LAS 999 MUJERES DE AUSCHWITZ

LAS 999 MUJERES DE AUSCHWITZ

HEATHER DUNE MACADAM

FRAGMENTOS


La verdad está ahí, si sabes buscarla.

Debió parecer extraño celebrar buenas noticias servidas como aperitivo para las malas.

Atacó con las estrellas de su parte. Y atacó a jóvenes judías.

En ningún sitio figuraba <niña> como vocación.

Su despreocupado humor, marcado por la esperanza y la docilidad, se desintegró.

Las ruedas de aquel tren estaban aplastando cualquiera de sus expectativas.

El trabajo forzoso, diseñado para pulverizarlas, estaba a punto de comprimirlas y endurecerlas.

Un rostro que no podía ocultar las cosas que había visto, cosas que la mayoría de la gente no lograría entender nunca.

Profanar la inocencia da cierto gusto a las personalidades sádicas.

No podemos disfrutar de los manjares de la abundancia mientras otros comen el pan de la opresión. Hagadá de Jonathan Sacks.

Cuando te haces mayor sigues recordando las ofensas que te han hecho.

La fe tiene un papel importante en la narrativa de supervivencia.

Hacía falta una armadura de fuerza e indiferencia para sobrevivir.

No estaban del todo vivas, pero no estaban del todo muertas.

Una de las pocas formas que tenías de mantener el control sobre tu vida, era decidir sobre tu muerte.

El pan funcionaba como moneda, pero la amistad era vida. Hacían falta las dos cosas para sobrevivir.

En algún momento, la mente se apaga ante tanto horror.

Algunas personas terminan su vida antes de morir, y sus vidas extendidas solo son una aparición.

Ahora has encontrado la armonía eterna.

Aunque los cielos fueran de tinta y los cielos de papel, no podría describir los horrores que estoy viviendo.

Una joven que ha sido testigo de lo peor de la humanidad, ha sobrevivido y ahora carga en su alma con el poder de esa verdad.

La parte más larga de su viaje a casa fue la distancia más corta.

Solía ser mi padre quien hablaba en nuestra familia, y sus experiencias, aunque eran desgarradoras, no daban tanto miedo como las de mi madre cuando hablaba de Auschwitz.

Algunas personas creen que las supervivientes no deberían reír. Pero después de tantos años de sufrimiento y horror se merecen la risa. Todos los supervivientes que conozco tienen un sentido del humor excelente.

El trauma transmitido de generación en generación, pero creo que la fuerza y la determinación de sobrevivir también pueden transmitirse entre generaciones.

Aquella fue la mejor pero más oscura etapa de sororidad.

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