XIMENA GARCÍA
Soy mexicana de corazón, estudio diseño industrial en el Tecnológico de Monterrey, en Puebla. Me encanta emprender, la innovación y la creatividad, me acompaña la pasión por sacar las cosas adelante.
ORÍGENES
La familia paterna es de Córdoba, Veracruz, se expandió impactando a su comunidad con escuelas, vivienda. Está muy orientada al área de la salud. El bisabuelo Fermín dejó una huella al materializar su legado. Mi abuelo Juan es médico, tiene un espíritu de servicio sin límites, muy crítico, alguien que disfruta viajar, a sus ochenta y siete años subió las ruinas de Machu Picchu. No conocí a mi abuela Francisca, pues murió dos años antes de mi nacimiento, fue una madre amorosa que reunió a todos alrededor de la mesa. Mi papá, Juan Carlos García, es contador público, muy buen ejecutor, estudioso.
Jaime Ortega, mi abuelo materno, es médico, buen lector, consentidor, nos atendía magníficamente, nos sorprendía con deliciosos chocolates. Nos enseñó el sentido de la humildad, de la solidaridad, de la entrega al trabajo. Mi abuelita Blanca Consuegra, fue una mujer muy creyente, recta, firme, luchadora, estuvo enferma por un tiempo muy considerable de su vida, con ella disfrutamos viajes, cosas simples, pero cercanas. Mi mamá, tiene mucho de mi abuela, nos enseñó el valor de una familia unida, es una mujer curiosa, activa, con talento para las manualidades, cocina delicioso, ha sido nuestro soporte emocional.
Con mis papás conocí el amor verdadero, hacen equipo. Tuvieron cuatro hijas: Ximena. Regina, mi gemela, estudia fisioterapia. Camila está terminando su bachillerato. Isabela es la menor. Junto con mis hermanas vendíamos en la reja de la casa de mi abuela: dibujos, flores, chocolates.
ACADEMIA
Las escuelas a las que asistí hacen muchos foros en los que se pueden exponer ideas. Pude explorar la experimentación desde el área de ciencias a través de las ferias. Viví años de indecisión, cada vez iba descartando más y más materias. En algún momento supe que quería estudiar Diseño Industrial, un profesor me motivó a decidirme.
Estudié en el Tecnológico de Monterrey que definió lo que ahora soy. Trabajé en un proyecto que gustó a los profesores animándome a presentarlo en distintas convocatorias.
REGINA BAZULTO
Soy una persona apasionada por el área de la salud sexual, estudiante de Ingeniería en Biotecnología en el Tecnológico de Monterey del que hago parte desde la preparatoria. Me fui de mi casa a los dieciséis años para cumplir mi sueño.
ORÍGENES
No tuve la oportunidad de conocer a mis abuelos paternos, Enrique y Amparo, pues fallecieron antes de mi nacimiento. Mis tres tíos también murieron en diferentes momentos y por distintas razones. Mi abuelo fue periodista en Ciudad de México, heredé su facilidad para relacionarse. Mi abuela fue una mujer que se consagró a su familia, muy pendiente de la formación y educación de sus hijos. Mi papá, Carlos, estudió en el Colegio Americano, es licenciado en Relaciones Industriales, toda su vida trabajó como gerente nacional de la Comercial Mexicana lo que implicó que tuviera que viajar de forma permanente. Es alguien muy firme en sus opiniones, claro, fuerte, directo, y yo heredé su carácter.
De mi abuelo maternos Carlos solo tengo un recuerdo en mi cumpleaños número seis, cuando lo fuimos a visitar a Michoacán donde me hizo una fiesta maravillosa. Era muy juguetón con los niños, me espantaba jugando, pero me hacía reír. Trabajó en la Empresa de Energía Federal de Electricidad. Mi abuela Sochil, nació en Guerrero lo que nos permitió disfrutar de su playa cada vez que la visitábamos. Trabajó antes de casarse, luego se consagró a su familia siendo estricta, firme y celosa de las relaciones que tejían buscando que se rodearan de personas que sumaran. Fue muy cercana a mi mamá, de manera estrecha y, de mis abuelos, fue con quien más tuve relación. Mi mamá, Patricia, estudió psicología en la UNAM, trabajó con mi papá en las tiendas departamentales a nivel nacional.
Soy muy cercana a mi mamá, por lo mismo no le fue fácil asimilar el que me instalara tan chiquita en Puebla, pero es mi primer contacto ante cualquier noticia, es mi confidente. Le encantan los animales, amor que heredé. Cuando sea mayor quiere hacer un refugio para perros en el rancho. Es deportista extrema, afición que también heredé. Mientras escalaba una montaña empezó el trabajo de parto, que ni sintió.
Soy hija única, criada con carácter independiente, disfrutando de mucha libertad, no libertinaje que es distinto. He sido arriesgada para hacer cosas grandes, inquieta. He probado todos los deportes y me tomó mucho tiempo encontrar el mío. Finalmente llegué al tenis a los nueve años y lo jugué hasta los doce. Las canchas eran el lugar para jugar con mis amigos, en medio de albercas y demás.
Estreché fuertes vínculos con mis amigos, los invitaba a mi casa que eran muy bienvenidos por mis papás. Los sorprendía con ocho chamacas y mi mamá con cualquier cantidad de snacks para que picáramos. Nunca me sentí sola, quizás me hubiera gustado tener un hermano mayor, pero probablemente, por mi carácter, no uno menor.
Nunca me faltó compañía, porque me rodeé de amigos y de perros, y mi entorno me enriquecía de muy distintas maneras. Mis papás no me sobreprotegieron ni me limitaron.
ACADEMIA
Se preocuparon de que recibiera la mejor educación posible pese a que vivíamos en una ciudad pequeña. Me brindaron todas las herramientas posibles que me permitieron ingresar al TEC, ayudada por el hecho de que no me intimidaba con la gente ni en reuniones grandes, he sido muy desenvuelta.
No tenía idea de qué iba a estudiar hasta dos meses antes de graduarme, fue algo que me causó muchísimo conflicto. Mi papá me contó que uno de sus hermanos tuvo la fortuna de estudiar arquitectura en Columbia, lo que me llamó la atención desde niña pues la Universidad, a causa de su fallecimiento tan repentino, ubicó una placa con su nombre.
Durante los años tiernos, en los que no se tienen tan claros los objetivos y los gustos, me acompañó la idea de estudiar arquitectura, sin sentir una atracción más allá de la historia familiar y tomando en cuenta mis habilidades. Cuando llegué a Puebla desperté y vi que no tenía claro mi norte, no sabía hacia dónde me quería dirigir ni qué era lo que me gustaba. Solo sabía que tenía muy buena habilidad para expresarme y desarrollarme en ambientes desconocidos, pero ninguna carrera de este ámbito me llamaba la atención.
En cuarto semestre tuve la oportunidad de irme de intercambio a Montreal y en la escuela había un edificio de ciencias, orientado a desarrollar un tipo de carrera técnica en Odontología, colmado de laboratorios y personas muy serias con batas. Una de las hijas de la familia que me recibió estudiaba allí, entonces pude ver sus enormes libros de anatomía, sus incansables y muy fuertes sesiones de estudio. Esto me empezó a llamar la atención y me di cuenta de que no solo me gustaba química, sino de que yo era buena para eso.
Si bien fue complicado adaptarse a la escuela, al entorno, al invierno tan frío de Canadá, debía atender mis materias y, a la de ciencias, teníamos que dedicarle un poco más de tiempo, pero a mí no me resultó difícil. Al regresar a mi escuela en México, continué con el mismo interés. Lo único que tenía perfectamente claro era que no sería ingeniera, fui enfática en ello.
Llegado el momento de tomar una decisión y radicar papeles, mis papás me abrieron la posibilidad de tomarme un año para irme de intercambio, para explorar y conocerme, sentí mucha responsabilidad y consideré conveniente comenzar una carrera.
En una feria estudiantil supe de la existencia de Ingeniería Biomédica que despertó mi interés, revisé el plan de estudios a muy grandes rasgos porque para ese punto yo ya debía escoger una carrera por políticas de la beca que quería mantener. Hablé con el director de la Facultad y quedé convencida pese a mi rechazo y al área de ingeniería, pero no de biomédica.
Se acercaba la fecha de comenzar el semestre cuando me di cuenta de que no era el área que me interesaba. Era muy técnica, de ingeniería pura: muchos circuitos, cálculos, plana. Volví a preguntarme qué hacer, preferí disfrutar del área de la medicina tomando distancia, sin el mismo nivel de compromiso por el área de la salud. Se aclaró mi camino, y me decidí por Ingeniería en Biotecnología.
Me veía en un hospital, desarrollando prótesis y tratamientos para enfermedades huérfanas. En la medida en que avanzaba en la carrera descubrí un gusto enorme por el área de sexualidad humana, reproducción sexual, conocer cómo funciona el embarazo, especialmente los que se complican, estudié los anticonceptivos hormonales. Me llené de libros que abordaran el tema a un nivel más biológico. Es en esto en lo que me quiero concentrar.
LEKA
XIMENA
Leka es el proyecto final de mi carrera como diseñadora industrial. Si bien nació como un esfuerzo individual, ahora estoy sumando esfuerzos, para concentrarse en la cirticercosis, enfermedad desatendida.
Un día cualquiera llegó mi hermana a contarme que la mamá de un amigo había fallecido de neurocirticercosis. Investigué para concluir que hay muy pocas soluciones en su detección temprana, hay un sentido de resignación muy grande, como lo expresa Regina.
Tras una extensa investigación sobre el contexto de la enfermedad, experiencia de pacientes y la información existente concluimos que hay una falta de diagnóstico oportuno, los que hay son ineficientes y exesivamente costosos.
El diseño permite aterrizar las ideas, por lo mismo se convierte en una herramienta muy valiosa que me puede llevar a una solución eficiente. Después de muchas noches sin dormir, de hacer presentaciones, de hablar con expertos, el estudio ganó el premio al mejor proyecto de industria profesional. Quise materializarlo, hacerlo realidad, aplicable, conocido.
Dediqué su nombre a Leti, la mamá de mi amigo, traducido al portugués. Sin duda lleva su marca y la promesa de que en un futuro se pueda controlar la enfermedad.
A Regina la conocí en la universidad, coincidimos en un programa académico, tenemos muchos puntos en común por su curiosidad, tiene la experiencia y conocimientos que el proyecto requiere.
Leka está en etapa de experimentación, su periodo de prueba es especialmente largo. Hemos logrado resultados positivos, estamos avanzando con contundencia.
REGINA
Nunca me vi como emprendedora, he tenido más la idea de colaborar en un proyecto que ya hubiera sido desarrollado y llegar a complementar el equipo. Pero al conocer de este proyecto me animé a aportar pues me gustó al estar relacionado con temas de salud aportando desde mi conocimiento y tendiendo puentes con maestros que nos pudieran guiar.
REFLEXIONES
- ¿Cómo conocieron y contribuyó Social Skin a su crecimiento como emprendedor?
Tres amigos colombianos que vivieron la experiencia me comentaron de la convocatoria, revisamos la manera de formular la información, dudamos, pero nos arriesgamos a enviar la aplicación.
Social Skin fue una experiencia muy fructífera que nos llenó de aprendizajes en poco tiempo a través de talleres y mentorías. Rindió muchos frutos, nos llenó de confianza, pero también en lo personal.
- Basado en su temprana experiencia, ¿qué recomendación le harían a quien quiera iniciar su camino hacia el emprendimiento?
XIMENA
Se está a un solo paso de cambiar al mundo, pero nunca se sabrá si uno se detiene. Esta es mi frase de vida. Entonces mi recomendación es que lo materialice, de otra forma no sabrá la manera como puede impactar a la sociedad. Participar en este tipo de convocatorias ayuda muchísimo, amplía los vínculos, aterriza su proyecto.
REGINA
Que busque a alguien que los acompañe en esa experiencia pues dos cabezas piensan mejor que una. Mejor intentarlo y aprender independientemente del resultado, aprovechando esta etapa de la vida en la que no se tiene una responsabilidad grado adulto, entonces uno se puede equivocar y volver a empezar.
- ¿Cuáles son tus mayores talentos?
XIMENA
La creatividad, la proactividad.
REGINA
Se me facilita conocer gente nueva, aprovechar oportunidades. También la dedicación porque no me gusta dejar las cosas a medias.
- ¿Cuál es tu código de ética?
XIMENA
Me acompañan valores como la igualdad, la confianza, la humildad, la empatía, la justicia.
REGINA
Hacerlo todo desde el amor, el sentido de la justicia y de la empatía sin pasar por encima de los demás.
Isabel López Giraldo es responsable del contenido de este sitio web. Davivienda actúa como patrocinador de la sección “Jóvenes Talentos”.