MARCO RIBAS
Las Memorias conversadas son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo
Ingeniero de la Universidad de Londres King´s College, con especialización en Finanzas estratégicas del IMD Business School. Cuenta con una sólida experiencia en el sector de los recursos naturales en Latinoamérica – energía, servicios públicos, recursos químicos y naturales.
Desde 1998 se desempeñó en varios roles en Accenture y dieciocho años después de haber ingresado a la compañía, en 2017 asumió la presidencia de Accenture Colombia. Desde su rol continúa con el proceso de penetración de mercados y posicionamiento de la compañía en el país, haciendo foco en el refuerzo del liderazgo con enfoque en consultoría y transformación digital.
- ¿Quién eres, Marco Ribas?
Sigo buscando descubrir quién soy. Pero sí puedo decirte qué me define un poco.
Hay un tema geográfico: mi origen es brasilero, soy de Río y he vivido en diferentes lugares del mundo. Entonces, parte de esa composición tiene que ver con las experiencias acumuladas.
He tenido distintos trabajos desde la vida ejecutiva, soy nerd desde niño, me ha encantado la electrónica, la mecánica, la ingeniería.
Provengo de una familia con formación en las ciencias sociales y en educación. Mi mamá es psicoanalista, mi hermana es filósofa, así que resulto el tecnólogo de lo social. Ellos me dan una visión diferente.
Me encanta aprender de otras culturas por lo mismo visito diferentes lugares de Colombia con frecuencia, por el desafío de aprender el idioma. Disfruto los retos. Por mi personalidad, que es de alguien en la introspección (a pesar de que no lo parezca), me reto fuertemente con todo: cómo hacerlo, aprender a hacerlo y hacerlo bien.
He sido cocinero, me encanta preparar platos y brindarlos a mi familia y a mis amigos porque me gusta atender alrededor de la mesa.
Te diría que lo que más me define es el optimismo. Tengo una tendencia muy fuerte a ver el lado bueno de las cosas. Es mi decisión consciente de dar este manejo, es mi forma de mirar la vida la que tiene ya suficientes dificultades: no hace falta dedicar tiempo a pensar en las cosas malas. Si comienza el día y ya nos estamos quejando porque llueve, porque el transporte, porque el trabajo e incluso, hasta de porqué soy lo que soy, resulta muy aburrido y complejo. Lo importante para mí, es reconocer lo bueno, lo que proporciona felicidad, tranquilidad, celebrar la familia, la vida, las oportunidades y todo lo que puedo hacer. Este estilo cambia la energía.
- Y cuando las cosas no resultan como se esperaba, ¿cómo superas la frustración que puede generarse?
Todos tenemos diferentes maneras de abordar la situación. Por ejemplo, a mi esposa le da un poco duro porque siempre trato de pensar qué hay de bueno en lo que acaba de ocurrir y busco posibilidades de crecimiento.
Si, por ejemplo, perdí un avión, pues tengo una hora para leer un libro. Me brinda alivio pensar que no tenía que vivirlo, que no debería estar ahí.
Todo eso no significa ser complaciente, porque son cosas distintas. No me quedo pasivo, sino que me muevo: doy una mirada distinta.
- ¿Cómo te reinventas sin perder tu foco y sin perder tu norte?
No sé si conservo el foco (risas).
Mi personalidad tiene mucho que ver con eso, que me encantan muchas cosas. Lo mío es la curiosidad por lo que tomo muchas cosas al tiempo.
Es interesante porque me apoyo en otras personas para que me ayuden a focalizar, para que me hagan ver. Porque puedo tener quince proyectos al tiempo y siempre quiero sumar más.
Tengo muy buena capacidad de concentración pero me encanta la posibilidad de algo nuevo. Afortunadamente estoy en una organización que me permite proyectar muchas cosas. Trabajo con gente muy inteligente que me reta, que me inspira, que no me dice sí a todo, que me pone de vuelta a la silla para que replantee lo que sea necesario.
- ¿Quiénes han sido tus referentes, por fuera del mundo corporativo, que te ayudan a crecer como ser humano?
Es interesante porque tal vez los referentes más fuertes que yo he tenido, han sido personas muy simples. Te cuento una historia.
Yo viví en Inglaterra durante ocho años, estudié ingeniería allí y como no contaba con todos los recursos, trabajé cocinando en un restaurante.
Uno de mis compañeros de esa época era de Angola, Pacífico es su nombre, alguien muy buena gente a quien me acerqué mucho pues nos unía el idioma y con quien conservo un vínculo de amistad.
Después de tres años en Londres, con lluvia, frío, estudiando, con los desplazamientos en metro, el llegar a trabajar muchas veces en sábado, me generaba disgusto. Y Pacífico no retiraba una sonrisa que iba de oreja a oreja: permanecía con la energía arriba. Una vez, dos veces y hasta tres, resistí antes de preguntarle:
— Pacífico, ¡qué pasa amigo! Estamos trabajando un sábado, un poco ‹crudos› (porque tomamos la noche anterior), llueve y con este frío, ¿tú por qué estás tan feliz?
— Marco, mira. Ayer cené, esta mañana tomé desayuno y en un rato voy a almorzar. ¡Estoy feliz!
Él es mi referente. Me emociona recordarlo. Siempre pienso en sus palabras. (se emociona profundamente)
Y es que cambia la perspectiva de la vida. Es algo que comento con mis hijos porque somos el 1% de la población del mundo, somos afortunados de tener lo que tenemos.
- ¿De qué otras herramientas haces uso para tu construcción personal?
Venía hablando con un amigo sobre un tema que considero muy importante y que mantengo muy presente. Y es que uno no ‹es›, uno ‹está›.
Yo no soy Presidente de Accenture, tan solo estoy en ese cargo ahora.
- Porque hay una temporalidad en todo…
Porque es un rol, es un teatro. Al final, mañana estaré haciendo otra cosa y alguien más ocupará la posición. Porque si uno toma todo con severidad, la manera como debe mostrarse y el deber ser, termina por confundir al personaje con el ser.
Hay una cantidad de elementos reales porque son muy míos, que tienen que ver con mis creencias, con lo que soy, pero al final desaparecen porque soy una representación.
Hace unos años me interesó ser parte de una junta directiva, me fui a estudiar qué debía hacer en ella pues quise adquirir ese conocimiento. Resultó muy interesante porque en ese entrenamiento encontré muchos ejecutivos jubilados o personas que salían del mundo corporativo. Una observación muy relevante es que lo más importante para la mayoría de ellos era tener una tarjeta que indicara algún cargo.
Yo les decía:
— Eso no es importante. Usted tiene una vida, hijos, nietos, familia, experiencias.
Pero la energía que ponían en esa tarjeta consumía la que debían ocupar en algo que a todos resultara mucho más divertido como hablar de lo que son y no de lo que han hecho. Aquí encuentro una herramienta, entender que los roles pasan.
- ¿Cómo asignar prioridades cuando hay tantos frentes y tan poco tiempo en la vida?
Lo hago casi constantemente. Siempre hay una voz que me está diciendo qué es prioritario, qué es importante, qué debo atender. Pero lo que me obliga preguntarme es:
— ¿Esa es tú tarea? ¿Realmente este es tu trabajo? O estás atendiendo el asunto por un tema de ego, de control y fama.
Lo que busco es el impacto en la contribución real que yo pueda aportar. En este encuentro, ¿mi charla es útil para Colombia? La respuesta es sí. En una reunión de Accenture, ¿si hablo contribuyo o estoy atrayendo la atención? Porque yo no tengo porqué estar en todo, ni tomarlo todo, ni saberlo todo.
Otra de mis preguntas claves es: ¿cómo utilizo mi tiempo?
- ¿Qué es el tiempo en tu vida?
Lo es todo y cuido en qué lo utilizo. Es importante para mí dedicarlo a mis hijos, al estudio, al trabajo, al ejercicio. Es una preocupación constante porque el único activo que no puedo sumar es el tiempo, no hay cómo contenerlo.
- ¿Cuál es tu razón de ser en la vida?
Esa pregunta es muy profunda. No tengo ni idea. Te puedo hablar de cosas que me motivan. Una de ellas es ver a las personas creciendo, ver su desarrollo humano, generaciones que hacen emprendimiento.
Eso me alimenta como tener un balance entre la vida personal, profesional, económica. Nada nunca es perfecto.
- ¿Qué te gusta dejar en las personas que se acercan a ti?
Optimismo, buena onda, felicidad.