BLACKOUTS

BLACKOUTS

JUSTIN TORRES

FRAGMENTOS



Es como si todo por aquí estuviera programado para un tiempo lánguido.

Por entonces, de alguna manera me sentí orgulloso de estar loco como un adulto.

Narcisismo, supongo, o mi desesperación por ser cuidado.

En nuestra comunión silenciosa, nos enfrentábamos a los inmensos trechos de aburrimiento gris.

La precisión y el meticuloso esfuerzo, el cuidado obsesivo, iban más allá de la mera censura.

Si todo continuara igual, no tendrías motivos para tu preciada nostalgia.

No te pierdas allí atrás, en el pasado mal recordado, en ese barrio medio soñado del que no recuerdas cómo escapar.

Aquella clase de terrible preocupación serena.

Me dominaban esas reliquias malsanas.

Era un conocimiento tácito, comunicado a través de la calidad de su indulgencia.

Desde una cierta distancia, lo catastrófico debe de ser distinguible de lo sublime.

Todos los finales son complicados. Todo lo que hay por delante es el gran olvido.

Se invoque o se revoque, el ayer siempre está presente.

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