ORLANDO JARAMILLO
Las Memorias conversadas son historias de vida escritas en primera persona por Isa López Giraldo.
Isa López Giraldo es responsable del contenido de su sitio web en el que Davivienda actúa como patrocinador de la sección Jóvenes Talentos.
Soy una persona amigable, tranquila, literal, de rutinas, apasionada por la naturaleza y la tecnología y vivo dentro del espectro del autismo diagnosticado tardíamente en lo que se denomina Síndrome de Asperger que ha significado un reto.
ORÍGENES
Juan del Prado, médico librepensador, es mi décimo abuelo paterno quien influenció en el pensamiento moderno actual. Su vida la narró un escritor judío en la novela El impío. Mi abuelo paterno, Rafael Jaramillo, oriundo de Sonsón, Antioquia, fue una persona de gran carácter, estructurada, disciplinada, hacendado que trabajó el campo, pero que falleció cuando asaltaron su finca. Evelia Ulloa, mi abuela paterna, llevó una vida muy difícil cuando tuvo que sacar a sus siete hijos adelante dada la muerte de su esposo, entonces se instaló en Bogotá. Mi papá, Orlando Jaramillo, heredó el carácter de sus padres y afectado por la adversidad que afrontó la familia, estudió becado en el colegio y se graduó como ingeniero mecánico, se casó y se instaló en Venezuela donde trabajó en una multinacional.
Mi abuelo materno, Mario Gutiérrez, fue un ingeniero agrónomo de La Mesa, Cundinamarca, en los años 50 desarrolló los cultivos de arroz en el llano venezolano, pero también fue abogado y escribió el diccionario jurídico de Venezuela. Tuvo muy buen sentido del humor y fue muy cercano a sus nietos a quienes nos recogía en el colegio, nos atendía con pasteles que hacían los portugueses, nos llevaba a la playa donde comíamos pescado a la orilla del mar y nos enseñó ajedrez.
Mi abuela, Graciela Ulloa, nació en La Vega, Cundinamarca, tiene un carácter noble, fino humor y buen temperamento, es consentidora, cuidadora, me patrocinó en mis proyectos. Cocinaba unas galletas deliciosas de las que solo con los años me dio su receta, las empecé a preparar y a vender a los vecinos. Mi mamá, hija única, nació en Barquisimeto, creció en Caracas y estudió odontología en la Universidad Javeriana de Bogotá y en la Universidad Central de Venezuela. Quiso estudiar arte, pero no la apoyaron para lograrlo.
Mis papás son primos que compartieron toda la vida y como adultos se enamoraron, se casaron y tuvieron tres hijos, Lorena, Orlando y Vanessa, quienes nacimos en Caracas y crecimos bajo los preceptos del respeto, la tolerancia, la unión.
PRIMEROS AÑOS
Siempre me sentí diferente. Estando en primaria detecté una dificultad que no me permitía participar en deportes grupales, no fluía en mi comunicación con los compañeros, pero no contaba con herramientas que me ayudaran a superar mis dificultades. Sufrí acoso escolar y me costó superarlo. Por mi literalidad, lo que hice fue poner mi otra mejilla.
Me cambiaron de colegio donde tomé clases de karate y aprendí que los límites existen, si bien no se trataba de agredir a los otros, sí de defenderme. Un tutor del colegio me dijo: “Si ponen en duda tu carácter, te autorizo a que te defiendas físicamente”. Nunca lo hice, pero me sentí apoyado lo que me llenó de seguridad. Igual seguí desentonando en las charlas sociales. Y es que no entendía las bromas ni los sarcasmos ni los dobles sentidos ni las ironías. Nuevamente el tutor me dijo: “Si se ríen de algo tuyo, ríete también”. Para ese momento seguía sin ser diagnosticado.
Viví cosas agradables porque nadé, jugué tenis, tomé clases de baile, conformé un grupo de gaitas venezolanas que suenan en Navidad. Me quise federar en natación, gané medallas. Fui acogido por mis vecinos y, pese a que pasaba por inmaduro, me sentí protegido por ellos. Disfruté de un entorno sano, tolerante. En vacaciones veníamos a Colombia y así pude disfrutar de platos magníficos como sobre barriga, ajiaco, bandeja paisa.
ACADEMIA
Quise estudiar ingeniería industrial al considerar que con ella podría sacar adelante mi gusto por el emprendimiento. Apliqué a la Escuela Colombiana de Ingeniería después de presentar el ICFES, pasé, comencé la carrera en la que consolidé un grupo de amigos y obtuve buenos resultados académicos, pero tuve que regresar a Venezuela después de haber cursado cinco semestres.
Hice transferencia a la Universidad Católica, pero validar me generó mucho desgaste, se me dificultó muchísimo geometría descriptiva que me hizo renunciar a la carrera. Me deprimí, entonces mi mamá decidió llevarme a un psicólogo pues ella siempre sospechó que algo pasaba conmigo. Supe entonces que tenía autismo, pero no me lo comunicaron adecuadamente y por lo tanto en un comienzo no lo acepté.
Para ese momento ya había alguna literatura sobre el tema, entonces me pude informar, aunque identifiqué que se trataba de un autismo leve, no sabía qué debía hacer ni qué poyo buscar. Luego recibí herramientas que me ayudaran a socializar, pero no fueron suficientes.
Por mi inflexibilidad mental y apoyado en mi ego, insistí en mi deseo de ser ingeniero industrial, pero nunca lo logré y viví una crisis profunda. Mi mamá me venía diciendo que optara por una carrera tecnológica, pero no la quise escuché hasta que finalmente le di una oportunidad. Me enfoqué en pequeños logros que me fortalecieron y me permitieron sacar la carrera adelante graduándome como técnico superior informático en el Instituto Universitario de Ciencia y Tecnología de Venezuela.
Ahora soy un emprendedor social, porque mis objetivos cambiaron, pese a que ofrezco consultoría a empresas y a personas naturales en marketing digital. Regresé a Colombia en el 2010 desde donde he desarrollado mi vida profesional y donde he asentado mis raíces con las dificultades propias de ser migrante.
SU BLOG, SU PODCAST Y SUS LIBROS
Inicié un proyecto informático médico con mi hermana, Aprender divirtiéndose, dirigido a niños con asperger a quienes enseñé informática creativa. También abrí mi blog en el que he escrito sobre mis vivencias para ayudar a que los padres identifiquen en edad temprana el autismo en sus hijos. Ya cuento tres libros: Viajando cuarenta años por Marte, lo que he aprendido como asperger, porque así me sentía, cual marciano. Pasajero asperger 2020, es mi experiencia en pandemia y lo saqué con el apoyo de INNPULSA. Dificultad al logro, sobre informática que enseña acerca del pensamiento sistémico. También desarrollé un podcast Asperger para Asperger sobre autismo con invitados especiales expertos en el tema. Lo que busco es hacerle el camino más fácil a otras personas.