Hollman Morris

Hollman Morris

Hollman Morris es periodista, comunista, comunicador social, productor y director de televisión, ha sido gerente general del Canal Capital, congresista, candidato a la Alcaldía de Bogotá.

ORIGEN

  • ¿Cuál es su origen?

Mi nombre es una gracia de mi abuelo y mi apellido de mi tatarabuelo por parte paterno, mi tatarabuelo era inglés de Liverpool que llegó hace muchos años a Colombia. Mi abuelo tenía unos grandes amigos alemanes cuyo apellido era Hollman, que en Europa es más apellido que nombre.

PERIODISTA

  • ¿Cómo descubre la pasión por el periodismo?

La pasión por el periodismo la tengo a través de tres imágenes que me quedaron de infancia. Es en ese momento de la vida donde se van cogiendo amores por cosas o desamores por otras. Fui adquiriendo amor por escribir, además, tengo un tío escritor.

Otra imagen que tengo es una pasión por el debate. Papá es una persona que polemiza mucho, que utiliza la palabra. Todas las imágenes que veía en el televisor sobre las masacres, la guerra, el asesinato de Galán, de Pizarro, de Jaramillo. Las masacres de la década de los 80 que me fueron marcando.

Pero también un par de libros muy especiales, “Perdidos en el Amazonas” y “Mi alma se la dejo al diablo” de Germán Castro Caicedo. Esas cosas se revolvieron en el mismo saco y eso hizo que me inclinara por el periodismo.

  • En un país como el nuestro se considera esta una profesión de alto riesgo. ¿Cuáles han sido las situaciones más conflictivas y los momentos más difíciles que ha tenido que enfrentar?

Los momentos más difíciles son las salidas del país.

En el año 2000 tuve que irme por amenazas, por la intolerancia de algunos sectores del país. Más recientemente, el 16 de mayo, lo recibí con honras fúnebres en mi casa, amenazándome, es el hecho que más me ha golpeado, porque amenazas han llegado, unas pasajeras, otras más contundentes, es triste decirlo, pero uno se va acostumbrando, va generando uno un cuero, lo va enfermando. Alguna tuerca tengo que tener yo suelta en la cabeza a raíz de eso.

  • ¿Qué es lo más difícil de ejercer el periodismo?

Lo más grave para ejercer el periodismo en Colombia, o en cualquier país del mundo, es la polarización en que entran las sociedades cuando hay un conflicto interno. El conflicto interno en Colombia es raro y, además, es muy perverso, descompuesto. Aquí opera la guerra sucia, aquella donde te amenazan, pero nadie te da la cara, te asesinan por la espalda, te estigmatizan. Pero también hay un componente grande de narcotráfico, donde hay tres actores como son el ejército, la guerrilla y los paramilitares y súmale la corrupción, es lo que más atenta contra el periodismo y contra los periodistas en el país.

  • ¿Cuáles son las claves para ejercerlo con profesionalismo?

Los periodistas cumplimos una labor pedagógica, nos debemos a los más humildes. Cuando los periodistas nos ponemos a hacerle más concesiones a un poder, cualquiera que sea este poder, cuando nos movemos coqueteándoles, ahí estamos olvidándonos de nuestra esencia y de nuestro compromiso con la gente. A la gente es a la que nos debemos, a la sociedad. En una sociedad con el conflicto armado como el de Colombia, me atrevo a decir que hay un conflicto más con las víctimas.

No se trata de no abrirle espacio a los protagonistas de los conflictos. A todos hay que escucharlos, hay que preguntarles y cuestionarlos. Cuando se inclina la balanza más hacia uno de los actores, ahí es cuando se pierde el horizonte, esto de inclinar la balanza quiere decir, no cuestionar, aceptar todas las versiones siempre sin el más mínimo cuestionamiento.

Si tú, por ejemplo, con tu programa de radio te das cuenta que del 100% de tu programación, más del 70% es de una voz oficial, debes preguntarte, las otras voces dónde están, las que no son oficiales, las voces para el cuestionamiento, para las víctimas, para los otros protagonistas de una sociedad. Es ahí cuando empezarías a inclinar la balanza hacia uno de los actores, es ahí cuando tu empiezas a perder el horizonte. No necesariamente es que no se entrevisten guerrilleros, ¿con eso a qué contribuyes? ¿Así se va a acabar la guerra?

  • Se dirigen críticas a periodistas que toman partido, que no presentan la noticia y no manejan una entrevista sin asomo de imparcialidad.

Esos periodistas existen, los hay, pero así mismo hay otros que hacen su trabajo bien y es a los que peor les va.

  • ¿Cómo ha evolucionado el periodismo en Colombia?

Pienso que se ha estancado en los últimos años. Inicié mi carrera profesional en una época para mi bella del periodismo colombiano; habían dos periódicos de circulación nacional, 14 noticieros de la televisión, programas de debate, hoy nada de eso queda, desaparecieron los géneros periodísticos de la televisión, la crónica, el reportaje, el análisis, hoy solamente queda un periódico de circulación nacional.

Los directores de medios que tuve fueron Germán Castro Caycedo, Antonio Morales, Directores que habían escrito libros, que tenían post grados, que les cabía el país en la cabeza. Ojalá me equivoque y con el perdón de algunos, los directores de hoy ni siquiera cumplen con eso.

Pasa el periodismo colombiano por el período de mayores amenazas, de mayores asesinatos a periodistas, por eso creo que es el peor momento del periodismo colombiano.

Desde los doce años supe que quería ser periodista pero tuve que leer bastante, sobre todo empaparme de historia de éste país. Cuando estuve en la Universidad decía que el cartón de profesional no bastaba para hacerlo a uno periodista, se necesitan por lo menos cinco años más de experiencia, para que te quepa el país en la cabeza, para que entiendas, para que te duela, para que tengas la historia, para que sepas abordar los acontecimientos y los hechos recientes con un bagaje histórico.

  • Desde la profesión se hace patria, pero ¿cómo se está tejiendo esa patria?

Hago patria cuando le doy voz a los que no la tienen. Decía en mi exposición lo siguiente, “hay dos estudios, que dicen que el 90% de las voces que aparecen en los medios de comunicación son oficiales, a esto le sumo un 10% de farándula, entonces tienes voz oficial y la voz light y el resto del país?

La agenda social, los defensores de derechos humanos, los sindicalistas, los negros, campesinos, artistas, estudiantes cuándo aparecen en los noticieros? Cuando les doy la voz estoy tejiendo país. Colombia es un país de regiones, de cordilleras, andino, de llanos, de costa. Hay muchas realidades más allá y desbordan Bogotá y Medellín.

  • ¿Le retribuye el periodismo en la medida de lo esperado?

Al periodismo le debo todo, las mejores y las más tristes cosas que me han pasado. Me da la oportunidad de ser un hombre que puede contar aventuras, puedo llegar a viejo o convertirme en abuelo y tener mil historias para contar.

Eso es lo más bello que me da, tener la posibilidad de vivir una aventura, de decir ante un hecho histórico que yo estuve ahí. Como dice Oriana Fallaci en un libro: “los periodistas tenemos la oportunidad de vivir a pelo la historia del mundo” quiere decir, de ir a galope sobre los acontecimientos de la historia que para hablar del país puedo mencionar el Caguán, la cumbre de los no alineados…de esas historias nos nutrimos.

 Muchas cosas no salen en los medios pero eso no quiere decir que no existan ni que no estén sucediendo.

COLOMBIA

  • ¿Qué lo motiva a permanecer en el país?

Salí unas semanas a recibir un premio en Washington, acabo de llegar, estuve en Italia recibiendo otro premio, pero yo no me resigno a irme tan fácil. Les va a costar trabajo sacarme nuevamente. Lo que le da sentido a mi vida en los últimos años es mi programa de televisión, el que me ha costado mucho sacar adelante y lo que quieren es golpear eso, quieren que desaparezca y no les voy a dar ese gusto. Estoy hablando de Contravía que se emite todos los Jueves a las 10:30 de la noche por el Canal 1.

Además, Isabel, por otra cosa, yo me puedo ir y yo puedo perder. Pero pienso que el que pierde es el país porque la desaparición de Contravía implica que desaparezca una voz que hace parte de la realidad colombiana, que hace parte del conflicto, que es la voz de negros, de indígenas, de comunidades campesinas. Contravía es la voz de los que no tienen voz, la voz de los más, la voz de los menos, de los más humildes. Si una voz desaparece, es un problema grave para la democracia. En la medida en que haya carentes de democracia, es un problema para todos.

Entrevista realizada en el año 2005 para mi programa radial Protagonistas de la Noticia, publicada por Blogger en El Blog de Isa el 6/28/2014 07:39:00 p. m.