MARIA ALEJANDRA CAMACHO
Las Memorias conversadas son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.
Isa López Giraldo es responsable del contenido de su sitio web en el que Davivienda actúa como patrocinador de la sección Jóvenes Talentos.
Soy una cartagenera cien por ciento Caribe, apasionada por el fútbol en especial por el Barcelona.
ORÍGENES – RAMA MATERNA
Mi abuela materna, Ana Helena Pineda de Elias , originaria de Bogotá y la menor de cuatro hermanos, se casó con un hombre mayor veinte años de origen libanés, Ramón Elias Chela. Mi abuelo fue un hombre muy bueno, trabajador, tierno, fanático del Show de las Estrellas.
Mi abuelo montó, en el Centro Histórico de la ciudad de Cartagena, un almacén de artesanías que con los años se hizo muy famoso. “El dorado”
Tuvieron cuatro hijos. Por ellos y por sus nietos vivieron un amor desbordado. En su casa tuvieron un número muy importante como diverso de animales, desde cacatúas, perros, gatos, tortugas. Pero también fueron el centro de la familia alrededor de la buena mesa.
Era tradicional reunirnos en las fechas especiales. Las Navidades con los hermanos libaneses de mi abuelo fueron muy especiales y emotivas.
Me encontraba en Bogotá, hace cuatro años, cuando mi hermano me informó de la muerte de mi abuela que me dolió profundamente, pero guardo los mejores recuerdos.
Mi mamá, Zamira Elías, es la menor de cuatro hermanos y el pilar de todo, la niña consentida de la casa. Una mujer multicanal, llena de virtudes de las que destaco la paciencia. Es una líder en el mercado inmobiliario y a través de ella ha conocido mucha gente convirtiéndose en amigos de familia.
RAMA PATERNA
Mi abuelo, Indalecio Camacho Galindo, fue un señor bogotano que llegó a Cartagena para montar la primera empresa de telefonía de la ciudad.
Conoció a Rebeca Castillo Narváez, mujer del Carmen de Bolívar, matrona costeña que se ganó el respeto de sus cinco hijos de los cuales mi papá, Rafael Antonio, es el menor.
Cuentan historias espectaculares de mi abuela, quien preparaba platos exquisitos y pobre de aquél que hiciera mala cara en la mesa porque enseguida recibía un golpe contundente con el cucharón.
Mi papá fue el niño más inquieto que pueda conocerse. Es un hombre muy noble que siempre piensa en ayudar a los otros, líder innato que cuenta dieciocho años como presidente de Centro Histórico de Cartagena de Indias – ASOCENTRO. Ejerce la zootecnia que estudió en la Universidad Nacional, su mayor orgullo. Es nuestro centro de atención en la familia.
CASA MATERNA
Mi papá estudió en Medellín donde conoció a una novia que estaba haciendo planes para instalarse en Cartagena después de viajar ella a pedir su mano. Pero, cuando mi papá conoció a mi mamá trabajando en una agencia de viajes de sus parientes, cambió el rumbo de los acontecimientos.
Mi mamá tenía las mejores referencias sobre él, pero se resistió a salir hasta que la tía le hizo ver que era muy buen partido y que debía prestarle atención.
Fueron a cine y al regreso unos amigos pidieron “un aventón”. Mi papá los montó en su carro, llevó a mi mamá hasta la puerta de su casa, dio media vuelta y bajó a los amigos (risas).
Se casaron el 25 de enero de 1980. Conformaron una familia de dos hijos siendo yo seis años menor. Nos educaron en valores prevaleciendo el respeto y la equidad.
INFANCIA
Vivimos en el Centro Histórico de Cartagena en una época en que era supremamente solitario, contábamos pocos vecinos y sin niños de mi edad, entonces no me desprendí de mi hermano ni por un minuto.
En el año 94 llegó a vivir frente a mi casa, quien se convertiría en mi mejor amigo para toda la vida, Santiago Pinaud, músico formidable. Recuerdo que jugábamos todo el tiempo, es más, cuando padeció varicela nunca me le despegué y a mí no me dio.
COLEGIO
Tuve un problema de visión desde los cinco años, herencia paterna por tener ojos azules, lo que nos hace más propensos. Esto me costó académicamente desde preescolar cuando me atrasaron un año pues no rendía porque no veía. Pero ahí gané a mi mejor amiga, Johana.
Inicié en el Cartagena de Indias, colegio femenino muy tradicional. El bachillerato lo adelanté en un colegio más liberal y cercano, donde me encontré con situaciones que me parecieron muy simpáticas.
La joven que manejaba la ruta del bus lo hacía en pijama y los compañeros fumaban en el trayecto. Yo como que no lo podía creer en especial por la formación que traía. Fui muy feliz hasta que lo cerraron.
Terminé mis últimos tres años en el Montessori donde recibí una formación excelente. Amé a mis profesores y conservo amigos de esa época.
Se me facilitó muchísimo la historia porque gozo de muy buena memoria. Me encantó la historia política del país que me animaba a leer en profundidad y a decidir mi carrera porque, como no tengo motricidad ni fina ni gruesa, no pude dedicarme al fútbol.
A través de mi hermano aprendí a amar los deportes. Nací en el 90 y me tocó la gloria del fútbol colombiano, una selección que pasó a tres mundiales.
Una vez graduada viajé a Europa en compañía de una amiga del colegio y por invitación de mi madrina de bautizo, Luz Stella, entrañable amiga de universidad de mi mamá. Llegamos a Alemania y desde allí viajamos de forma importante.
Sufrí la discriminación que vivimos los colombianos en el exterior dado el problema de las drogas. Alguna vez en un tren la policía pidió papeles y a todos se los devolvió de inmediato mientras que los nuestros los demoró media hora siendo nosotras un par de adolescentes que no representábamos ningún peligro. Esto me golpeó muy fuerte y me bajó muchísimo el entusiasmo.
Cuestionándome sobre esta situación y apoyada en mi facilidad para el área, decidí estudiar ciencias políticas pues quería entender razones.
UNIVERSIDAD JAVERIANA
A mi regreso y pasado un tiempo me inscribí en la Universidad Javeriana para empezar mi carrera con total entusiasmo, pues quería aportar al cambio de la situación que vivíamos los colombianos.
Lo cierto es que no me sentí muy cómoda estudiándola, hubo una materia que me afectó muchísimo, Principios de Economía, que aún hoy no logro digerir, y fue la que me sacó de la Facultad.
Después de cuatro años no logré graduarme y no sabía cómo decirlo en mi casa pues mi promedio se afectó. Tenía veinticuatro años cuando viví lo que considero un primer fracaso, pero conté con el respaldo de mis papás.
Las electivas fueron materias de Comunicación Social, entonces decidí estudiarla formalmente, cosa que hoy le agradezco al destino pues a ella me dedico.
PERIODISTA DEPORTIVA
Hice una especie de pasantía en Caracol Radio donde aprendí de César Augusto Londoño que me sentó frente al presidente Juan Manuel Santos y a tantas otras figuras. Fue magnífico.
Pero se me complicó el tema laboral cuando me dijeron que lo que estaba haciendo no tenía validez. No podían contratarme por prestación de servicios pues no era profesional, tampoco una práctica, pues no estaba en el semestre que correspondía.
Luego hice una monitoría con la Universidad. Ayudé a digitalizar los pensum de los años 70 y 80. Fue una tarea dedicada que me ayudó con mis gastos extras.
Hice una tesis potente. Escogí cuatro mujeres referentes del periodismo deportivo: Blanca Luz Uribe y Claudia Helena Hernández, la Dama Azul, Juliana Salazar y Liliana Salazar. Me compartieron su experiencia que no fue fácil por el machismo que impera en este país, me dieron lecciones muy importantes que me sirvieron de herramienta que implementé.
Liliana Salazar, la primera mujer que conocí presentando deportes y Juliana Salazar que para mí es todo un referente en lo que hago, le da la talla a César Augusto Londoño, Chemas Escandón, Edward Acero.
PROYECTO PROFESIONAL
Tenía proyectado que, una vez graduada, lo que ocurrió en septiembre de 2019, viajaría a Barcelona a estudiar una maestría en periodismo deportivo en Pompeu Fabra. Me inscribí y recibí la carta de aceptación, pero en plena pandemia solicité estudiar de manera virtual, pero no lo validaron.
En ese orden de ideas tuve que desistir e iniciar mi proyecto profesional gracias a Fabián Godoy, periodista argentino que montó un curso vía ZOOM llamado: Aprender a contar el fútbol. Me fue muy útil por le nivel de detalle que maneja.
Conocí a cinco amigos con los que montamos un proyecto en redes sociales, Fusión Gol. Aunque, con el tiempo quedé sola trabajando con Nicolás Díaz.
En el programa contamos las crónicas de los partidos de las principales ligas y hacemos entrevistas muy especiales y valiosas.
También participo en el programa Encuentro con el Fútbol, acompañada de dos periodistas venezolanos Daniel Fuenmayor, Yair Ruiz y uno argentino Sergio González. Se presenta en YouTube y en Twitter a las 7 de la noche los lunes, hora de Colombia.
REFLEXIONES
- ¿Hasta dónde te propones llegar?
Quisiera ser corresponsal del Barcelona, el equipo de mis amores, aún con sus errores.
- ¿Qué despierta en ti el fútbol?
El mayor entusiasmo que nació de ver a mi hermano, a Ronaldinho y a Messi. Mi sobrino, recién nacido, lleva su nombre: Rafael Andrés.
- ¿Cuáles son tus mayores talentos?
Mi memoria sin duda, que sorprende. Las imágenes mentales permiten que recuerde los espacios y los tiempos de los lugares donde he estado.
- ¿Cuál es tu código de ética?
Que mis logros sean consecuencia de mi trabajo profesional y de mi talento.