando se está en una posición pública y se expresa algo, siempre se encuentran detractores y crítica.
Yo creo que de ahí se toman varias lecciones. La primera, es que se pueden cometer errores, los que inmediatamente corrijo. La segunda, es el aprendizaje sobre temas nuevos, cuando encuentro una idea positiva la recojo para revisar mi planteamiento. Finalmente, hay críticas destructivas y frente a estas aplico “la ley del elefante”, pues este tiene una piel gruesa en la que las cosas le resbalan. El caso es que contesto a todas las expresiones y dejo las redes abiertas para que me escriban. Ante la mala crítica digo: “Muchas gracias por su comentario generoso”. Fin de la historia.
Uno puede entrar a descalificar las redes o construir con ellas. En mi estilo gerencial entendiendo su valor, porque son medios de comunicación, inmediatistas, simples, pero ofrecen recursos. Cuando se quiere decir algo profundo, se hace a través de un enlace para de esa manera garantizar el contenido.
El mundo actual está involucrado en las redes sociales. Un liderazgo organizacional tiene que hacer parte de estas, porque abstenerse o retraerse te aleja de algo muy importante como lo es la sociedad en general.
Desde cualquier plataforma soy feliz formando generaciones futuras de profesionales y de personas.
FRUSTRACIÓN
Las cosas no siempre salen bien y la vida va enseñando a través de momentos difíciles. Quizás el mío fue la muerte de mi padre. Al principio me costó mucho trabajo, pero con el tiempo fui aprendiendo de las dificultades.
He tenido dificultades, he cometido errores y desaciertos, pero me atrevo a hacer las cosas aun con error, de otra forma uno no se atrevería a nada y no evolucionaría.
La vida no está para hacer lo mismo o hacer menos, está para hacer cosas nuevas, para proponer. Reconozco que uno se puede equivocar, pero valoro la equivocación siempre y cuando haya aprendizaje.
Hago todo lo posible por lograr las cosas. Si definitivamente no se puede, sé cambiar el rumbo, sé moverme por una vía distinta.
Así como no guardo rencores, tampoco guardo frustraciones en la vida.
Reconozco que en el camino hay varias Y. Por ejemplo, no pienso en lo que hubiera sido de haber seguido el camino empresarial y no el académico. Porque, sin duda, el otro camino también hubiera sido espectacular, tan exitoso y feliz como este, solo que distinto.
AUTOCRÍTICA
Soy autocrítico, pero pragmático. Tengo una teoría que consiste en que lo que haga, cada vez debo hacerlo mejor.
Debo desarrollar cada vez más mis fortalezas. Luego, si veo que esto no se está logrando, pues soy autocrítico. Pero no estoy concentrado en mis debilidades, sino en mis fortalezas.
PASIÓN
Era más tímido cuando niño y creo que la vida me ha abierto espacios para superar en parte esta condición. Sigo siéndolo, pero cuando estoy en el escenario se me olvida la timidez y la energía interior me ayuda a superarla.
Soy profundamente apasionado por lo que hago. Si no lo soy en algo, abandono. Cuando uno no expresa pasión en algo, es muy difícil transformar. Creo firmemente en eso.
Estoy permanentemente auto motivado porque de otra forma no sería capaz de lograr lo mismo en los demás.
Creo también firmemente en que la vida no se trata solo de iniciativas. El país puede estar lleno de inventores que no sirven para nada. El que sirve es el que traduce el invento en realidad, el que convierte la iniciativa en acción. Entonces, soy un hacedor. Así fue como alguien me describió alguna vez.
La otra característica es que me gusta estar con la gente y trabajar por ella, eso es parte de la vocación de servicio.
Intento ser creativo en las ideas y en las propuestas que desarrollo y busco siempre espacios de nueva creatividad que obligan a acudir a la musa de la inspiración.
Me gusta también tener una actitud positiva. Soy optimista frente al mundo y frente a la vida, lo cual no significa ser irracional.
Creo que uno tiene que ser libre y auténtico en la manera como se expresa.
Creo firmemente también que un buen ejercicio de liderazgo requiere sentido trascendente. Tengo convicciones trascendentes y creo en ellas.
Finalmente, lo que hago, lo hago con amor, con profundo amor, porque lo que no se hace con amor no impacta. En últimas, el liderazgo es otra forma de manifestación del amor.
EL NIÑO INTERIOR
Vivo como niño porque no dejo de tener sueños. Como lo hace un niño, disfruto de pequeños momentos.
Te voy a poner un ejemplo. Una vez, casi iniciando mi universidad, fui con un grupo de amigos a Cartagena y entramos a una exposición de arte. Estando allí nos volvimos niños haciéndonos pasar por críticos. Efectivamente nos tomaron una foto y al día siguiente salimos en el periódico local en el que nos calificaron de expertos.
La vida es para gozársela todo el tiempo, para disfrutarla, para burlarse de uno mismo, lo que no significa que uno sea irracional o irresponsable. Si solo se ve la vida como una carga o como un problema o como una situación bastante aburrida, en eso se convierte.
FELICIDAD
Parte de mi actitud en la vida es ser sencillo y simple. No soy complejo ni aspiro a que la gente se complejice conmigo, muy por el contrario. En lo básico está la felicidad. De hecho, uno de mis temas de interés, con los cuales recorro el país, es la felicidad.
Alguna vez me invitaron a dar una charla sobre la felicidad. Me preguntaron cuánto cobraba y mi respuesta fue: “No cobro nada, pero vamos a hacer una cosa”. Recordé que los artistas piden cosas raras, entonces continué diciendo: “Necesito unas uvas sin pepa para dar mi charla”. Como se lo tomaron bastante en serio, cuando llegué a la charla me tenían servidas uvas sin pepa, cosa que me pareció muy divertida. En realidad las usé para introducir mi charla de felicidad.
TRASCENDER
Logro trascender siendo un padre extraordinario con mis hijos, uno del cual ellos se sientan profundamente orgullosos, del que ellos puedan aprender. Por supuesto, espero que se realicen mucho más y que sean mejores que su padre.
Quiero trascender a través de un proyecto de vida coherente, también a través de la construcción de sociedad sembrando gotas de esperanza en el otro.
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Carlos Sepúlveda, Decano Facultad de Economía
Jose Manuel Restrepo es un líder integral: inteligente, inspirador, preparado, ecuánime, visionario, sencillo y con gran vocación de servicio.
Alejandro Cheyne, Decano Escuela de Administración actual Rector del Rosario
Como Decano de la Escuela de Administración y amigo de José Manuel quiero expresar mi sentimiento de gratitud por el honor de poder contribuir en la renovacion del proyecto educativo de la Universidad del Rosario Que sin duda refleja una vez más el liderazgo de nuestro Rector y su compromiso con el país . Las competencias que hacen de José Manuel una persona única e irrepetible reflejan no sólo sus conocimientos sino por supuesto su experiencia educativa, sus actitudes, aptitudes y valores que lo convierten en un gran ser humano.