Carolina Carrasco

CAROLINA CARRASCO

Memorias conversadas® son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.

Soy chilena, madre de tres hijas, una ingeniera comercial apasionada por el desarrollo y por poner la innovación al servicio de la inclusión en la búsqueda de soluciones a problemas muy antiguos que aquejan a nuestra región. Me caracteriza la curiosidad, busco entender el motor de las personas, qué las inspira, sus desafíos, sus luces y sus sombras.

ORÍGENES FAMILIARES

Provengo de una familia bastante tradicional y conservadora por ambas ramas.

RAMA PATERNA

Mi abuelo, Luis Carrasco, trabajó en el sector de la minería, entonces vivió muchos años en un campamento minero americano dedicado a la extracción de cobre. Él, bastante mayor que mi abuela, era un buen contador de historias y cercano en sus conversaciones.

Mi abuela, Elena Muñoz, fue una educadora que trabajó hasta que se dedicó a cuidar de sus hijos y su esposo. No llegué a conocerla porque falleció joven, mi familia la recuerda juguetona, lúdica, vivía con la broma a flor de piel, de mucha chispa, ocurrente, simpática, acogedora.

Mi papá, Luis Carrasco, el mayor de tres hermanos, trabajó en temas de comercio exterior en multinacionales. Como su padre, fue un buen conversador, alguien perceptivo, agudo, simpático, nómada y curioso.  Viví muy poco con él pues mis papás se separaron a mis tres años, además, falleció muy joven, pero nos reencontramos a mis dieciocho años, poco antes de su muerte. 

Cuando mi abuelo se trasladó con su familia a San Antonio, se conocieron con la familia de mi madre.

RAMA MATERNA

Mi abuelo, Hernán Barrera, creció en Cartagena, balneario muy cercano a San Antonio. Perteneció a una familia matriarcal, fue muy deportista, jugó basquetbol, tenis a nivel competitivo, trabajó en el sector naviero del que fue agente. Le encantaba recibir gente en su casa para atenderlos alrededor de la mesa y con muy agradables conversaciones, fue muy querendón, familiar, amiguero.

Mi abuela, Olga Esquivel, es de Concepción, sur de Chile. Su padre, Francisco Esquivel, fue constructor y a razón de su trabajo se trasladó al centro del país muy cerca de San Antonio donde creció mi abuela. Tiene ciento tres años, religiosa, muy católica, dedicada a las labores de ama de casa, gran tejedora.

María Angélica Barrera, mi mamá, es la mayor de cinco hermanas. Estudió administración de empresas y decoración de interiores: lo que hoy equivale a diseño. Tuvo como proyecto de vida repetir la historia de las generaciones anteriores dedicándose a las labores del hogar y al cuidado de su familia. Sin embargo, se casó a los veintitrés años y se divorció siete años después, pasando a ser la jefa de un hogar con dos hijos.

INFANCIA

Pasé los primeros años de mi vida en casa de mis abuelos donde compartimos con la familia extendida con mi grupo de primos. Fuimos muy unidos, de muchos encuentros familiares.

Crecimos bajo los pilares del trabajo, la honestidad, la responsabilidad, la resiliencia, el tener metas y trabajar por ellas, el acompañarse, compartir, quererse, ayudarse.

A mis nueve años mi familia se trasladó a la capital donde he permanecido. Era una época en la que a nadie le parecía peligroso hablar con desconocidos o caminar tranquilamente por la calle, quizás por eso, la recuerdo como una etapa feliz, de mucha libertad, de aplicar criterio propio, de ser amiga de los amigos, de descubrir nuevas cosas.

El hilo conductor de mi vida ha sido, por un lado, la independencia, y por otro, conocer a las personas, entenderlas, descubrirlas, así fue como siempre me rodeé en medio de la diversidad.

ACADEMIA

Estudié en el San Gabriel, un colegio inglés, mixto, muy exigente académicamente y con muchas actividades extracurriculares, que promueve el deporte y la cultura. Allí me integré muy bien.

Siempre quise ser actriz, pese a que mi familia no estaba vinculada con ese mundo, pero a mí me llamaba la actuación y me proyecté en ella. Mi mamá no puso ninguna traba a pesar de ser una profesión en la que no es fácil abrirse camino en ella. Intenté, pero no me resultó al no pasar unas pruebas especiales.

Replanteé mi decisión, volví a rendir las pruebas de admisión a la Universidad Católica de Valparaíso, esta vez orientada hacia Administración de Empresas o Ingeniería Comercial. Esto fue así por mi facilidad en matemáticas y en ciencias sociales, y no me equivoqué.

Me concentré en sacar mi carrera adelante y desde esa época me motivaba analizar problemas sociales, como por ejemplo el tema de género: la desigualdad salarial, la imposibilidad de la mujer de abrirse espacios y asumir cargos de liderazgo.

También trabajé en temas de micro emprendimiento, en sus desafíos para hacer esos negocios viables. Hice algunos voluntariados apoyando emprendimientos en Valparaíso para que pudieran manejar mejor su negocio.

INEQUIDAD DE GÉNERO

La discriminación de la mujer no creo que sea fruto de la mala voluntad, sino que es producto de resabios culturales, de una sociedad patriarcal que nos ha marginado y relegado a ciertos roles. Por suerte está cambiando, pero ha costado muchísimo abrirse espacio, romper con esos sesgos, derribarlos.

El primer paso es reconocerlos, es lo más desafiante y creo es lo que permite abrir espacios para que hombres y mujeres podamos participar y desarrollarnos personal y profesionalmente como decidamos.  

MATRIMONIO

Me casé a los veintidós años cuando todavía no terminaba la carrera. Formé mi familia queriendo hacer algo en el ámbito profesional, entonces me especialicé en finanzas, área en la que trabajé varios años.

Una vez titulada y cuando mi hija mayor ya tenía un año, inicié mi actividad laboral en empresas de ingeniería y construcción industrial.

TRAYECTORIA PROFESIONAL

TECNO FAST ATCO

Me fui especializando hasta ocupar la gerencia de administración y finanzas en Tecno Fast, join venture chileno-canadiense, de campamentos mineros. Me empecé a involucrar en un ámbito más internacional, con expansión regional y viajes.

AUSTRALIAN GAS LIGHT COMPANY

Luego trabajé con, Australian Gas Light Company, empresa australiana de energía donde hice valoración de inversiones para América Latina, trabajo desafiante y apasionante, también de muchos viajes.

DELEGACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA

En algún momento el tema social me empezó a llamar, empecé a sentir que quería basar mi trayectoria profesional en temas con propósito, mejorar vidas, en impacto ambiental que en ese momento apenas se empezaba a abordar cuando no se contaba con tantas herramientas. Quería hacer algo más que maximizar el precio de la acción para los inversionistas.

Comenzó mi búsqueda y encontré una oportunidad en la Delegación de la Unión Europea en Chile. En el 2002, Chile firmó el primer acuerdo comercial de asociación con la UE para promover el intercambio de bienes, cooperación, conocimiento, tecnología.

Comencé trabajando en cooperación para el desarrollo internacional, un tema completamente nuevo para mí y que me abrió un mundo con el que me identifiqué plenamente.

Fueron casi cuatro años de experiencia colaborando en la implementación de programas que involucran a la sociedad civil, temas de medio ambiente, derechos humanos, género. Sin duda, puedo decir que me encontré con mi hogar profesional porque descubrí qué le daba sentido a mi trayectoria.

BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO

Me integré en el 2006 al Banco Interamericano de Desarrollo – BID en el área de innovación que tiene por nombre BID Lab. Este es el principal proveedor de financiamiento, asistencia técnica y promoción de los ecosistemas de innovación y emprendimiento para la región.

Era la oportunidad de seguir muy vinculada a los temas de propósito social y ambiental uniéndolo con el sector privado. Fue una oportunidad muy desafiante, en donde se tiene mucho por hacer.

Desde aquí apoyamos el desarrollo del ecosistema emprendedor de impacto social y ambiental. Se trata de emprendimientos con propósito, ya sea apoyando el desarrollo para generar condiciones de crecimiento mediante financiación o capacitación.

Esta es una plataforma magnífica que permite tender puentes, unir mundos que quizás no se hubieran encontrado para potenciar la resolución de los problemas que vivimos en América Latina.

EMPRENDIMIENTO

En la región se evidencia un número importante de emprendimientos motivados por la necesidad de auto emplearse en un medio muy competido en el que cuesta diferenciarse, donde afrontan grandes desafíos, en el que pueden aprovechar oportunidades, conexiones, hacer uso de la tecnología. Pero también se encuentran emprendimientos por oportunidad que innovan buscando solucionar diferentes problemáticas y que pueden crecer y crear alto impacto.

Es mi compromiso el seguir acompañando a los emprendedores a través de conexiones, mentorías, indicando las preguntas correctas para que puedan encontrar su camino y tomar sus propias decisiones que los lleve a ser arquitectos de su destino.

ACTIVIDADES

TEATRO

 He participado en talleres de teatro de la Universidad Católica de Chile, entonces he podido desplegar esa inquietud. Por lo general, las obras son creadas por los mismos grupos que se van formando. El proceso es muy entretenido en la medida en que refleja las inquietudes, las visiones de quienes hacen parte de este espacio que es muy lúdico.

La obra que recuerdo con más cariño se llama OP(sí o no)NES, muestra cómo cada día se van tomando decisiones, lo que determina no solo cómo termina tu día, sino que, en el fondo, como transcurre tu vida.

Este es un encuentro profundo. Me gusta representar roles femeninos un poco alejados de mi realidad como el de ama de casa, de mujeres de la tercera edad afectadas por la cultura patriarcal y machista.

Al final cada uno se va haciendo en función de sus experiencias y la visión del mundo depende de estas. Lo lindo de la actuación es que al representar diferentes roles es posible ponerte desde el lugar del otro y, en lugar de juzgar, entender y valorar.

YOGA

Hace más o menos seis años descubrí el yoga que ha ayudado a una transformación interna muy profunda brindándome paz, tranquilidad. Me ha dado una energía y una calma diferente.

Tuve la oportunidad y valentía de ir a la India en el 2019 por mes y medio para asistir a un retiro de yoga muy intenso donde conocí gente maravillosa con la que estoy vinculada hasta el día de hoy.

Fue un aprendizaje precioso. Es una cultura que tiene muchas cosas muy tradicionales y conservadoras, pero una espiritualidad muy intensa y profunda, distinta a nuestra visión del mundo.

La práctica es muy importante en mi día a día, pero la pandemia me ha hecho perder disciplina.

FAMILIA


Me casé joven, fue una etapa muy linda, pero en algún momento nuestros caminos empezaron a distanciarse y el matrimonio duró diecisiete años.

Tuvimos tres hijas: Francisca, educadora de párvulos, vive en Australia desde donde viaja y experimenta la vida como millennial. Valentina, economista que ha seguido una carrera más alineada con la mía. Maite, estudia su segundo año de enfermería, es muy sociable, solidaria y cariñosa, hace scout.

He disfrutado inmensamente la lectura, la música y los viajes con mis hijas, desde muy pequeñitas quise abrirles el mundo para que sean personas libres y criteriosas.

Las amigas y amigos que he hecho durante mi vida también los considero mi familia.

REFLEXIONES
  • ¿Qué hay en tus silencios?

Mientras medito siento el cambio de la energía que me rodea y observo la manera como se va modificando.

  • ¿Qué es el tiempo en tu vida?

No me angustia su paso ni envejecer, sino el que no alcanza para hacer todo lo que quisiera.

  • ¿Qué te ha traído la pandemia?

Compasión, pero sin dejar de ser exigente conmigo misma para responder sin falta a mis responsabilidades. También mucha gratitud por estar rodeada de personas maravillosas.

  • ¿Cuál es tu sentido de la existencia?

El amor en todas sus formas.

  • ¿Cómo te gustaría ser recordada?

Como una persona que tendió puentes y abrió espacios de diálogo, de empatía.

  • ¿Cuál debería ser tu epitafio?

 Libre y gozadora.