Vita Farms

MARCO OSORIO

Soy caleño, estudiante de último año de Ingeniería Mecánica y Economía, emprendedor apasionado por los alimentos, la agricultura, la tecnología. Me encanta tocar piano, jugar fútbol, viajar y encontrar oportunidades dentro de problemas. De esa forma me considero un poco soñador y alegre de la vida.

ORÍGENES

Mis abuelos paternos son de Armenia, Marco Osorio y Ofelia García, que luego se instalaron en Cali donde se dedicaron al sector de los restaurantes y a su fábrica de alimentos. Son personas muy alegres. Mi abuela ha sido el centro de la familia alrededor de la mesa.

Mi padre, Marco Osorio, nació en Armenia, pero muy chiquito lo llevaron a Cali. Es arquitecto dedicado a la construcción y al diseño. Un hombre de carácter fuerte, pero alegre y de humor negro, como los abuelos. Es alguien muy soñador.

Mis abuelos maternos son de Medellín, pero se consolidaron en Cali. La ascendencia de mi abuela, Martha Posada de Greiff, proviene de Suecia, emparentada con los De Greiff, mineros de Antioquia, pero también con León y Otto de Greiff, literatos, académicos. Fue la mano derecha de mi abuelo en sus negocios, le hacía las vueltas de los bancos, le llevaba las cuentas y lo orientaba.

Mi abuelo, Orlando Avendaño, es administrador de Eafit, siempre en búsqueda de oportunidades de negocio, comerciante, dedicado al sector agropecuario con fincas especializadas en psicultura ornamental, ganado y frutales, también invirtió en maquinaria amarilla con las que trabajó con los ingenios azucareros.

Mi madre, Martha Lucía Avendaño, nació en Medellín, pero muy niña se la llevaron a Cali, creció disfrutando del campo y los cultivos del abuelo. Es arquitecta de la San Buenaventura, universidad en la que mis papás se conocieron como estudiantes, se casaron ya graduados, vivieron en Europa un tiempo y al regresar se concentraron en temas de diseño y construcción. Mi mamá ha dedicado tiempo al servicio público, participado de alcaldías y gobernaciones como arquitecta de espacios públicos, de escuelas y otros.

Mi hermana, Sara Osorio, estudia diseño. Es una mujer muy bondadosa, generosa, alegre, alguien muy gentil y preocupada por los demás.

PILARES DE FAMILIA

Un pilar de familia muy fuerte es la sostenibilidad. Desde niño tengo noción de reciclaje, de la importancia de no ser consumidor compulsivo. Hay una anécdota que mi mamá siempre cuenta y es cuando vi a un señor lanzando basura a la calle, entonces dije: “Mami, ¡las ballenas!”.

Un valor fundamental es la familia misma, somos muy unidos: desayunamos, almorzamos y comemos juntos en la medida de lo posible, compartimos distintas actividades y no tenemos televisores en los cuartos para interactuar más.

Mi madre es muy espiritual, entonces nos inculcó valores intrínsecos referidos a ella, conectarnos en vibraciones positivas.

Ha sido un privilegio y una oportunidad muy grande de respaldo el crecer en mi familia. Para citar un caso específico, mis emprendimientos los han avalado, mis padres fueron los primeros inversionistas, porque me han brindado confianza y me han rodeado desde siempre.

INFANCIA

Mi infancia está marcada por las fincas de mi abuelo, de allí viene el amor por la agricultura. Pero también por mi abuela materna pues en las tardes compartía con ella mientras veló por nuestro bienestar y estuvo muy atenta a nuestra educación.

Practiqué deportes de alto rendimiento y tuve unas disciplinas muy fuertes. Emprendí vendiendo crispetas de colores en el primer conjunto donde vivimos, para el que mi mamá me compró un blazer y en triciclo me iba de apartamento en apartamento ofreciéndolas.

Tuve la oportunidad de equivocarme, de llenarme de confianza como ser humano y de fortalecer mis habilidades.

ACADEMIA

Estudié en el Colegio Alemán de Cali, supremamente exigente en disciplina, con un rigor académico muy fuerte, mixto, en el que tuvimos la oportunidad de viajar muchísimo, conocer otras culturas, hacer intercambios. Me permitió estructurarme a nivel técnico, aprender nuevos idiomas, tener amigos de diferentes nacionalidades, estudiar con alemanes de distintas colonias.

Fui el proveedor oficial de McDonald’s del colegio: vendí desde cheese burgers hasta helados McFlurries, Sundae. Tomaba pedidos el día anterior y con mis papás compraba toda la provisión. En una época vendí accesorios de Apple, donas de Dunkin Donuts. Me encantó ganar plata y con ella me compré un iPod Touch de primera generación.

Luego monté un mini imperio, tuve varios amigos vendiendo, me asocié con otros. Cuando las directivas del colegio se enteraron, nos reunieron, pero no pasó a mayores.

Me gustaron materias como el español, la filosofía, la física. En deportes fui supremamente sobresaliente en un colegio muy riguroso en esta área, aquí di mis primeros pasos en el segmento de alto rendimiento, participé en intercolegiados de Colombia y Latinoamérica que nos demandaban preparación extrema durante todo el año, eran como mini Olímpicos, con pruebas de preselección muy exigentes.

DECISIÓN DE CARRERA

Terminé en verano de 2014. Mi mamá desde hacía tiempo me venía recordando que yo era muy bueno en temas de raciocinio, de agilidad mental, de diseño: siempre me encantó armar cosas con legos.

Unos de los mejores amigos de mis papás son, él ingeniero mecánico y su esposa arquitecta y me hablaron de los contenidos de la carrera. Entonces investigué, me apoyé en la información que obtuve también durante las dos temporadas que había pasado en Alemania donde esta es una profesión, como la industria de energía renovable son muy fuertes. A mí realmente me gustó mucho el tema.

A los once años viví un mes largo en el sur de Alemania con una familia de la región. Tuve la experiencia de otras culturas y pude fortalecer el idioma. A esa edad yo era muy mimado y miedoso. A mis diecisiete viví por cuatro meses en el norte de Alemania, tiempo en el que perfeccioné el idioma y me acerqué a los temas de energías renovables, a lo técnico y al diseño.

Viajé a los Estados Unidos por seis meses, me instalé en Boston para revisar oportunidades de carrera y para perfeccionar el inglés. Pero antes de viajar me inscribí en la Universidad de los Andes para garantizar cupo, cuando recibí la carta de aceptación, indagué, me encantaron los contenidos y la metodología, entonces decidí devolverme.

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Inicié Ingeniería Mecánica en la Universidad de los Andes, carrera supremamente rigurosa, exigente, muy matemática. Precisamente por esto supe que necesitaba algo más para no ser tan cuadriculado por técnico, quise estudiar un área del conocimiento que me generara otras oportunidades, consulté y me fascinó la Economía, entonces hice la doble titulación.

En términos de clases no me homologaron absolutamente nada, lo que me significó un reto enorme, pero me generó mucha satisfacción. Ahora estoy en último año, me faltan una serie de electivas y las tesis.

EMPRENDIMIENTO

BIOTOR

La antecede un proyecto donde descubirmos todos los retos de producir alimentos con tecnología, Biotor, que consiste en producir mejores alimentos con tecnología. Está enfocado en ruralidad dispersa, fue mutando el modelo de negocio cuando comenzamos a ver una oportunidad más robusta para ciudades.

La tecnología es muy particular,se llama Acuaponía; se producen peces y vegetales de forma simultánea, se da una simbiosis en la que los deshechos de los peses sirven como nutrientes para las plantas que los aprovechan, además filtran el agua. Así los rendimientos son mayores, los nutrientes están más concentrados en términos de metros cúbicos que logran llegar a los vegetales.

Es muy retador en capital por ser un diseño completamente innovador que usa tecnología propia desde los filtros hasta las cajas de crecimiento, algo que hemos venido construyendo desde hace tres años.

Se consolidó un equipo muy talentoso del que Sebastián Valencia, Diego Alban y Pedro Vallejo, hacen parte.

Fuimos invitados a Naciones Unidas para participar en un panel de negocios verdes, de oportunidades de países, una ola verde, al que asistí con Sebastián. Estando en Nueva York decidimos hacer una gira verde de empresas, de AGTECH, para conocer las tendencias en agricultura y tecnología que pudiéramos aprovechar en Biotor.

VITAFARMS

Vita Farms es una historia de descubrimiento, de hacer, de equivocarnos, de buscar oportunidades.

Encontramos en Boston una oportunidad en un segmento de mercado muy particular de un producto que son Microgreens, germinados, tendencia relativamente nueva en Colombia y en el mundo, productos con altos niveles de nutrición. Hicimos un convenio donde adquirimos conocimiento, nos enseñaron las bases, para con ellas crear desde cero una nueva tecnología, con nuevos procedimientos y metodologías que dio vida a Vita Farms en el 2020.

El primer prototipo lo hicimos en la finca de mi abuelo y nos costó seiscientos mil pesos con los que compramos tubos y tanques. Contamos con la ayuda de los trabajadores de la finca que nos fue muy valiosa. Nos emocionamos con las primeras lechugas pues vimos que lo estábamos haciendo bien y con viabilidad financiera.

Hemos surtido todo un proceso de validación, de crear un producto mínimo viable que ha evolucionado.

En la casa de Pedro montamos una estructura pequeña, y observamos los avances. Actualmente contamos con una primera planta de producción de 140 m2, hoy operamos al 15% de la capacidad instalada, pero para agosto esperamos tenerla al 100%. Diseñamos una metodología de cultivo, de monitoreo, de mercado para llegarle al cliente final.

En Biotor construimos nodos tecnológicos altamente replicables para producir alimentos dentro de ciudades, con capital reducido. El segundo prototipo lo diseñamos y construimos en El centro de Investigaciones de Saenz Fety, un aliado muy importante para Biotor y VitaFarms.

Somos granjeros urbanos, cultivamos en Bodegas dentro de Bogotá lo que nos permite entregar el producto mucho más fresco a los restaurantes pues nuestra competencia tiene invernaderos en la periferia. Optimizamos cinco veces el espacio dado que nuestro sistema tiene cinco niveles verticales de manera sostenible con prácticas ambientales conscientes. Ahorramos el 95% de recursos hídricos.

Mientras un vegetal promedio que se cultiva en Ubaté recorre cien kilómetros hasta el consumidor final en Bogotá, el nuestro recorre entre cinco y máximo quince. Esto permite tener un producto con una menor huella de carbono, menos desperdicio porque se produce en función de un mercado determinado. Es un modelo que entiende la demanda y toda su oferta está diseñada para que cuanto se cultive tenga salida comercial.

Nuestra tecnología nos permite conservar los microclimas, con esto no utilizamos agroquímicos, y entregamos exactamente la luz, el agua y los nutrientes que cada vegetal necesita.

Hay ciertos productos que deben ser cultivados a cielo abierto, pero hay otros de ciclos cortos que hemos identificado que son muy eficientes en ciudades: hojas verdes, frutos pequeños.

REFLEXIONES

  • ¿Cómo contribuyó Social Skin a su crecimiento como emprendedor?

Habíamos participado en la convocatoria de Social Skin con Biotor donde también fuimos finalistas, adquirimos una serie de aprendizajes, hicimos talleres y recibimos acompañamiento.

Como Vita Farms cumple también con todos los requerimientos, está alineado con la visión y con los objetivos de la convocatoria, quisimos surtir el mismo proceso y lo sometimos ante un jurado que nos llevó a la final.

Validamos la manera como estábamos presentando el proyecto, identificamos lo más relevante, las pepitas de oro, las oportunidades, pero también las limitantes para concentrarnos a trabajar en ellas.

  • Basado en su temprana experiencia, ¿qué recomendación le harían a quien quiera iniciar su camino hacia el emprendimiento?

MARCO

Que se apasione con un problema, que identifique aquello que le genere mucho interés solucionarlo y se enamore, pero con objetivos muy claros y precisos. Como dice Juan David Aristizábal: “que tenga una visión de turista”. Que se aleje del ego y más que enamorarse de la idea, lo haga del problema, pues la primera muta.

SEBASTIÁN

Que si le va mal no desista, que persista pese a los tropiezos. Que siga adelante, que nunca desista.

  • ¿Cómo quieren impactar al mundo?

MARCO

Quiero convertir la cadena de abastecimiento de alimentos en una mas inclusiva, sana y eficiente.

SEBASTIÁN

  • ¿Cuáles son tus mayores talentos?

MARCO

El liderazgo. La capacidad para reunir talentos en función de grandes objetivos y de identificar oportunidades.

SEBASTIÁN

Ser creativo y solucionar problemas rápido.

  • ¿Cuál es tu código de ética?

MARCO

Tiene un eje fundamental y es ser agradecido.

SEBASTIÁN

Ser honesto, correcto. Escuchar a otros.

Isabel López Giraldo es responsable del contenido de este sitio web. Davivienda actúa como patrocinador de la sección “Jóvenes Talentos”.