UNA CHICA JUDÍA EN PARÍS
MELANIE LEVENSOHN
FRAGMENTOS
A veces, incluso a la magia de la nostalgia le es imposible disimular el dolor del arrepentimiento.
No quedaba nada de todo aquello que alguna vez transpiró calidez y seguridad.
Audacia como bofetada deliberada.
La vida era una colosal mentira.
Un nuevo inicio tan cerca del fin.
Los libros protegían mis sueños. Eran mi luz, mi libertad, un espacio sagrado que nadie podría arrebatarme.
Cuando los tiempos oscuros la envolvían, quedaba a merced de sus demonios internos.
Un silencio ominoso cubría como sombra nuestra modesta vida.
Lo único que nos quedaba en abundancia era hambre, miedo y la vaga esperanza de que, en algún momento, llegaría la primavera.
La redentora anestesia que le permitió escapar de todo.
Escribir era una droga exquisita. Un escape exquisito.
Tenía que romper con el pasado para volver a existir.
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